sábado, 24 de marzo de 2018

Reunion de trabajo


Después de intentar encontrar trabajo yendo a varias empresas y delante de sus negativas en cogerme como empleado, estaba desesperado, un amiga me dijo que de una empresa donde estaban buscando trabajadores, pero me dijo hasta donde llevaba mi desesperación y que estaría dispuesto hacer, a lo que le dije que cualquier cosa, ella me respondió que perfecto que lo prepararía todo para que pudiera tener la entrevista y que ya tendría noticias suyas.
A cabo de una semana recibí un paquete en el interior que con una serie de ropa y unas instrucciones de donde iba de ir.
en el paquete había un cinturón de castidad y ropa femenina, dude en hacerlo, pero la necesidad de pagar las facturas y el alquiler era mucho más superior que la vergüenza, así que me puse todo y fui a la entrevista, me sentía extraño pero lo intente superar.
Una vez allí comprobaron que llevara todo para empezar hacer la entrevista, las chicas llevaban una ropa muy rara para hacerme la entrevista, pero después de cómo iba vestido no me importo, cuando hablamos de las condiciones económicas eran inmejorables mejor de lo que había ganado nunca en un trabajo, así que acepte el puesto, me dijeron que solo faltaba una cosa que me había de dejar hacer y que ya estaría contratado, también acepte, así que se pusieron una enorme polla y me reventaron el culo.
Ya hace más de una año de esto y sigo trabajando con ellas, ahora ya me dejan cambiarme en el puesto de trabajo así no tengo que ir vestido de mujer por la calle, el cinturón de castidad lo tengo que llevar todos los días, y de vez en cuando ellas tienen algún mal día con algún cliente, deciden follarme por detrás para relajarse, ya estoy empezando a acostumbrarme.



















