sábado, 29 de enero de 2022

Un hombre se impacienta con su mujer cuando va de compras capitulo 3

 

Ambos nos sentamos en el sofá de cuero, Martia y Malvina hablaban, reían de vez en cuando con un aire de complicidad, en cada uno de sus movimientos se extendía el látex chillando en el cuero, y parecían estar bastante tranquilas y relajadas.

En cuanto a la realidad ya me veo con una voz un poco mas aguda y con una tez más viva que comienza a excitarme, el traje ajustado me acaricia en cada movimiento, los cuerpos comienzan a calentarse dentro del látex mediante el desarrollo de perfumes discretos pero insistentes… y probamente los juegos empezaran a pensar por ellas y para mí, no todos los elaborados ingredientes hacer que me ponga más nervioso.

Estoy a su disposición, de pie delante de ellas, que me parece que me ignoran, me quedo prácticamente inmóvil tanto como sea posible con estos zapatos de tacón alto que intento mantenerme en equilibrio, incluso inactivamente, me siento apretado por este equipo que me obliga a controlar mi respiración.

Con cada respiración, siento que el látex me aprieta el pecho y este material que era frio a partir de ahora me mantiene muy caliente, debo decir que cada centímetro de mi piel está cubierta y se moldea, Martia y Malvina me dicen que quien tomar alguna copa, así que me envían al otro extremo de la habitación a buscarlas.

Ella me dice que si me tiene que salir bien el servicio con toda la técnica en conjunto y con un correcto estilo, con los veinte centímetros de tacón miro si lo puedo hacer, el otro extremo de la habitación parece ser todo un mundo para recorrer, no me atrevo a tratar de caminar mas rápido o hacer mas progresos, es peor, tengo miedo a caer y por lo menos a hacer un enfoque ridículo, soy demasiado torpe y demasiado forzado.

Sé que estoy estrechamente seguido por ellas y miro de no cometer nada extraño, ellas seguramente encontraran bastantes razones para castigarme y también me gustaría satisfacerlas, así que miro de tranquilizarme y hacerlo mejor.

Finalmente llego al otro extremo donde están la bebidas, cojo un poco de oporto y lo pongo en unos vasos de cristal, lo coloco todo en una pequeña bandeja de plata y regreso al sofá, que aun es mas peligros que la ida, tengo cuidado con la bandeja, voy poco a poco, al final me doy cuenta que es mas fácil si no miro mis pies, finalmente llego a ellas, aliviado de que las bebidas están intactas y no me he caído.

Malvina me señala que ella quiere el Oporto con hielo

"Te recuerdo que estas aquí para servirnos en todo y no tienes que pasar por alto nada, puedes encontrar hielo en la cocina y te advierto que no tiene que pasar horas en irlo a buscar, mejor aprende a obedecer más rápidamente"

Me voy con mi bandeja a la cocina intentando acelerar mi progreso, eso tiene un aire de diversión.

"Venga cariño, que tienes miedo a perder algún tren o tienes alguna cita urgente?"

"Eso o que has robado alguna cosa en la ciudad?

Deje la habitación, seguí un pasillo que parecía no tener fin y al fin logre llegar a la cocina, mientras caminaba intente mejorar la técnica de caminar con esos tacones.

Cualquiera que sea la altura de los tacones siempre la punta del pie tiene que tocar primero el suelo, no es solo que sea elegante sino que además evita deslizamientos estúpidos cuando pisas algo distinto de una alfombra.

Cuando los tacones son tan altos como lo que ahora llevo, se estira mucho las piernas, pero se suaviza con un poco de perseverancia, y sé que si solo falta la perseverancia otros tienen más que suficiente que yo, entre tanto me apoyo en la nevera para recuperar el aliento y el equilibrio, la abro para coger hielo.

Cuando me agacho para coger el hielo, siento como el vestido se opone a mis movimientos, pongo el hielo en un vaso y reanudo el camino hacia la sala de estar.

El pasillo se hace lago con mi marcha lenta, me pegunto si va a quedar hielo cuando llegue a mi destino, especialmente en lo que moldea el látex, me estoy poniendo caliente y tengo la impresión de que estoy caldeando el ambiente.

