sábado, 3 de febrero de 2018

El plan – Capitulo 3º

Más tarde esa misma noche, cogió una de las galletas de la caja y la guardo en el bolsillo. Se llevo consigo algunas cosas de la caja, con cuidado de elegir lo que él pensaba que podría necesitar. Guardo todo en una gran bolsa y se subió a su viejo coche y se dirigió a un sitio específico de la ciudad.
Era un callejón que sabía que era visitado por hombres en busca de sexo fácil, algunos de ellos muy conocidos. Él cogió una de sus mini cámaras, la que suele utilizar para instalar en lugares estratégicos situados para llevar a cabo sus tareas de espionaje.
Aparco frente a un lugar donde se ponía y metió la mini cámara en el espejo retrovisor apuntando para que obtuviera una buena visión de lo que podía suceder allí. Cogió una galleta de su bolsillo, tomo aire, respiro profundamente, y comió de un solo bocado.
La transformación fue instantánea. Inmediatamente sitio una enorme presión y un peso en el pecho que casi rompe los botones de su camisa. Habiendo desabrochado la parte más alta de ella salieron un par de inmensas tetas erigidas. Nunca había visto unos pechos tan grandes y tan de cerca, pero ahora que recordaba… “Mindy”, si Mindy, una rubia de bote, era una camarera de un pequeño restaurante en que John solía ir. Mindy realmente parecía una estrella de cine porno con una buena forma y un par de tetas que pararía el tráfico. Pero ahora que él estaba mirando sus propios pechos los veía más grandes y más sabrosos “! Vamos hombre!”, se dijo “vamos a salir”. Así que se centro de nuevo. Si su plan tenia éxito estaba seguro que habría un montón de tiempo para admirarse a si mismo cómodamente en casa.
Se desnudo por completo, mientras miraba su propio reflejo en el espejo. Ahora que se veía a sí mismo podía ver que su nueva forma del cuerpo se había quedado como un prostituta y estrella porno común. Sus caderas era curvilíneas, las piernas perfectamente torneadas, su enormes pechos y seductores y algo más abajo debajo, podía ver su coño sin pelo como si se lo hubiera depilado. En cuando a sí mismo en ese momento sentía cierta excitación, pero cerró los ojos y trato de pensar específicamente en su plan para enfriarse a sí mismo. Así, que continúo la inspección, con el rostro también había cambiado y ahora tenía los labios voluptuosos y sus grandes cejar. Sus rasgos parecían más pequeños y incluso si aun podía reconocerse a si mismo, con un poco de esfuerzo, estaba seguro que ni siquiera su propia madre lo reconocería ahora. Su pelo rubio corto de antes ahora le llegaba hasta la cintura.
Por un momento sintió cosquillas en todo su cuerpo y sintió la tentación de probar lo que este nuevo organismo era capaz de hacer, pero había un trabajo por hacer. Así que sin perder tiempo para experimentar la nueva sensación de ser una mujer a la que se veía entre las cosas que había traído, un juego completo y muy sensual de ropa interior, unas pantimedias de color negro que revelaba sus partes privadas, ya que eran semitransparentes, un sujetador negro que apenas podía mantener sus enormes pechos, pero al apretarse se le veía mejorados. Un corsé sedoso que se montaba encima del sujetador y un liguero completaban su ligero atuendo.
Pensó en salir del coche así, pero si alguien lo miraba trataría de averiguar quién era esa mujer y seguramente arruinaría todo su plan. No, no era aun parte de la ropa para ser usada por lo que se puso una blusa blanca de seda con un gran escote que dejaba que la gente pudiera admirar sus bonitos pechos y una minifalda negra que apenas podía cubrir sus bragas. No tenia agujeros para los pendientes, pero por suerte había encontrado un par de grandes que llevaban pinzas y no necesitaban un agujero.
Luego cogió el kit de maquillaje, y con muy poco experiencia se maquillo a sí mismo, bastante pesado, como si fuera una puta barata. John tuvo que recurrir a trucos de maquillaje de su profesión por lo que era casi un experto en ello. De todos modos acababa de obtener el efecto deseado, recordando las visitas a varios burdeles que habían ido por trabajo. Así que con un pintalabios y unas sombras de ojos brillantes obtuvo el efecto esperado.