El plan – Capitulo 10º


Alguien debía haberse enterado de su truco y posiblemente vendido la información a otra parte, o tal vez un rival interno dentro del mismo partido. ¿Quién mas habría sido tan interesado en destruir al candidato?
Pero, ¿Quién podría haber sido? Solo su amigo sabía que iba a enviar un mensaje al gobernador, pero él confiaba en él, nunca haría una cosa así. Sin embargo no había manera de que le gobernador pudiera averiguar quien había sido el que había enviado el mensaje. Él se había encargado de hacerlo desde un lugar público, para evitar ser rastreado. Y lo había hecho desde una cuenta de correo electrónico gratuita que solo la había abierto para ese fin y la había cancelado de inmediato.
John debía estar tranquilo, no habría forma de que el candidato llegara a él. Y aquella mujer que compartió con él esa noche ya no existía. Decidió ir a dar un paseo, para aclarar sus ideas. Tenía que seguir con su plan, él le había hecho pasar por situaciones tan controversiales pero que ahora había de recoger la fruta.
Camino por los alrededores un rato, se fue a un parque, se quedo mirando el atardecer, y finalmente volvió a casa. Pero cuando llego la puerta principal del edificio vio algo que no le gustaba en absoluto.
Había un coche aparcado junto a la puerta, con dos hombres sentados en los asientos delanteros. A John le olía mal y sabia que no estaban allí solo por casualidad. Evidentemente, había sido descubierto y si lo encontraba era hombre muerto. El gobernador ya le había advertido: “Te puedo encontrar el cualquier lugar del mundo, nunca serás capaz de esconderte de mí. “Tenía que desaparecer, literalmente, de la tierra. Él tenía una gran cantidad de dinero disponible, podía recurrir a la cirugía estética para cambiar su apariencia. Pero para esos tendría que confiar en otra persona y en ese momento no podía confiar en nadie.
¿Cómo podía salir con vida de esa situación por lo que ser capaz de contar la historia más adelante? La solución estaba en su mente, solo que él lucharía contra ella hasta el último minuto tratando de encontrar un opción alternativa. Pero no había ninguna.
Era su única opción, pero el costo era demasiado grande. En su mente volvió una única vía de escape. “las galletas”. Con ellas se convertiría en otra persona y John Brisbaine solo permanecería en su memoria y de aquellas personas que lo conocieron. Él dejaría de existir y podría empezar una nueva vida. Siguió pensando en ello durante unos minutos más, tratando de analizar que otras posibilidades tenia, pero no tenía otra oportunidad.
En alguna ocasión el se había tenido de ocultar. Algunos narcotraficantes le habían reclamando venganza porque él los había enviado a la cárcel. Y eso le había obligado a desaparecer por un tiempo, hasta que las cosas se calmases. Pero era solo cuestión de cambiar de ciudad, con eso tenía suficiente. Esos picaros no tenían demasiados recursos para ni siquiera seguirlo y de hecho ni siquiera podían sobrevivir más de algunos días debido a que siempre los acababan acribillando a balazos por alguna banda rival.
Pero esta vez, el tipo parecía mucho más poderoso y no tenía nada que perder, porque ya lo había perdido todo. Así que era como una bestia herida, mucho más feroz que si fuese sana. Tenía que ir a por las galletas, pero él las había tirado a la basura. “! Maldita sea!” pensó.
Pero era mejor en este caso. Si aun estaban en su apartamento él nunca sería capaz de entrar en él. Tenía solo que esperar a que el portero le pudiera llevar por la puerta auxiliar del edificio que estaba en un callejón. Y entonces tendría un montón de tiempo hasta que ellos se fueran por la noche.
Dio la vuelta por la calle lateral y se dirigió a la esquina del callejón que pasaba detrás del edificio. Levanto la vista para ver si había alguien, pero no, había otro coche aparcado allí, también con dos chicos sentados en el asiento delantero.  Era obvio que no le iban a dejar entrar por la puerta de atrás con tanta facilidad. Esto hacia las cosas más complicadas.
Se quedo mirando. El callejón no tenía casi movimiento, las únicas puertas que había eran las puertas traseras de los edificios en la misma manzana de su apartamento.
Con las primeras luces de la noche apareció el portero a sacar la basura. Incluso se veía que arrastraba con dificultad la pesada caja con las cosas de esclavitud. Había también otro porteros que hacían lo mismo y pronto el callejón se lleno de cajas de basura en las aceras.