Por otra parte, por culpa del hielo, el nivel de liquido en los vasos aumenta y tengo que aplicarme aun mas para evitar derrames, en un primer momento va bastante bien, lo que demuestra que con buena voluntad y unos buenos maestros que saben cómo motivar a que… pero rápidamente, tengo más problemas para mantener la concentración.

De hecho, mis piernas de enfundadas en lates tiran de mi vestido en cada paso que doy y mi sexo comienza a responderá a dicho estiramiento, trabajo duro para calmarme y tengo que reducir la velocidad acortando mis pasos para detener mi emoción, cuando finalmente llego delante de las damas, fácilmente adivinan el estado en que me encuentro con solo escuchar mi respiración.

De todos modos, este ajustado látex no termina de ocultar gran parte de mi erección, incluso lo frustra a medias, además, por supuesto, unas gotas de Oporto están vertidas en el plato y he tardado mucho más tiempo de lo que quería.

"¿Crees que es una aceptable forma para presentarte delante de nosotras?, con esa respiración, y además no siendo capaz de servir adecuadamente las bebidas, la bandeja es repugnante, me vas a volver a empezar y presentarte lo más rápidamente posible ante nosotras, con la vestimenta adecuada, y las bebidas correctamente servidas y sin estar tan excitado, o tendrás que rendirme cuentas y asumir el castigo, así que ten cuidado!"

Ella me mira imitando reía y comienza a sonreír, pero su sonrisa me hace pensar con la expresión de un gato cuando mira un ratón.

"No sé si es la forma correcta de darme la lección, siento que te pueda excitar cuando te hablo así y no estoy segura de que alienta a que tengas cuidado, pero en tu lugar piénsalo dos veces, los castigos más sutiles pueden ser difíciles de soportar y tengo mucha imaginación, créeme."

"Esta vez pon un poco mas de atención, el servicio es bueno y finalmente a llegado de una pieza, pero le falta un poco mas de profesionalidad, esta vez traer una botella de champan con tres copas, quiero que te tomes una copa con nosotras, también eres un invitado, y tienes derecho, vamos muéstrame que eres un buen Sissy Maid y que sabes hacerlo", me dice Martia.

Me voy a buscar el Champan y las tres copas, una vez que lo tengo todo preparado vuelvo a la sala de estar, lo pongo todo sobre la mesa que está a un lado del sofá y abro la botella, lo vierto en las copas, miro a Martia para ver que lo aprueba.

"Empiezas a valerte sabientemente bien, a medida que avanzas tu estilo y tu enfoque, vamos a ponértelo un poco mas difícil para ti, con el fin de que mejores, pero francamente, no eres malo y me pregunto si no tienes practica usando este tipo de vestimenta y zapatos.

Al decir esto Malvina sonríe y añade.

"En cuanto a mí, creía que todos los hombres aprenden a llevar ropa femenina naturalmente y tacones altos, a las mujeres se le han impuesto y se les pide que vayan con ellos, creo que ahora sería el turno de que los hombres sepan lo que es este tipo de ropa y calzado, son muy bonitas, y te veo bien pero creo que debes mejorar y te vamos a ayudar en ello"

Nos fuimos los tres a una habitación y Martia selecciono dos accesorios del armario, me que me pusiera en primer lugar, una cadena que ataba los tobillos, de esta colgaba dos correas de cuero con hebillas que se cerraban, la cadena era ajustable en longitud y Martia dejo aproximadamente unos veinte centímetro, creyendo que esto era lo que más me convenía a mí para dar un enfoque más femenino, ella entonces me ato alrededor de la cintura un cinturón ancho de cuero, ato fuertemente después de que me ordenara que cogiera aire.

"Esto te ira mejor para tu figura, pero aun no hemos terminado"

En los laterales unidos al ese cinturón había unos mosquetones con dos brazaletes de cuero, los abrió y los cerro cada uno en mi brazo por encima del codo, y cerrándolos con un candado, cuando hubo terminado, mis brazos se mantenían hasta el codo por mi pecho y solo mis antebrazos conservaban la libertad, que limitaba  seriamente mi libertad, aunque Martia dejo un rato, era imposible de quitármelo todo o incluso de libérame de las cadenas de los tobillos, cada vez estaña mas a su merced y parecía un juegue en sus manos.

