John tenía apenas una milésima de
segundo para pensar: “Bueno, solo espero que todo esto valga la
pena el esfuerzo.” Ahora estaba solo, inmovilizado, transformado en una
seductora puta que estaba a merced de los clientes que comenzaban a pasar.
Cuando pasaron, eran tantos que
perdió la cuenta de ellos después de los diez primeros. Al principio trato de
centrarse en la cara para ver si era conocidos o no. Pero en un momento no se
pudo centrar en ninguna cosa más. Pensó que era mejor no intentar abrir los
ojos ni olerlos mientras hacían un olor a sudor que le ahogaba por momentos.
Los primeros solo le levantaron
la falda y le penetraron por turnos. Pero pronto empezaron a llegar muchos de
ellos que era una autentica orgia salvaje. Le arrancaron la blusa en pedazos y
el sujetador, dejando sus pechos desnudos expuestos, por lo que mientras que algunos
de ellos se divertían con su nuevo orificio algunos otros la mordían, soplaba y
apretaba sus pechos. Algunos le insultaban, otros lo abofeteaban. La mayoría
tomaron la precaución de usar condones que John había dejado para ellos, pero
algunos lo hicieron a pelo. Cuando John pensó en que no lo podían humillar más,
uno de ellos dijo:
“¿no hay una puerta trasera?”
Al escuchar eso John miro al
chico y dijo con ira, “mmmmmmmmmmphhhh!”
“eres un chica estrecha, ¿no es así?”,
le respondió el hombre, “¿y qué vas a hacer para detenerme?”
Con una furia salvaje John trato
de levantarse para parar a ese hombre, pero sus piernas no respondieron tan
rápido como las necesitaba al estar después de un largo tiempo allí sentado.
Además el hombre lo agarro con firmeza y lo levanto.
“mmmmmmmmmbgggggg!” John
siguió protestando mientras luchaba furiosamente tratando de ser puesto en
libertad. Pero no podía hacer nada con las manos esposadas y las piernas
debilitadas
El hombre se volvió sobre el
cuerpo de mujer de John en el aire y lo dejo caer al suelo provocando una gran
presión sobre sus enormes pechos que hizo que el pobre detective gritara de
dolor.
“Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmppppppppppppppppppppppbgbgbbgrrrrrrrr!”
Habiendo quedado completamente a
la merced de aquel hombre no tenía ningún problema en lanzarse sobre él y
penetrar el culo de John sin ninguna consideración. John tuvo que soportar la
humillación de ser penetrado por un hombre que no tenía ninguna dificultad en
vencerlo en una lucha justa
Después de ese incidente no trato
de oponerse a cualquier resistencia a los próximos chicos que pasaron a
utilizarlo. Eran demasiados y lo sometieron a humillaciones incalculables para
John, lo violaron en grupo y finalmente le quitaron la mordaza para hacer uso
del tercer orificio, como dijeron. Tan pronto como John tuvo la boca liberada intento
resistirse suplicando.
“por favor como podéis pensar en
introducir vuestra polla sucia en mmmmmmmgmgmgmhhh!”. No pudo terminar
la frase porque el chico ya había puesto su miembro erigido en la boca y
llegado a la garganta haciendo que John
se atragantara con su propia saliva.
“Si, tratas de morderme, puta, te
arrepentirás de ello.” El chico dijo, y John con miedo cumplió para no
hacer enojar al chico. Después de todo John no tenía nada que hacer en caso de
que el hombre optara por hacerle daño de verdad, estaba totalmente indefenso. Y
no esperaba que nadie le ayudara por eso no se resistió ni trato de morder el miembro
que estaba invadiendo su boca, aunque sentía que lo estaba ahogando. De
repente, el hombre dijo:
“Bueno, perra, lo hacer como una
verdadera profesional y mereces una recompensa. No trates de perder ni una gota
o te prometo que tendrás problemas.