Él no tenía mucho tiempo. El camión iba a pasar de una o dos horas. Pero ¿Cómo iba hacer para buscar entre la basura lo que estaba necesitando sin ser reconocido por los chicos del coche?
De golpe vio a un hombre vestido con trapos entrar en el callejón. Y detrás de él otro, y otro más. Eran personas indigentes que aprovechan ese momento para buscar entre la basura cosas que podrían ser dignas para ellos. ¿Qué pasaría si alguno viera las galletas y quisiera comerlas? Ya se imaginaba convirtiéndolos en mujeres y buscando desesperadamente sexo. Bueno, fue precisamente lo que le pasaría a él, pero no podía dejar que se le fuera de las manos. Por otro lado, era una elección para pasar desapercibido.
Sin pensar demasiado en ello, se quito la camisa y arranco de ella parte de las mangas y también de los bolsillos. Hizo lo mismo con sus pantalones. Y con un poco de barro de la calle, se “pinto” la cara para camuflarse como uno de ellos.
Entro en el callejón y fue directamente a la basura junto a la puerta de su edificio, por suerte los otros se habían repartido entre los otros lugares. Él encontró la caja con las cosas de servidumbre de inmediato, pero había demasiadas cosas y no podía con todo, ya que se darían cuenta que allí había ropa de mujer. Rebusco en su interior hasta que encontró las galletas, que por suerte estaban intactas. Suspiro con alivio.
Las puso en la bolsa con la ropa de mujer y pensó: “Creo que voy a necesitar por lo menos algunas cosas de esta caja”. Y sin dudarlo arranco la cinta de embalaje y la abrió. No le importaba demasiado si los chicos de los camiones encontraran el resto. “Mejor para ellos!”.  Pensó mientras hurgaba en busca de algunos artículos que sabía que le podía ser útil hasta poder comprar más. Él lo puso en la bolsa con la ropa y las galletas y se fue de allí. Cuando paso junto al coche, vio que los hombres estaban demasiado ocupados comiendo pizza y ni siquiera se habían dado cuenta de su presencia. Él pasaba, llego a la esquina y se dio la vuelta en dirección opuesto a su casa.
Camino por las calles laterales tratando de ser viso por lo menos posible. Y por fin llego al parque. Necesitaba encontrar un lugar donde sentarse a pensar en sus primeros pasos. Dio la vuelta hasta encontrar un banco en un lugar apartado y se sentó allí, colocando la bolsa a su lado.
Tenía que pensar ahora en su plan de escape. Estaba completamente decidido a comerse las galletas, pero no solo dos, que sería transformarlo por un día y en la misma mujer que el ex candidato había conocido y que sin duda iría a buscarlo. Él comería todas y seria una mujer para siempre, y no iba a dejar ningún rastro. No tenía otra opción, o era una mujer o seria un cadáver.
Sin embargo, él sabía las consecuencias. Si con solo dos estaba a punto de perder el control con doce que no tenía ningún control en absoluto. Pero confiaba en su fuerza de voluntad y su instinto de sobrevivir. Además, él ya conocía las sensaciones de antes y también lo que debía hacer para dominarlas.
Y sabia que hacer con todo el dinero obtenido. Cumplirá su más preciado sueño, se compraría una isla griega y se iría a vivir allí como un rey. Bueno, como una reina de hecho. No era exactamente como lo había esperado para disfrutar de su sueño, pero no tenía otra opción y después de todo valía la pena. “no me importa en absoluto si puedo retozar en la arena bajo el sol y mirando el mar azul de todas las tardes que me quedan de mi vida”.  Pensó.
Pero las cosas no iban a ser tan fáciles. Además de comerlas y su mente estar invadida por el deseo carnal que tenía que pensar en la manera de hacer la compra, asegurar su nueva identidad, su salida del país y su vuelo sin problemas hacia la isla.
Él necesitaría un lugar donde pasar al menos algunas noches antes de tener todo lo que necesitaba. Pensó en recurrir a alguno de sus amigos más cercanos, pero descarto la idea. Ellos posiblemente también estaban siendo vigilados. Y algunos de ellos podrían incluso ser capaces de venderlo.
No podía seguir siendo John durante mucho más tiempo, tenía que transformarse en la mayor brevedad posible. Pero tenía que asegurar seguir su plan una vez transformado.
¿Dónde puedo ir?”, de pronto, como otras tantas veces, se le encendió una bombilla en su cabeza. “ya sé donde ir”
Y sin pensar demasiado en ello, abrió las galletas y se comió las doce, una tras otra, que casi se atraganta con ellas.