Solo le faltaba un pequeño detalle. Así que cogió un par de zapatos con tacón que parecía demasiado alto y demasiado delgado para John. Calculo mentalmente debía medir unas 7 pulgadas de alto, “esto realmente debería ser un castigo para el marido infiel”, pensó. “Esperemos que sea una herramienta para ganar dinero”. Los zapatos tenían correas para fijarse a los tobillos.
Los repaso con la mirada para ver si estaban listos, ahora tenía que añadir los “Accesorios”. Rápidamente saco de la bolsa una cadena, un par de esposas, candados, mordazas. Y también un par de grandes cajas que había traído las cosas, “Mejor estar preparado”, se dijo.
Él se bajo del coche mirando a ambos lados. No había nadie en el lugar que había elegido para posar, no había tráfico en la calle, ya que era un sitio de mala reputación y la luz tenue de una farola era la única iluminación para que alguien pudiera verlo con claridad a menos que se acercara a él demasiado. Empezó a caminar hasta allí, pero era un poco difícil encima de aquellos tacones no era una habilidad que los hombres solían tener por lo que más de una vez estuvo a punto de caer. Él empezó a caminar lentamente y con las piernas arqueadas tratando de mantener el equilibrio. Si alguien lo hubiera visto en ese momento caminando así seguramente pensaría que era una prostituta muy borracha.
Caminar con tacones altos no solo era difícil, también le provoco un dolor intenso en las piernas y en los tobillos, pero se obligo mentalmente seguir hacia adelante, siempre mentalizado en el premio después de las dificultades. De hecho, era el dolor lo que le hacía olvidar que su corazón seguía aumentando aun mas después de haberse completado la transformación en mujer.
Paso a paso, por fin llego al lugar específico y estaba a punto de dejarse caer en el suelo porque sus piernas le temblaban por el esfuerzo no solo de caminar, sino también de mantenerse en pie con esos tacones gigantescos.
Él se apoyo en la pared, y comenzó a preparar la “escena”. Se esposa a los extremos de una cadena para que las esposas tuvieran articulación. Miro que las llaves funcionaran para asegurarse que todo fuese bien. Trago saliva de nuevo y se puso la mordaza en la boca, y la ato detrás de su cuello para que la mordaza hiciera su trabajo. Intento hablar pero solo pudo emitir un sonido gutural, miro el reloj: eran las 22:30.
Busco un agujero en la pared y puso una pequeña bolsa con el reloj, las llaves de las esposas, y las llaves de sus coche. Se aseguro de que pudiera llegar de nuevo con las manos después de completar la misión. Bloqueo sus esposas en las muñecas y bloqueo los candados con las manos detrás de la espalda.
Ahora no podía mantenerse en pie debido a que la longitud de la cadena le restringía así que se sentó extendiendo sus piernas exhibiéndose al publico que estaba a punto de llegar a cualquier momento. "“Bueno, ya no hay vuelta atrás”. Pensó. Ahora solo tenía que esperar. Al girar alrededor sus ojos se detuvieron en un par de cajas que había traído con él “Condones X-Xtreme” se leía en la etiqueta de un lado, “50 piezas” en el otro lado. No creía que los iba a necesitar, pero era mejor tenerlos y no necesitarlos.
Por un momento se estremeció pensando que tal vez sus clientes no eran tan educados y decidieran tener sexo a pelo. Solo con pensarlo le hizo estremecerse y por un momento trato de levantarse. Había cambiado de opinión ahora, no quería ser una prostituta, y tenía que salir de allí lo antes posible.

Pero ya era demasiado tarde. Se oían pasos y voces que provenían de muy cerca. Alguien dijo “Ey mira eso!”, y otro dijo: “¿Estas viendo lo que estoy viendo?” si, era definitivamente demasiado tarde para John que retrocedía renunciando a su posición original con su piernas abiertas esperando a sus nuevos clientes que venían. 

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