Empecé
desde el mismo momento en que por primera vez me di cuenta que tenía una fuerte
curiosidad de probarme unas medias, una faja y un sujetador que había
encontrado en el cajón del armario de mi madre.
La
sensación me hizo sentirme increíblemente bien pero también me invadió un
sentimiento de culpa y vergüenza, los chicos no hacen esto.
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Me dije que nunca volverá a hacerlo.
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Me dije una y otra vez que no lo volvería hacer después de cada recaída.
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Me dije que me detendría en mi 18,20,25,30... Cumpleaños
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Me dije que me detendría cuando tuviera novia... cuando me casara.
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Me dije que solo era un fetiche hacia las medias y la ropa interior femenina.
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Eventualmente llevaba faldas, blusas, tacones altos, me maquillaba, me pintaba
las uñas, me dije a mi mismo que solo era un pasatiempo que podía dejarlo e
ignorarlo en cualquier momento... hasta que empecé a usar medias y ropa
interior femenina de forma rutinaria bajo la ropa de hombre y vestirme
exclusivamente con prendas femeninas para estar en casa.
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Me dije que nadie me vería vestido con ropa de mujer... hasta que sentí el
impulso de pasear de noche vestido con tacones, falda y blusa... luego frecuente
bares de ambiente gay... luego contacte con dominas profesionales... y finalmente,
a plena luz del día, centros comerciales abarrotados, trenes, aeropuertos...
etc.
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Me dije que nunca tendría sexo con un hombre... hasta que me encontré de
rodillas con un polla dentro de mis labios pintados... no paso mucho tiempo
hasta que un hombre me follo por mi trasero.
Cada
limite que he fijado ha sido violado, con cada violación ha surgido la
creciente conciencia de que soy débil para resistirme y establecer límites es inútil,
eventualmente me dejo llevar y ahora me rindo a casi cualquier persona o cosa.
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