sábado, 17 de marzo de 2018

Reunion de Sissys


Me presente en una escuela de Sissys, pero nunca me imagine que esa escuela hubiera tanta gente como en esta, muchas de las Mistress eran esposas que querían dar una lección a su marido, en algunas fotos se puede ver la dureza de las lecciones que si no las hacías bien una de las Mistress de daba algunos azotes para que pusieras mas atención en las próximas lecciones






El plan – Capitulo 9º


Al día siguiente, John volvió a reproducir la película, esta vez se detuvo en las partes creyendo reconocer una cara. Sin embargo, esta vez no pudo obtener ninguna imagen lo suficientemente nítida por lo que es útil para chantajear a alguien. En cierto momento él creyó haber identificado a un periodista conocido de las noticias, pero no era él, después de todo. Y también vio un jefe de policía, pero su rostro no se veía con detalle, y él prefería no hacer frente a los policías.
Viendo la película John experimento un cruce de sentimientos. Por un lado había una excitación provocada por su cuerpo femenino. Como si solo mirando las imágenes sucias despertó un impulso sobre él que no pudo reprimir. Una vez más, sin quererlo la pequeña voz estaba allí. Cada vez era más difícil ignorarla. Por otro lado estaba la culpa y la humillación de ver los actos tan viles y pervertidos. No, esa situación tenía que parar definitivamente.
Se dirigió a la despensa, cogió las galletas, y cuando estaba a punto de tirarlas a la basura cambio de opinión en el ultimo minuto.
“no hubo suerte la última noche”, pensó. “tengo que darme por lo menos una oportunidad más. Solo una mas y juro que luego me deshago de ellas, lo juro por mi hombría”, se dijo a sí mismo y se santiguo mientras él tenía ese último pensamiento. Así que se preparo para realizar de nuevo el fin de semana siguiente.
Y él lo hizo. Al comer tantas galletas juntas, el vio que esta vez se había transformado en la misma mujer que en el segundo tiempo. “Tal vez la primera de ellas era diferente porque no había comido dos galletas al mismo tiempo”
Esta vez tomo más precauciones para evitar la misma situación que la semana anterior. Al día siguiente comprobó varios relojes hasta que estuvo seguro de que era el momento adecuado y solo entonces configuro el temporizador para abrir las esposas y el cinturón de castidad. Y en este caso uso un cinturón de cuero que si era necesario podía abrir con un instrumento afilado.
Pero al día siguiente, al comprobar el contenido de la película, el fallo otra vez. Preparado para cumplir su juramente, abrió la despensa, cogió las galletas y las arrojo sobre la basura. Y se fue al sofá. Sin embargo, el no podía concentrarse en nada de lo que veía, la imagen de las galletas todavía estaba allí, en su mente.
Cerró los ojos y recordó mirarse en el espejo y ver su magnífico cuerpo de mujer con las piernas delgadas, la cintura delgada, esos pechos enormes que tenían el tamaño de una bola de bolos, pero suave al tacto y muy firmes, incluso sin sujetador. Esos labios carnosos que invitaban a ser mordidos hasta romperlos. Ese pelo largo y rubio, esos ojos…
Sin case darse cuenta ya tenía ambas manos sobre su miembro levantado y se estaba frotando hasta que exploto dentro de su pantalón y sin quisiera pensar pudo evitar las salpicaduras. No podía dejarlo, ahora era parte de su vida. Era algo que necesitaba, casi más que el dinero para obtener lograr un chantaje. “ok, ok, puedo controlarlo”. Se dijo a sí mismo.
Y después de desnudarse y tomarse una ducha fría volvió a la TV. Miro frenéticamente el canal de deportes mirando de encontrar algo para ver y hacerle olvidar. Se detuvo en una de carreras de coches. Sin embargo solo mirando la imagen de las mujeres voluptuosas que solían salir por ahí en los coches al inicio de las carreras, penso,”puedo ser mucho mejor que cualquiera de esa putas baratas. ..· Y el pulso volvió.
Sabía que no podía controlarlo y lo conducirá a volverse loco acaba de bajar la basura y si el camión de la basura lo cargara tendría siempre ese deseo. Se fue corriendo a la basura y las volvió a guardar en la despensa.
“Vamos a intentarlo de nuevo. Esta vez tiene que funcionar, no puede fallar.” Pensó en sí, no estaba actuando por el deseo, sino por el dinero. Sin embargo, el hecho de saber que el próximo fin de semana lo intentaría de nuevo lo mantuvo bastante controlado durante esa semana. Pero cada día al despertar, se decía en sus adentros. “Hoy es martes, todavía quedan cuatro días para el día…”
Y finalmente el sábado llego. Y paso su desempeño, como si se tratara de la cosa más natural del mundo y de una manera previamente planeada. No solo era cada mas experto en sus “técnicas de trabajo”, obtenía una mirada más seductora y elegante en cada ocasión. Termino haciendo ese trabajo como si lo hubiera hecho siempre en la vida, él lo hacía como una profesional. Por un momento, no podía creer que estaba empezando a pensar de esa manera, no, él tenía definitivamente no darse por vencido, todavía no era el final.
Pero él estaba empezando a disfrutar de su nuevo trabajo y finalmente se daba cuenta de lo que estaba tratando de negarse a sí mismo, la extraña sensación que había sentido en el callejón no era tan desconocida para él como había tratado de pensar. Ser tratado de esa manera le provoco orgasmos, uno tras otro y con una intensidad diferente. Eso no era posible, ¿no significaba que él estaba empezando a disfrutar de ser abusado?
Por un momento se imagino su futuro en ese tipo de trabajo. Estaba seguro de que si él lo hacía podría conseguir un beneficio económico muy alto, incluso sin chantajear a nadie. Después de todo algunos de sus “Clientes” estaban empezando a ser regulares y llegaban nuevos cada día. Parecía que el rumor se difundía por allí. Algunas de esas personas le dejaron tarjetas con números de teléfono y frases sucias escritas. Estaba perdida cada vez más la sensibilidad y se las arreglaba para desconectar completamente del dolor y de la humillación.