"Bueno, de todas formas te queda suficiente libertad más de lo que esperaba para ti, pero la contra, empiezas a estar muy atractiva y pareces una dama presentable, lo suficiente para ir al salón, venga anda que te seguimos"

Deje la habitación y cuando di los primeros pasos note como la cadena limitaba mi capacidad de caminar, pero ahora entendía que debía ajustar cuidadosamente la longitud de los pasos, cuando lo hice la cosa comenzó a mejorar.

"No está mal, finalmente dijo Martia detrás de mí, creo que vamos a estar aquí un tiempo para hacerle llevar tacones altos, ¿Qué opinas Malvina?"

"Lo está haciendo bien, pero creo que si queremos que funcione perfectamente con los clásicos tacones altos, será necesarios que lo entrenemos mas con unos zapatos más altos que estos, obviamente tiene talento y sería una pena no poder cultivar ese talento"

Después de hacerme dar unas cuantas vueltas por las habitación, se sentaron las dos y me pidieron que les sirviera, con los codos firmemente atados la operación era más difícil y tenía que considerar bajar lo suficiente, cosa que el uniforme tampoco me ayudaba a dejarme doblar demasiado, obviamente ellas no tenían ninguna intención de facilitarme las cosas y como me temía el vaso de Martia se derramaron alguna gotas, lo que por supuesto , no tardo mucho en gritarme.

"Pero!, ¿Qué crees que estás haciendo?, no estamos en una tasca!"

Como no reacciono con la suficiente rapidez a su gusto y empiezo a balbucear con excusas que siguieron

"Esto no es para disculparte, sino para ponerte de rodillas inmediatamente y limpiarlo todo rápidamente!"

De alguna manera me sentía avergonzado, me puse a sus pies inmediatamente sintiéndome un poco tonto tratando de limpiar sus botas con mis manos enguantadas, limpiar las botas de látex con un mismo material no es que sea muy eficaz.

"Idiota, es que no saber hacer nada bien!, te lo tengo que explicar todo con detalle?, con la lengua, lame las botas, criada y haz que brillen!"

Me encorve, cogí con mis manos el pie de Martia y empecé a lamer el látex salpicado por champan, me aplique, impulsado por sus ordenes y promesas de darme un duro castigo si no todo queda como el oro, graduablemente subí hacia la rodilla y termine con las últimas gotas, pensando en dejar mi trabajo por el momento, pero Martia, sonriente y mirándome se inclina ligeramente con el vaso, vertiendo por su largo muslo, haciendo que vaya hasta la parte inferior del zapato.

"¿Es esto lo que llamas hacer un buen trabajo?, Perra, no lo has completado, hay por todas partes, así que ahora esmérate y quiero sentir un poco mas de energía y entusiasmo en tus lametones.

Parto de la parte inferior de la bota y voy a lo largo del tallo, sin herirme en mis esfuerzos, limpio el látex y acaricio su pierna de una pieza, siento que empieza a apreciar mi trabajo, paso ahora por la parte superior del tallo de su muslo y inicia, por supuesto, para guiar la cabeza entre sus muslos, me insta a subir hacia su sexo.

Ella extiende sus piernas para que pueda pasar a su posición y me aprieta con ellas, estoy atrapado, no tengo prácticamente ninguna libertad de movimiento, y sobre todo no hay oportunidad de echarme atrás, también debo decir que no tengo ninguna intención en absoluto por hacerlo, mientras me acaricia la cabeza con sus manos enfundadas en sus guantes y con la capucha tan ceñida siento sus caricias aun mejor que si la tuviera descubierta.

Comienzo a moverse con mi lamidas, sus botas frotan mi vientre y la polla, no hay nada que me sostenga en esa posición, ella coge su capa de látex y la pone encima de mí, me acaricia sujetando la capa con las dos manos sobre la cabeza, es sofocante, a veces, no me deja ni tomar aire lo mas mínimo, en todos los movimientos que hago es para buscar fragmentos de aire entre gemidos de placer.

Ella me sostiene apretando la boca que está pegada a su sexo, a pesar de mis gestos salvajes en todo lo que hago mantenido en mi posición, mientras escucho el sonido del látex permanentemente, con el tiempo los movimientos son mas sueltos y aprieta las piernas para que no me mueva, lo hace con tanta fuerza que me empiezo a marear… finalmente termino disfrutando también, siento que viene un chorro de semen que se esparce por el látex dejándolo pegajoso y no puedo contener un grito de placer incluso sabiendo que puedo ser castigado por eso.

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