Mientras estoy sentado en mi oficina, llevo mi
uniforme rosa de sissy, voy mirando al jardinero contratado para quitar las
malas hierbas de frente, se supone que no debo exponerme a los demás pero mis
reglas sissy establecen que debo llevar el uniforme cuando nadie mas esta
dentro de la casa, trabajo pero todo lo que me viene a la cabeza es que debería
estar de rodillas chupando una polla o estar de cuatro patas mientras me
follan.
Es demasiado así que me dirijo a la cocina para
tomar un vaso de agua, mis tacones resuenan en las tablas del piso de madera,
mi polla permanentemente encerrada tratando de tensarse contra el dispositivo
de castidad de metal me recuerda quien soy.
Escucho la puerta abrirse y un “¿Hola?, ¿Te
importa si uso el…oh?” olvide cerrar la puerta principal, me vuelvo para ver al
jardinero para ver qué me dice, “Eres un marica, ya veo, apuesto a que me vas a
dar mas que dinero en efectivo por este trabajo, ¿no es así?.
Me sonrojo y aliso un poco mi delantal con
volantes, pero todo lo que hace es llamar más su atención sobre el hecho de
que, claramente no soy mas que un sissy sumiso y obediente, empiezo a abrir la
boca, pero antes de que pueda decir algo, dice “No digas una palabra, zorra, he
entrado para usar el baño, así que vas a venir a beber mi orina ¿Verdad?”
No puedo evitarlo, asiento en silencio, me hace
un gesto para que pase junto a él y me dirija al baño, obedezco temblando,
cuando paso delante de él me golpea en el culo, luego me agarra por detrás y me
tira contra él, envolviendo sus brazos alrededor de los míos apretando mis
pechos, puedo sentir su dura polla presionando contra mi trasero, dejo escapar
un pequeño gemido y automáticamente muevo mi trasero contra él.
Me susurra al oído, “Buena chica, compórtate y
te follare” luego me pone de pie golpea mi trasero de nuevo y empiezo a dar
pasos hacia el baño como me han enseñado a hacer cuando me tengo que exhibir.
Llego al baño, me doy la vuelta y me arrodillo,
cruzo los brazos detrás de mi y muestro mi boca abierta, entra lentamente
dándome una mirada apreciativa, luego se baja el cierre de la bragueta, su
polla sale y me lamo mis labios reflexivamente, hambrienta por tener esa polla
en mi boca, pero espero de rodillas como estoy entrenada para hacer.
Da un paso adelante, levanto la cabeza y
envuelvo mis labios alrededor de su dura polla, pone su mano en mi mejilla y la
acaricia, luego suspira y comienza a mear, toda esa práctica nocturna de garganta
profunda vale la pena, ya que chupo toda su polla en mi garganta y empiezo a
tragar, pasa un buen rato antes de que deje de orinar y salga para que yo tome
aire, unas lágrimas corren por mi rostro por el esfuerzo.
Saca su polla de mi boca y luego dice, “!Buena
chica!, estas muy bien entrenada, por lo que veo”, asiento con la cabeza,
impotente, arqueando la espalda aún más, abriendo mucho la boca y separando más
las piernas.
De repente me encuentro levantado como si fuera
transportado por un bombero, su mano aprieta la parte posterior de mis muslos y
estoy colgando sin poder hacer nada sobre su hombro, entra en la sala de estar,
se sentía en el sofá y en la misma acción me deja caer sobre su regazo, junta
mis muñecas detrás de mi espalda con una mano, baja mis bragas y comienza a
azotarme fuertemente.
Gimoteo y me retuerzo, él sigue azotándome,
normalmente puedo mantener la calma, pero esta vez simplemente empiezo a llorar
y gemir, repetidamente aprieto mi trasero alrededor del gran tapón anal que
vive en él, entonces de repente todo se detiene y me empuja al suelo donde
aterrizo a cuatro patas.
Automáticamente me doy la vuelta para mirar su
entrepierna donde puedo ver su pene aun colgando y lo inhalo hasta las bolas,
mientras sorbo, lamo y bombeo su eje con todo lo que puedo, me da palmaditas en
la cabeza y sigue gimiendo, “Buena chica, buena chica”.
Solo unos minutos antes de esto de repente pone
ambas manos alrededor de mi nuca, mete su polla hasta el fondo y luego se
corre, me siento sobre mis talones, lo miro con orgullo y él me da unas
palmaditas en la mejilla, me pone el dedo debajo de la barbilla y se me pone de
pie junto a él.
Me atrae hacia él, me acurruco en su cuello y
respiro su sudoroso olor a jardín mientras aprieta mi trasero, le da una
palmadita final y luego me mira a los ojos mientras me dice “Tu esposa dijo que
serias un buen chupapollas y lo has sido, me voy a pajear todas las noches
pensando en ti” diciendo eso se fue.
La polla en la boca siempre será bienvenida en una sissy
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