Pero él siempre estaba tratando de convencerse a si mismo que lo hacía solo por el dinero y que iba a dejarlo una vez que encontrara un buen candidato. Pero sin embargo, una pequeña voz en su mente repetía sin parar “Estas disfrutando de ella, ¿verdad?, solo tienes que comerte todas las galletas restantes y tendrás lo que estas buscando, Zorra”. John estaba completamente seguro de que era una alucinación provocada por la tensión de ser sometido a esos actos, estaba seguro de que tenía que dejarlo tan pronto como fuera posible. Tal vez esta sería la última vez que tenía que hacerlo.
Pero no encontró nada digno esta vez. Y no encontró nada de nuevo en la próxima. Había solo dos galletas que dejo en el primer caso y él estaba empezando a pensar que no lo lograría.
La noche del sexto intento se hizo una promesa, pero esta vez lo juraría por su madre. “si esta noche no encuentro ningún candidato quiero comerlas todas y terminar con esto definitivamente”
Esa noche se preparo con más cuidado que los anteriores. Era todo o nada y eso le gusto. Había perdido apuesta como que más de una vez, el coche, la casa. Pero la adrenalina de la última mano valía todo.
En esta ocasión se vistió e hizo –a sí mismo de una manera más meticulosa y cuidadosa. Él seguía mirándose como una puta, pero al igual que una de alto nivel.
Eligio un conjunto de lencería, medias negras, un sostén muy sugerente y casi transparente de color negro atenuado y las medias a juego. El mismo corsé rojo con patrones negros que ya había utilizado, un par de aros de oro de pendientes y un collar a juego, y por supuesto, sus lindas pulseras del tobillo. Un mini vestido negro ajustado con un gran escote dejando ver sus enormes pechos para ser admirados y como toque final unos zapatos de tacón de color negro.
Jonh se sorprendió al ver que se estaba convirtiendo en un maestro en caminar sobre tacones y comenzó a disfrutar bastante en usarlos. No solo hacía que sus piernas se vieran más grandes, también levantaba su culo dándole una forma aun más sugerente. Se estremeció la tener ese tipo de pensamientos, que estaba empezando a pensar como una mujer. No, eso noche seria el definitivamente todo o nada.
Como último detalle se roció una vez más con el perfume “pasión oscura”, le emocionaba el aroma.
Se paró un momento para mirarse a sí mismo en el espejo, se había convertido en una verdadera delicia. Así que sabiendo su rutina a se fue al lugar de trabajo sin pensar en ello, haciéndolo de una manera rutinaria y calculada, eso le relajaba.
En este caso, la última mano duraría muchas horas, pero la idea de que si todo salía mal su vida como un hombre terminaría dejarle aguanta incluso con más fuerza de voluntad del castigo y de la sumisión.
La noche tocaba a su fin. El último grupo de clientes ya se había ido y dejado sus recuerdos dentro de John. Se dio cuenta con tristeza de que si salía de su control del libido lo que realmente disfrutaba de la situación ya que tuvo un montón de orgasmos esa noche. El detective estaba ya imaginando pasando el resto de su vida en burdeles o como esclavo sexual de un magnate del petróleo. Pues bien, este último que en el mejor de los casos, que no sabía que podría sucederle con ese cuerpo y un deseo sexual incontrolable, pero varias ideas e imágenes mentales desagradables le recorrieron su mente. No, prefería pensar en que para ese momento.
Cogiendo la hora como terminada el trabajo se arrastro de nuevo a buscar las llaves de las esposas, pero en ese momento vio una enorme limusina blanca que se detuvo justo delante de él. Miro a ambos lados y vio a otras dos limusinas que estaban detenidas cerrando el callejón ambos lados. Era evidente que era un pez gordo quien estaba allí dentro, pero uno muy grande.
John se coloco en su posición original de nuevo. Él estaba completamente sucio, desordenado, con el maquillaje totalmente arruinado, con un olor mezcla de sudor y otros olores de algún tipo. Y él no podía hacer nada para mejorar su aspecto.
Pasaron algunos minutos y nada sucedía. De repente una puerta trasera se abrió y un hombre vestido con un traje caro salió del coche y camino hacia él.
Llevaba un sombre tejano, cuando salió John casi se desmaya. No era menos era el gobernador de Texas, y el próximo candidato a presidente por el partido republicano. Pero él no era solo un candidato, él era casi seguro el ganador de todas las encuestar. Y él era el favorito porque era un momento de demasiadas libertades y vino con posiciones conservadoras y muy victorianas. También tenía una imagen de hombre recto, un hombre de familia con un comportamiento impecable. Era un hombre muy poderoso se sospechaba que tenia vínculos con la mafia del tráfico de armas. Era la última persona que John esperaba encontrar allí.
El hombre se le acerco, le miro con una mirada feroz y le dijo: “Veo lo que me ha dicho no era ninguna mentira”.
John se quedo petrificado. Por un momento pensó que el hombre no quería su cuerpo para usarlo como el resto de los clientes. ¿Y si el quiera usarlo como un símbolo de lo que él estaba luchando para limpiar el país?
Por un momento, John no sabía qué hacer, se imaginaba si mismo siendo sometido algún tipo de tortura o humillación muy diferente a lo que había vivido en ese callejón. ¿Y si ese hombre quería herirlo o incluso matarlo?
Un sudor frio le atravesó la espalda de John y comenzó a sentir algo volando alrededor de su estomago. Por un momento tuvo la sensación de haber perdido el control de su vejiga y justo cuando pensaba que todo estaba perdido, luego….
“Usted es aun más perfecto de lo que me imaginaba” dijo el tejano, “tu podrías ser una gran posesión mía. Pero de todos modos no voy a llevarte conmigo ahora. Voy a tratar de que en primer lugar, y si mi complaces, voy a venir aquí la próxima semana para buscarte y llevarte conmigo”
Así que ahora John tenía que pasar un examen, para ver si se calificaba. Si eso era así, entonces tenía que dar lo mejor de sí mismo. Tuvo que realizar hasta el máximo por lo que el hombre podía dejar que lo llevara por todo lo reprimido de falta de control que debía tener.