Cuando dijo eso, John imagino lo
peor y trato de mover la boca para apartarse del pene, pero una mano le agarro
la cabeza, mientras que un liquido caliente y amargo comenzó a correr a través
de la garganta hacia el estomago. Esto casi provoca que John tenga la necesidad
de vomitar pero mirando a los ojos de su cliente sabia que nada de lo que iba
hacer para alterar tendría terribles consecuencias. Así que con un disgusto
enfermo tuvo que tragarse todo lo que ese hombre estaba bombeando en su
garganta. Cuando termino, se quito su miembro flácido de la boca de John y este
tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano para evitar la explosión de los restos
de semen de la boca.
“Nos estamos entendiendo bien,
putita. Si sigues así te aseguro que nada malo te va a suceder.”
John miro hacia otro lado
vergonzosamente y no se resistió más. Los siguientes clientes parecían querer
experimentar nuevas perversiones e hicieron varios cambios en la posición de
John. Cambiaron su posición torcida con los brazos y las piernas totalmente
torcidas. En algunos momentos lograron invadir los tres orificios al mismo
tiempo. John sintió sensaciones indescriptibles y muy embarazosas. Trato de
luchar contra algunas perversiones que le llenaban de odio, pero su resistencia
hizo que el grupo se excitara aun más.
“Mira como lucha. Creo que debemos
liberarla la pobre! Seguro que quiere volver a casa, ¿no?, jajajaja!”
“A mí me parece que ella lo está
disfrutando de verdad. Y que parece tener una amplia experiencia en el negocio.
Mira la expresión inocente de su cara, jejejejej!!!”
Al escuchar la burla de sus
agresores John sintió una mezcla de vergüenza y asco, pero al mismo tiempo
sentía algo más que no podía identificar en ese momento. “no era importante”, pensó.
Solo tenía que resistir y dejar que se terminara lo antes posible.
En ese momento John era casi una
ruina y no oponía ninguna resistencia cuando la marea masculina invadió todos
sus agujeros. Con cada nueva perversión que sus clientes realizaban sobre él
parecía entrar en un estado de frenesí, cada vez más y más salvaje, la
realización de los actos más perversos. Eran como animales que están calientes,
y poco a poco fue perdiendo su modestia y su humanidad.
John dejo de percibir el olor del
sudor, la orina, el semen y el sexo masculino, dejo de percibir el sonido de
las voces que lo insultaban y hacían el tonto hacia él, dejo de percibir el
sabor de lo que estaban vaciando a través de su garganta y finalmente se detuvo
percibiendo sus piernas, sus brazos y por en el culo y el coño, siempre y
cuando lo utilizaban, y pasan de ser uso del siguiente de la cola.
Por fin, no podía sentir los
fluidos que invadían su cuerpo por los tres agujeros que no estaban diseñados
para tal abuso, y finalmente, en un instante dejo de percibir el mundo, pero no
del todo. Todo lo que fue percibido por él como a través de un cristal opaco y
el sonido venia de muy lejos.
Se dijo a mismo que no iba a
romper a llorar. No iba a darle a esos el gusto de verlo llorando. El abuso
continuo por momentos cada vez mas y mas salvaje, solo era un rato, pero para
John parecía una eternidad. Después de varias horas, cuando no había nadie
alrededor y finalmente, el último de la cola, John empezó a recuperar la
conciencia de nuevo. El último era un tipo duro después de todo, porque nadie más
había derrumbado después de haber sido sometido a la misma experiencia. Decidió
que era ya la hora de irse. Se sentía herido y todo su cuerpo apestaba. Se
sentía lleno de mugre, su boca tenía un sabor horrible y solo pensar en lo que tenía
en el estomago no pudo resistir el reflejo nauseoso y quería vomitar, pero
llevaba puesto la mordaza que el ultimo cliente le había vuelto a poner antes
de dejarlo. Tuvo que aguantar y respirar profundamente hasta que las nauseas se
suavizaran.
