Hace
un tiempo tuve que hacer un viaje. Mi Ama me llevo al aeropuerto, que está a 3
horas en coche, y cuando llegase me volvería a recoger. Me fui para unos días, así que le di mi
dirección de correo para mantenerse en contacto conmigo, ella me dio instrucciones que la maleta había
puesto un neceser con varias cosas dentro que no debía abrir hasta que ella me
lo dijera, así que cuando tenía que volver él, ella me envió el siguiente
correo.
Esclavo:
En
el neceser tienes un sostén, y unas bragas de plástico, quiero que te lo pongas
para el regreso.
Así
que antes de dejar el hotel me pongo lo que me ha dicho, el viaje de vuelta fue
incomodísimo, ya que el sostén se me clavaba al pecho y las bragas no
transpiraban y me sentía todo mojado allí debajo, por la raja del culo sentía
como resbalaban las gotas de sudor.
Una
vez que llegue al aeropuerto después de aterrizar, ella ya me estaba esperando,
llevaba su mejor falda de cuero y sus botas con tacón metálico. Después de los
saludos de rigor, nos dirigimos al coche, que me ordena que me quite la ropa
allí en el parking, empieza a dar vueltas a mi alrededor mientras se burla de
cómo estoy vestido, después de humillarme un rato y yo sintiendo miedo por la
gente que pueda pasar, me ordena que suba al coche, coge mis brazos y los ata detrás
del asiento, me coloca una mordaza de color rojo, y unas pinzas de tender la
ropa, en mis pezones y salimos hacia casa, el viaje de regreso es un suplicio
con esas pinzas, y a mas a mas sabiendo que la duración del viaje es de 3
horas, ella se pasara todo el viaje riéndose y humillándome por mi vestimenta.
Después
de una hora de viaje, se para en una gasolinera, y se coloca al lado del
lavabo, sale del coche dirigiendo se al maletero, saca una bolsa de deporte de
él, después de desatarme de dice que la acompañe al lavabo. Entramos a de las
mujeres, allí dentro ella me dice que me ponga un consolador por el culo, con
mucho cuidado me lo introduzco, después ella me coloca un cinturón de castidad
y un dispositivo de adiestramiento para perros, (que va con un control remoto
que ella puede accionar en cualquier momento dándome una pequeña descarga), se
queda las llaves en su poder. De un tirón me saca las pinzas de los pezones
haciéndome sacar más de una lágrima de mis ojos, después saca bañador de chica,
y me lo hace poner, esa prenda consiguió que el consolador no se pueda salir.
Rellena mis pechos con unos pechos postizos que llevan pinchos en el interior,
no sé qué es lo que más duele si las pinzas o esos pinchos, me da unas medias y
nos zapatos de tacón (súper incómodos), y finalmente me hace poner un vestido
de color rosa de criada. Me siento ridículo, me coloca una peluca y me
maquilla.
Después
de comprobar que el dispositivo de adiestramiento para perros funciona
correctamente, consiguiendo que salte y finalmente caiga al suelo de dolor,
pone en funcionamiento el consolador del culo, y nos volvemos al coche, ella,
me vuelve a poner la mordaza, y vuelve a atarme con las manos detrás del
asiento, me pone el cinturón de seguridad, asegurándose de que los pechos
ficticios con los pichos lo queden atrapados por el cinturón, haciendo que cada
frenazo del coche se me claven en mi cuerpo, justo antes de salir a la
carretera pega unos cuantos frenazos para mirar si todo funciona, cada vez que
frena de mi boca amordazada, sale un sonido de agonía, y volvemos a la
carretera.
Después
de una hora (creo, ya que había perdido el mundo de vista), me comenta que
tiene que comprar una cuantas cosas en el supermercado. Llegamos a un
supermercado, después de desatarme me hace ir a por un carro, mientras voy a
por él ella me va dando descargas, algunas de ellas exageramente fuertes,
haciendo que me caiga al suelo de rodillas, y que llore de dolor, el rímel con
las lagrimas se corre por los lados, llego al coche llorando y suplicando que
no lo haga más, ella se ríe y me da algunos mas extra fuertes, aprovechando que
estoy en el suelo le beso los pies mientras le suplico, ella aun se ríe mas,
nos dirigimos hacia dentro, ella con el mando en las manos y dándome alguna que
otra descarga, suerte que llevo el carro y eso hace que me aguante de pie,
cuando paso por al lado de un espejo me miro que me quedo horrorizado de lo
patético que me veo, con el rímel corrido y ese ridículo traje. Pasamos por los
pasillos, entre descargas y el consolador que ahora se mueve con más soltura,
incluso se puede oír el zumbido. Después de pagar y que la cajera me mirara con
fijación, volvemos al coche, donde me da unas cuantas descargas fuertes,
haciendo que no pueda mantener el equilibrio y cayéndome al suele más de una
vez, lo bueno de eso es que ya no me duele los pinchos de los pechos. Vuelve a
atarme al coche y nos dirigimos a casa, noto la excitación, ya que la polla
quiere salir del cinturón que la aprisiona.
Al
llegar ella entra el coche, en el parking comunitario, buff menos mal no me
hubiese gustado salir a la calle, vestido así y que alguien del vecindario me
reconociese. Después de aparcar el coche ella sale y me desata, cuando me pongo
de pie, miro a los lados que no haya vecino que me viesen, ella está delante de
mí, mirándome, sin que le pueda decir nada ella da un fuerte apretón al botón
del mando, haciendo que me vuelva a poner de rodillas retorciéndome de dolor,
en ese momento me pone un pie en mis hombros clavándome su tacón, se sube su
falda y descubro que no lleva bragas, y dice con una voz autoritaria – CHUPA
PERRA – sin pensarlo dos veces empiezo a lamer como si me fuese la vida,
mientras le doy placer yo me voy excitando mas y mas, al rato ella chilla de
lujuria y placer, creo que todo el vecindario se da cuenta de sus gritos.
Después
de darle placer, me dice que coja la compra y suba al piso, una vez dentro del
apartamento, me obliga a mantener los brazos en forma de cruz sosteniendo la
compra, mientras ella va jugando con el consolador de mi culo entrando y
saliendo del agujero, mientras con la otra mano va tocando mis pelotas, no duro
demasiado, con esa tortura, y al final lo inevitable después de unas 3 horas de
tortura y excitación, me corro dentro del cinturón de castidad dando unos frenéticos
espasmos. Estuve más de 10 minutos con esos espasmos.
Ha
sido la mejor vuelta de un viaje que he tenido nunca, rezo para que ella lo
vuelva a hacer otro día.
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