Y se dejo el coche por eso. Él le presento los castigos más terribles que John jamás podría haber imaginado. No dejo ningún pedazo de su cuerpo sin maltratarlo. Se orino, defeco, e incluso vomito sobre él. John nunca habría imaginado que un tipo como él hubiese sido capaz esos tipos de perversiones. Él le presento las humillaciones y depravaciones que estaba más allá de lo que sus clientes más salvajes le habían hecho a él.
John pensó que había tocado el fondo de la depravación humana y pronto tuvo que corregirse a sí mismo. Lo que ahora lo estaba poseyendo y abusando de su cuerpo no era un ser humano mas. Él era un cerdo, enloquecido por la lujuria, sin ningún remordimiento ni piedad hizo que John se arrepintiera de haberse presentado voluntariamente a ese tormento. Solo deseaba que se detuviera tan pronto como fuese posible, pero el tiempo parecía extenderse infinitamente. La brutalidad que se aplico sobre él le dejo marcas en todas partes, tanto física como mentalmente.
Sus experiencias anteriores había sido duras, pero este cerdo había hecho que John realmente se sintiera violada. Lo único que pensaba era que iba a pagar por todo esto. “oh, sí, hijo de puta, lo que te costara, esto te costara mucho”.
De vez en cuando John miraba su coche para ver si la posición de la mini cámara cogía bien esas escenas.
Finalmente, después de mucho rato, el hombre se canso y decidió terminar, “Debo decirte que has aprobado con la mejor nota. El próximo sábado voy a volver aquí a la misma hora y te llevare conmigo. Y será mejor que estés aquí, porque si no estás no parare de buscarte hasta que te encuentre. Y te podría encontrar en cualquier lugar del mundo, nunca serás capaz de esconderte de mí”
Y diciendo eso cogió su sombrero tejano, se lo puso y camino con decisión hacia la limusina.
Al día siguiente John estaba aun emocionado tanto, que incluso con el estimulo habitual de las esposas y del cinturón de castidad no paraba de tener más de cinco o seis orgasmos, muy por debajo de lo habitual. El abuso del tejano definitivamente lo había dejando solo perturbado sino también dañado. Estaba seguro que iba a recuperarse a sí mismo, tarde o temprano. Tenía que mantenerse con vida.
Una cosa le iba alrededor de su mente todo el rato, ¿Cuánto vale ese hombre? Si fuera un hombre sabio debería olvidarse de todo en realidad. Si el gobernador le ocurrirá descubrir que no habría lugar en la tierra donde esconderse. Pero él ya estaba hecho y preparado para todo. Y el signo del dólar brillaba en su mente con un resplandor que era más grande que cualquier otra cosa. Además, solo recordando la experiencia vivida con ese chico le hacía hervir la sangre. Él iba a pagar, en definitiva, tendría que pagar mucho.
Finalmente decidió el número. Pediría 50 millones. Con eso podría vivir como un emperador el resto de su vida y cumplir su sueño dorado. Él se proporcionaría toda una isla con ese dinero. Y el candidato, después de sufrir un éxito tan grande para la presidencia, no tendría ni siquiera ganas de buscarlo en el callejón la próxima semana. De todos modos no le encontraría porque ahora él sería capaz de seguir su promesa y destruir las galletas. Pero él no lo haría hasta conseguir el dinero.
No fue tan fácil llegar al tejano. No era tan fácil como llamar a su puerta o dar un sobre a su secretaria. De todos modos, recurrió a un amigo experto en delincuencia cibernética (en cometerlos en lugar de buscar a los criminales), y con su ayuda se las arreglo para obtener la dirección de correo electrónico privado del gobernador. Por supuesto que, además de pagar a su amigo una buena cantidad de dinero que solo le dijo que quería enviarle un mensaje de odio de cómo estaba cabreado del partido. Además utilizo otros contactos para abrir una cuenta numerada en un paraíso fiscal, las que los traficantes utilizan para hacer su dinero sucio huyendo de cualquier control.
Envió un mensaje al gobernador. Adjunto varias fotos que había obtenido en las que se mostraban los momentos más calientes de su encuentro de la noche. La respuesta no tardo mucho en llegar. Algunos días más tarde, su cuenta numerada tenía un saldo de 50 millones de dólares. Él los transfirió inmediatamente a una segunda cuenta en un paraíso fiscal diferente, para evitar que nadie pudiera rastrear la primera. John no se lo podía creer, había tenido éxito.
Él era inmensamente rico y al fin podía deshacerse de las galletas, las mismas que uso para ganar todo ese dinero. Pero también las mismas que podrían destruir las arrojo a la basura, pero esta vez cerro la bolsa y la dejo en el contenedor de residuos. También se deshizo de toda la lencería y el vestuario de mujer y de las cajas con aquellos objetos, cerrando el embalaje con cinta adhesiva para que nadie se diera cuenta de su contenido. El empleado llegaría tarde por la noche para sacar todo del camión y todo se compactaría dentro del vertedero.
Muy aliviado se fue al ordenador y empezó a buscar por internet lo que sería su próxima casa. En una paradisiaca isla en cualquier lugar de la tierra, preferiblemente tropical.
Después de haber estado buscado, encontró varios prospectos y decidió encender el televisor para distraerse, estaba puesto en el canal de noticias. De repente, un rostro que conocía muy bien apareció en la pantalla al lado de unos titulares grandes con letras blancas que decían “CANDIDATO PERVERTIDO”.  Era la misma persona que había abusado de su cuerpo de mujer unos días antes. Y el mismo que había transferido el dinero que le había hecho millonario.
Viendo esas imágenes se puso a temblar. Era una imagen, una de las que él había enviado al gobernador para chantajearlo. Incluso pensó que era borroso en algunas partes de su contenido era totalmente evidente y que todo el mundo, adulto o menos de edad, podía verlo. El gobernador estaba en un primer plano haciéndose pis en sus pechos desnudos. John con un ataque de terror apago la televisión con miedo.

