sábado, 15 de marzo de 2025

belcomin capitulo 8

 

Robin se levantó a las 5 porque polla estaba palpitando en su jaula, salió de la habitación en silencio para prepararse para el día, entro en el baño de visitas y se sentó para orinar, se ducho y se aseguró de que su cuerpo estuviera completamente depilado debajo de las cejas, aunque entre el afeitado y la cera caliente, las ceremonias depilatorias que Sandra le había hecho usar a lo largo de los años por lo general estaba complemente suave, incluso entonces solo tenía que pasar una maquililla de afeitar eléctrica sobre sus pelotas una vez al mes para eliminar la pelusa, se cepillo los diente y fue a la cocina para preparar el desayuno.

 

A las 6:59 en punto se fue hasta el dormitorio vestido con su jaula de castidad, bragas, el collarín y del delantal de sirvienta, lamio suavemente ellos pies de su esposa y luego le dio besitos en los muslos.

 

Cuando ella abrió los ojos, se estiro y dijo “Oh, Richard”, abrió las piernas, él sabía lo que quería que hiciera, lamio suavemente su clítoris y luego movió su lengua a los labios de su coño, olía a sexo, puso toda su boca alrededor de él y chupo los labios, luego metió su lengua profundamente dentro de ella, la dejo allí unos segundos y volvió a centrar toda su atención en su clítoris, lamio y lamio, podía sentir su respiración acelerándose entre jadeos mas y mas cortos, mas y mas rápidos, aunque no podía verlo sabia que sus pechos estaban agitados y sus pezones estaban erectos.

 

Ella tuvo un orgasmo tremendo, se corrió y apretó las piernas alrededor de la espalda de Richard presionando su cara con fuerza contra ella, lo sostuvo allí y movió sus caderas apretando su coño contra su cara, él permaneció en esa posición hasta que sintió que las piernas de ella se aflojaban y se deslizaban por su espalda para liberarlo y luego retrocedía una pulgada para recuperar el aliento.

 

“Oh, Richard” gimió Sandra “Ha sido excelente”

 

A lo que él contestó, “Gracias señora, y buenos días, señora ¿Le preparo el desayuno ahora?”

 

Ella movió lentamente sus caderas sobre las sabanas en un movimiento circular “No”, contestó, “Creo que me gustaría primero un baño”.

Richard sabia que debía hacer, “Lo preparare todo, señora” y lentamente se levanto de la cama para no molestar a su esposa

 

“Quiero un champú esta mañana”, dijo con los ojos cerrados, “Y como regalo puedes depilarme las piernas”

 

Él fue rápidamente a la habitación de invitados y se quito toda la ropa, sabía lo que implicaría la ceremonia del baño de Sandra, luego entro en su baño para prepararse, abrió el agua para llenar la bañera de mármol y agrego un poco de aceite perfumado en el agua, puso una toallita, una barra de jabón y una pequeña  esponja vegetal en el borde de la bañera, junto con una botella de champú se aseguro de tener su bata de felpa en la parte posterior de la puerta y la cantidad necesaria de toallas, abrió un armario y saco una maquina de afeitar, una brocha de afeitar y una pastilla de jabón. Coloco el cepillo de dientes de Sandra una cantidad generosa de pasta en él y vertió en un pequeño baso un poco de enjuague bucal, cuando estuvo todo listo volvió a entrar al dormitorio y se arrodillo al lado de la cama.

 

“¿Esta lista la señora?” pregunto.

 

Abrió los ojos y paso las piernas por el borde de la cama, él se puso de pie, ella le ofreció su mano derecha, se inclino y lo beso suavemente, le ayudo a levantarse y ella camino desnuda hacia el baño.

 

Se cepillo los dientes, se enjuago con el enjuague bucal y lo escupió en el fregadero, Richard volvió a ofrecer la mano y la ayudo a meterse en la bañera, “Perfecto a la temperatura adecuada”, ronroneo mientras se sumergía en el agua, “Eres el esposo perfecto y te voy a entrenar para que seas mi doncella perfecta”

 

“Gracias, Señora” dijo Richard.

 

Él se sabia esta ceremonia de memoria, cuando comenzaron su relación de dominación en serio, Sandra pensó que esta seria una tarea que él debería aprender, le agrego pequeños matices pero al tercer año de matrimonio, sabia exactamente que hacer, termino realizando esta ceremonia al menos dos veces por semana, pero no generalmente cuando el Señor James estaba en el apartamento, luego generalmente cuando el Señor James se única en la ducha, donde él se arrodillaba ante él bajo el chorro de agua y le metía la polla en la boca para hacer una manada antes del desayuno.

 

Mientras la señora se recostaba en la almohada del baño y disfrutaba del calor de la aguda, sus pechos se asomaban por encima de las burbujas, él cogió una toalla y el jabón, los sumergió en el agua y comenzó a frotarlos suavemente sobre sus hombros, estiro el cuello y dijo, “Si, oh, si, aquí mismo”.

 

Le paso la tela por los brazos y las manos, Sandra movió los dedos y luego le lavo el cuello y paso la toalla por el pecho, la ceremonia del baño era la única vez en que se le permitía tocar sus pechos, a menos que estuviera lamiendo el semen que había caído en ellos, luego un escalofrió recorrido todo su cuerpo, su polla se tenso dentro de la jaula, bajo hasta sus pezones y pudo sentir como se erguían bajo ella y se detuvo, podía sentirlos contra la palma de su mano.