Con un gran esfuerzo, trato de
levantarse ya que apenas podía mover las piernas por los abusos sufridos.
Sentía una presión que parecía que su culo iba a explotar, noto que tenía algo
insertado en el recto. La presión le impedía levantarse. Tenía que salir de sus
ataduras y sacar lo que le dolía. Se arrastro hacia atrás y miro con las manos
esposadas las llaves que había escondido en el agujero de la pared. Tubo que intentar
varias veces cogerlas y al final cuando las cogió sus manos temblorosas no
atinaban la cerradura de las esposas y algunas veces se le cayeron al suelo.
Por un momento, el pánico le invadió, pensando que tendría que permanecer en
esa situación más tiempo, pero finalmente, después de gran esfuerzo y
contorsiones doloras se las arreglo para ser liberado.
Una vez que tuvo las manos
libres, lo primero que hizo fue quitarse la mordaza. Y fue justo a tiempo,
porque no podía resistir mas las nauseas. Una vez que se la quito su boca
vomito todo el contenido se había visto obligado a tragar. Con solo mirar lo
que había vomitado se volvió a sentir enfermo otra vez.
Después de relajarse un poco
intento tocar su ano en busca de alguna herida que le podrían haber provocado pero
no había sangre. Así que busco desesperadamente más profundo con los dedos
hasta que encontró algo atascado en el recto. Después de luchar un poco y
sintiendo un gran dolor John logro sacar lo que había insertado dentro desde
entonces.
Solo viendo le hacía sentir enfermo
otra vez cuando vio que algunos de sus “Clientes”, se habían decidido a
depositar sus condones usados donde aparentemente no tenían que ir.
Al girar la vista hacia el otro
lado vio que había un montón de condones usados en el suelo y la visión le hizo
estremecerse. Era de esperar que no todos ellos los hubieran usado esa noche.
Miro las cajas de preservativos vacías, se dijo a si mismo que no era posible
que hubiera tenido tantos visitantes. Pero el dolor del culo, y el sabor
horrible en la boca le hizo dar cuenta de que el abuso era más grande de lo que había imaginado.
Sin embargo, un pequeña voz
interior le cantaba en su mente: “Como has disfrutado!, cariño!”
Él estaba emocionado solo
habiendo tenido ese pensamiento. No, él había tenido que definitivamente salir
de ese lugar debido a que le maltrato que había sufrido le estaba jugando una
mala pasada en su mente. Además, estaba completamente seguro de que la
experiencia no se repetiría nunca más.
Recogió sus cosas y trato de
levantarse, sin poder. Empezó a gatear hacia su coche, olvidando que aun
llevaba los zapatos de tacón alto. Por
entonces nada le importaba, lo único importante era que todo había terminado.
Después de un gran esfuerzo al fin se pudo levantar, pero no del todo. Se
acerco cojeando a la puerta del coche.
Miro el reloj, las 4:30 AM. Había
pasado casi seis horas en el callejón. Respiro hondo, se subió a su coche no
sin antes hacer un gran esfuerzo y finalmente recordó quitarse los zapatos. Condujo de vuelta a casa. Por suerte, el no se
encontró con nadie en el camino, y el garaje es automático por lo que no tenía
que bajar para entrar. Suerte que a esa hora no había nadie en el bloque para
encontrarse casualmente en el ascensor o en los pasillos. Finalmente llego a su
piso, abrió la puerta y pensó en acostarse en la cama. Pero se sentía sucio. Se
desnudo y se ducho. Se froto todo lo que pudo, pero aun se sentía sucio todo y
haber eliminado todo resto de lo que había pasado.
Supuso que era solo una cosa más
de la vivencia. Era un tipo duro, después de todo y que eso no lo mataría. Por
fin estaba en casa y se podía tomar una ducha. Después de la ducha se de caer
agotado en la cama.
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