sábado, 10 de marzo de 2018

Reunion de amigas


La semana pasada una amiga me dijo que si la quería acompañar a una reunión que tenia con unas amigas, yo la conozco y sé que es una cachonda, pensé que sería un buen lugar para divertirme un poco, lo que yo no pensaba que las que iban a divertirse eran ellas y yo era el plato principal para su diversión, nunca había pasado tanta vergüenza









El plan – Capitulo 8º


Él no tenía ninguna herramienta disponible en su apartamento para tratar de forzar la cerradura y lo que tenia estaban guardadas en su coche en una caja de herramientas con llave.
puedo utilizar el arma”, pensó desesperado. Tal vez podría abrir la cerradura con un disparo pero interrumpió esa idea porque el uso de la pistola implica el riesgo no solo de perder un tiro y herirse a sí mismo, sino que también atraería una atención inesperada.
Él sabía que, probablemente, no se encontraría ninguna persona en los pasillos, pero no podía correr el riesgo de ir abajo en el ascensor y de ser descubierto en el garaje. Se le ocurrió una solución un poco arriesgada, pero él ya había enfrentado a mayores riesgos y no parecía haber ninguna otra opción.
Su vecino que vivía en el apartamento cercano al ascensor era, como él sabía muy bien, un borracho y un degenerado. Sabía que sin duda seria en casa en ese momento, porque lo había escuchado insultando a la televisión mientras miraba el beisbol en su TV. Y también sabía que su esposa se había ido sin duda a tomar algún café con sus amigas, el otro riesgo añadido era que si estuviera en su casa su plan se reduciría el fracaso. Así que mejor era que se diera prisa porque ella podía volver en cualquier momento.
El borracho era su única esperanza, porque en el otro apartamento vivían familias o personas mayores que no le podrían ayudar en esa situación. Necesitaba a alguien que quisiera abrir su cinturón de castidad sin tener que dar demasiadas explicaciones, porque él no tenía ninguna manera de pedir nada.
Por suerte tenia la máscara de mujer aun puesta. Posiblemente, el hombre con poca luz y una gran cantidad de alcohol no se enteraría de que era falso. Su abrió estaba sobre una base, así que era un poco más fácil para el ponérselo pero aun así le costó un poco cubrirse totalmente con él.
Había llegado el momento de actuar. Él puso su oreja contra la puerta para asegurarse de que no escuchaba voces en el pasillo. Cuando estuvo seguro de ello, abrió la puerta y se asomo brevemente hasta que estuvo seguro de que no había nadie alrededor. El pasillo estaba completamente vacío y no podía escuchar ninguna voz de cualquiera de los otros apartamentos.
Cogió aliento y se aventuro hacia el pasillo, dejando su puerta abierta. Camino hacia el ascensor y por un momento pensó que oía ha alguien que se acercaba. Tras comprobar que no había nadie se calmo.
Se paro frente a la puerta del vecino y para golpear la puerta tuvo que darse la vuelta y hacerlo del revés, por culpa de las esposas que lo hacían difícil. Al principio nadie respondió, él escucha el sonido de la televisión, por lo que sabía que el hombre estaba allí. Siguió golpeando con insistencia. De repente, la puerta se abrió a destiempo provocándole un susto que le hizo saltar.
¿quien diablos osa interrumpir el partido justo en la novena entrada…?”
John se volvió y se topo con el vecino que estaba realmente borracho, con su nariz roja y con olor de no haberse duchado en días. Al alzar la vista delante de él se quedo paralizado y no sabía cómo reaccionar al ver con asombro era demasiado grande.
Como él no era capaz de hablar lo único que John podía hacer era verlo a través del rostro inexpresivo de la máscara. De repente, el hombre reacciono con violencia e introduzco a John al interior de la vivienda.
Yo sé lo que eres, eres una puta, verdad? Ven aquí, sihhnno me haces olvidar la mhhhala entrada del jugador…”
Su voz apenas se podía entender y por un momento temía lo que iba a pasar allí, pero no fue así. El venció retiro la vestimenta de John y la tipo a un lado. Al mirar sus enormes pecho y darse cuenta de que estaba esposado la expresión comenzó a caminar sobre la base de algo similar a la lujuria.
“esto es un regalo! Ven aquí, puuhhta, te voy a dar lo que te medddehhhes”
Pero cuando trato de arrancar la cinta John se sorprendió porque no podía hacerlo.
“pero qué? Diablos eshhhtts esta cosa!”
Siguió tirando de la correa de John y cuando él finalmente se convenció de que no renunciaría arrastro a John por el brazo hasta dentro de la habitación. Por un momento, John pensó que había sido una terrible idea. El borracho no podía tomar el control de la situación, por un momento se imagino lo que ocurriría si su mujer regresara y los encontrara en esa situación.
Comenzó a analizar sus posibles vías de escape. No tenía otra opción que recurrir a sus vecinos de los otros apartamentos, pero primero tenía que tratar con el borracho. No hubiera sido rival para él, porque John era un experto en las artes marciales, pero en este caso tenía ventaja sobre él ya que estaba esposado, además al llevar el cuerpo de una mujer no sabía cómo actuaria en una situación de lucha.
La mente se perdía en esos pensamientos cuando empezó a llegar los tirones nuevamente. Ahora el borracho utilizaba algunas herramientas y una especie de palanca de metal para tratar de forzar el candado del cinturón de castidad. No parecía importarle sus esfuerzos tuvieran poco progreso, incluso araño la piel de John que él era incapaz de pronunciar algún grito, ya que la mordaza hacia bien su función.
Él pensó que todo era inútil. Observo el reloj de la pared y vio que el efecto de las galletas estaba a punto de terminar. Empezó a temblar pensando en lo que pasaría cuando recuperase su cuerpo y sobre todo su pene. Empezó a luchar, pero de repente se oyó un fuerte crujido… y se abrió el candado.
Se le llenaron de lágrimas la cara cuando el borracho sin ningún miramiento, tiro de los consoladores de su ano y de la vagina al mismo tiempo. El borracho al ver que había logrado quitar el cinturón lo sacudió como un trofeo y cuando estaba a punto de lanzarse sobre su víctima para llevar a cabo lo que su libido le estaba pidiendo vio como la meta se había transformado de un orificio a un falo masculino.
Se quedo congelado y se rasco la cabeza sin entender, John aprovecho ese segundo y lo utilizo para prepararse a sí mismo y dar al hombre una tremenda patada en los cojones. El borracho seguía teniendo la expresión de impresión en su rostro. El dolor le hizo agacharse y cogerse la zona afectada con un llanto de dolor, así que John aprovecho para darle una segunda patada pero esta vez en la nuca. El hombre cayó al suelo con la mirada en blanco.
John salió corriendo del apartamento y entro en su propia casa completamente cubierto de sudor. Cerró la puerta de un empujón y se dejo caer jadeando y respirando profundamente. Lo había hecho! Evitar otra situación de riesgo. El permaneció sentado en el sofá un largo tiempo hasta que escucho la alarma de la caja fuerte. Por fin podía deshacerse de sus ataduras y al menos podía respirar con alivio una vez que él podía quitarse su mordaza y las esposas.
esto merece una buena bebida!”, se dijo. Así que lleno un par de copas para olvidar la amarga experiencia. Conto que nadie lo hubiera visto huir de la casa del borracho y que este no le diría su aventura a nadie, o incluso no recordaría nada al día siguiente a causa de la embriaguez, o no se atrevería decir a nadie que casi viola a una travesti. En cualquier caso tenía que tener más cuidado. Se ducho, esta vez con agua fría, y cayo exhausto en la cama de nuevo. Esa tarde había sido realmente emocionante.

lunes, 5 de marzo de 2018

Pose sissy


Esta Sissy está muy guapa, además sabe posar bien, creo que una buena sissy debe saber posar para su dueña.



sábado, 3 de marzo de 2018

Un paseo


Muchas veces lo que necesita una buena Sissy, es un paseo por el campo de la mano de su Señora para recordarle sus orígenes de animal de compañía, es una buena manera de castigarlo, llevarlo a un prado, para que vea lo cómodo y agradecido que debe estar en la casa de su señora sirviéndola en todo momento.