 

“Richard” le reprendió Sandra, y rápidamente movió la tela a los lados y parte inferior de sus senos, luego hacia la curva de su vientre, ella se volvió hacia un lado y él le lavo la parte inferior de la espalda y el trasero, tuvo que meter la mano profundamente en la bañera y el agua lo salpico por todas partes del piso, lavo la V de sus piernas, luego cada pierna y finalmente sus pies, cogió una pequeña esponja vegetal y haciendo círculos diminutos, volvió sobre los pies y las piernas de Sandra.

 

Ella se recostó sobre la almohada y suspiro, luego estiro una pierna bien formada sacándola del agua haciendo que colgara su tobillo sobre el borde de la bañera que goteaba agua en el suelo, Richard cogió jabón de afeitar y la brocha preparándola con una espesa espuma, le cubrió la pierna con esa espuma y luego cogió su navaja para afeitarla, cuando Sandra insistió en que le afeitara todo el vello corporal su practica había hecho que fuese perfecto, y de hecho depilo cada una de las piernas de Sandra a la perfección.

 

Se los enjuago con el rociador de la bañera y dijo, “¿Su champú ahora, señora?”

 

Sandra asintió, se incorporó en la bañera y se inclino hacia adelante, sus pezones rozaban la superficie del agua, Richard se metió en la tina y se paro detrás de ella usando el rociador para humedecer su pelo, luego vertió un poco de champú en su mano y comenzó a masajearlo en su pelo, ella tenia el pelo espeso y negro hasta los hombros y emitía pequeños maullidos cuando él le pasaba los dedos por el pelo y le masajeaba el cuero cabelludo, podía sentir su polla tensándose en su jaula en la parte posterior de su cabeza, movió la cabeza un poco hacia atrás solo para aumentar la presión, podía sentirlo erguirse un poco mas derecho, luego tomo el rociador y le enjuago el pelo hasta que quedo libre de jabón dejándolo negro y brillante como el ónice.

 

Richard salió de la tina y le tendió la mano, ella la cogió y camino goteando agua, aceite de baño y pompas de jabón corriendo por su delicioso cuerpo, fuera de la tina sobre la alfombra del baño, el agua salpicaba y goteaba por todas partes donde entro en la cabina de la ducha separada para enjuagarse, Richard se paro a la izquierda sosteniendo una enorme toalla del baño, cuando ella salió de la ducha él sostuvo la toalla con ambas manos y ella se dejo envolver por la toalla, Richard envolvió sus manos alrededor de ella, estas ceremonias de baño eran las uncia en las que se le permitía tocar a su esposa sin ordenes específicas, su polla latía contra su culo y aunque él no podía verlo, Sandra lo sentía y tenia una sonrisa astuta de satisfacción en su rostro.

 

Dejo caer la toalla a sus pies, cogió otra, se arrodillo y comenzó a secarle los pies y las piernas, abrió las piernas y dejo que él acariciara su vagina y luego se giro ligeramente para permitirle secar cada nalga de su perfecto trasero, luego sus senos, hombros y espalda, dejo caer esa toalla para coger otras y comenzar a secar el pelo, cuando ella le quito la toalla se recogió el pelo húmedo en un turbante, él saco los botes de crema del armario.

 

Le entrego la crema facial a ella quien comenzó a aplicársela en la cara y cuello, Richard se arrodillo con el otro envase de crema humectante y comenzó a aplicárselo en las piernas, ella se puso de pie con las piernas a horcajadas y él le froto la crema sobre los muslos y nalgas, subió por la espalda, los hombros y finalmente los senos, su cuerpo brillaba rosado por el baño y sus pezones estaban erectos.

 

Mientras tanto Sandra se ocupaba de su cuello y rostro, cuando arrojo el recipiente al suelo, extendió los brazos y Richard aplico la crema humectante en cada brazo hasta las manos, y luego masajeo cada palma y dedo, cuando termino llego el momento de buscar su bata, que mantuvo abierta para ella.

 

Ella le dijo, “Búscame mis zapatos de tacón de aguja, los que tienen plumas”.

 

Richard dijo un “Si, señora” y se fue al dormitorio a buscarlas, regreso al baño y se arrodillo sosteniendo cada zapato, lo que le permitió a ella poner un pie en el primero y luego, mientras se equilibraba agarrándose a la parte superior de su cabeza, el otro, ella lo miro con una ceja levantada.

 

Él se dio cuenta de su omisión y rápidamente se inclino para besar la punta de cada zapato.

 

“Así esta mejor, sécate, vístete y prepárame el desayuno, mientras haces eso me secare el pelo y comeremos, luego puedes ayudarme a vestirme, si vas a ser mi sirvienta a partir de ahora en adelante necesitaras aprender a servirme apropiadamente, sírveme bien y podrás terminar con un orgasmo cada semana, ¿No te gustaría eso?”

 

Miro alrededor del baño, las toallas mojadas y la tina con el agua de baño que ya estaba fría y una película de jabón mezclada con aceite de baño, los recipientes de crema para el rostro y el cuerpo en el piso, el lavabo verdoso con pequeñas gotas de enjuague bucal y dijo “Tendrás el día ocupado, puedes limpiar todo esto mas tarde, después de que hayamos hecho nuestros recados”

 

A lo que le contesto, “Si, señora” y volvió a la habitación de invitados para cambiarse y ponerse las bragas, y el delantal se sirvienta francesa, para preparar el desayuno a la señora Sandra.

 

 

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