El plan – Capitulo 7º


John se despertó y miro el reloj que tenía en su mesita de noche eran las 11:00 AM. Ni siquiera mas unos segundos más tarde y comenzó a sentir ese deseo incontrolable que lo había acosado la última vez. Pero él estaba preparado para eso. Él sabía que iba a sentir la necesidad de ser penetrado y de tocarse a sí mismo y que podría hacerle perder el control. Así, que había asegurado de no sentir esa necesidad.
Se quito el pijama y permaneció desnudo.
Se puso un cinturón de castidad con un consolador de látex alrededor de unos diez centímetros de largo, que mantenía su vagina húmeda. También tenía un consolar similar para el orificio del ano, pero este era un poco más corto. Como el día anterior había tenido suficiente introducción en su intestino grueso no iba a jugársela durante el día. La parte delantera de ese cinturón de castidad, tenía un pequeño orificio que dejaba orinar, incluso con el consolador insertado.
Sentía curiosidad para verse a sí mismo por lo que se detuvo un momento en el espejo admirando su look. Una imagen toda de la febril imaginación del director de una película porno. Cogió la máscara femenina y lo intento. Se parecía bastante normal. Por un momento tuvo la tentación de permanecer allí un poco más tiempo, pero pronto comenzó a sentir el cosquilleo de nuevo y la voz suave que le sugería con insistencia que tenía que comer la tercera galleta. Pero él no quiso escuchar a los cantos de la sirena, por lo que se apresuro a continuar con su plan sin quitarse la máscara.
Guardo las llaves del cinturón de castidad junto con las de las esposas que planeaba usar, en la misma caja de seguridad que había usado el día anterior y lo programo con el tiempo suficiente para que durare hasta las 7:30 PM, que sería la hora de recuperar su cuerpo masculino. Luego se esposo las manos a la espalda.
Se pasaría todo el día en ese estado hasta el momento en que la maldición hubiera terminado. De esa manera él sabía que su deseo estaría bajo control durante ese tiempo. Ahora, para pasar esas ocho largas horas decidió ver el video de la noche anterior.
Él sabía que no sería capaz de concentrarse, pero sentía la necesidad de verlo de manera estimulante y tener muchas y agradables orgasmos. Mantenía en su mente el intenso recuerdo de la ocasión anterior y estaba demasiado ansioso para repetirlo ahora que tenía la oportunidad. De todos modos, con todas las precauciones que había tomado él no podía hacer nada más que eso.
Esta vez, el número de orgasmos que tuvo era mucho mayor que los de la primera vez. Era evidente que ante el estimulo que había sentido la ultima vez, se agregaba el hecho de estar esposado, amordazado y con los dos orificios invadidos por los miembros que generaban una situación de éxtasis inmejorable. Cuando la película termino, vio allí que quedaban dos horas para que se volviera a transformar en un hombre de nuevo.
Así que decido quedarse descansando en el sofá y cerró los ojos. Tal vez solo el recuerdo de la noche anterior le haría sentir más orgasmo sin la necesidad de ver la película. La caja fuerte tenía una campana que sonaría cuando el tiempo de apertura hubiera terminado para lo que despertaría a tiempo para poner fuera todo lo que tena en la espalda antes de transformarse otra vez.
Cuando el ya había experimentado dos o tres orgasmo mas su concentración se vio interrumpida por los golpes de un gran reloj que estaba cerca de su apartamento. Los conto mentalmente, debían ser las cinco, calculo. Uno, dos, tres, cuatro, seis, siete.
Siete golpes? Ese reloj debe estar mal.” Pensó.
Y luego cerró los ojos y estimulándose a sí mismo hasta que tuvo otro orgasmo. Pero entonces se acordó de los accidentes cerebro vasculares. ¿Qué pasa si el reloj no estaba mal?”
Decidió levantarse del sofá y caminar, con un poco de dificultad al tener ambos elemento de penetración en la vagina y el año. Fue a cocina y vio la hora en el reloj de pared. Las siete y cinco.
“¿Cómo puede ser posible? Los dos están mal?”
Para estar seguro fue a la televisión y cogió el mando con las manos esposadas y la encendió buscando algún canal de noticias. Vio en el monitor que eran las 19:06. Él no podía creer lo que le estaba pasando se dirigía a su dormitorio como un jinete que ha estado cabalgando de su caballo más de 24 horas seguidas. Miro el reloj de la mesita de noche y vio que eran las 17:02. El reloj de la mesita atrasaba!
Luego regreso a la sala y miro a los relojes de ambas cajas de seguridad que estaban sobre la mesa. La que él había cerrado a las doce y veinticuatro, esos era los minutos que faltaban para abrirse. La que abría cerrado por la mañana, que no era la mañana después de todo, decía a las 2:27.
Así que él no sería capaz de quitarse las esposas o el cinturón de castidad durante más de dos horas. Y en tan solo veinticuatro minutos volvía a convertirse en un hombre de nuevo. Y ese miembro que estaba penetrado en su interior del orificio… solo de pensarlo lo que podría suceder sintió un gran temblor y sudores.