Ambos nos sentamos en el sofá
de cuero, Martia y Malvina hablaban, reían de vez en cuando con un aire de
complicidad, en cada uno de sus movimientos se extendía el látex chillando en
el cuero, y parecían estar bastante tranquilas y relajadas.
En cuanto a la realidad ya
me veo con una voz un poco mas aguda y con una tez más viva que comienza a
excitarme, el traje ajustado me acaricia en cada movimiento, los cuerpos
comienzan a calentarse dentro del látex mediante el desarrollo de perfumes
discretos pero insistentes… y probamente los juegos empezaran a pensar por
ellas y para mí, no todos los elaborados ingredientes hacer que me ponga más
nervioso.
Estoy a su disposición, de
pie delante de ellas, que me parece que me ignoran, me quedo prácticamente inmóvil
tanto como sea posible con estos zapatos de tacón alto que intento mantenerme
en equilibrio, incluso inactivamente, me siento apretado por este equipo que me
obliga a controlar mi respiración.
Con cada respiración, siento
que el látex me aprieta el pecho y este material que era frio a partir de ahora
me mantiene muy caliente, debo decir que cada centímetro de mi piel está
cubierta y se moldea, Martia y Malvina me dicen que quien tomar alguna copa, así
que me envían al otro extremo de la habitación a buscarlas.
Ella me dice que si me tiene
que salir bien el servicio con toda la técnica en conjunto y con un correcto
estilo, con los veinte centímetros de tacón miro si lo puedo hacer, el otro
extremo de la habitación parece ser todo un mundo para recorrer, no me atrevo a
tratar de caminar mas rápido o hacer mas progresos, es peor, tengo miedo a caer
y por lo menos a hacer un enfoque ridículo, soy demasiado torpe y demasiado
forzado.
Sé que estoy estrechamente
seguido por ellas y miro de no cometer nada extraño, ellas seguramente
encontraran bastantes razones para castigarme y también me gustaría
satisfacerlas, así que miro de tranquilizarme y hacerlo mejor.
Finalmente llego al otro
extremo donde están la bebidas, cojo un poco de oporto y lo pongo en unos vasos
de cristal, lo coloco todo en una pequeña bandeja de plata y regreso al sofá,
que aun es mas peligros que la ida, tengo cuidado con la bandeja, voy poco a
poco, al final me doy cuenta que es mas fácil si no miro mis pies, finalmente
llego a ellas, aliviado de que las bebidas están intactas y no me he caído.
Malvina me señala que ella
quiere el Oporto con hielo
"Te recuerdo que estas
aquí para servirnos en todo y no tienes que pasar por alto nada, puedes
encontrar hielo en la cocina y te advierto que no tiene que pasar horas en irlo
a buscar, mejor aprende a obedecer más rápidamente"
Me voy con mi bandeja a la
cocina intentando acelerar mi progreso, eso tiene un aire de diversión.
"Venga cariño, que
tienes miedo a perder algún tren o tienes alguna cita urgente?"
"Eso o que has robado
alguna cosa en la ciudad?
Deje la habitación, seguí un
pasillo que parecía no tener fin y al fin logre llegar a la cocina, mientras
caminaba intente mejorar la técnica de caminar con esos tacones.
Cualquiera que sea la altura
de los tacones siempre la punta del pie tiene que tocar primero el suelo, no es
solo que sea elegante sino que además evita deslizamientos estúpidos cuando
pisas algo distinto de una alfombra.
Cuando los tacones son tan
altos como lo que ahora llevo, se estira mucho las piernas, pero se suaviza con
un poco de perseverancia, y sé que si solo falta la perseverancia otros tienen más
que suficiente que yo, entre tanto me apoyo en la nevera para recuperar el
aliento y el equilibrio, la abro para coger hielo.
Cuando me agacho para coger
el hielo, siento como el vestido se opone a mis movimientos, pongo el hielo en
un vaso y reanudo el camino hacia la sala de estar.
El pasillo se hace lago con
mi marcha lenta, me pegunto si va a quedar hielo cuando llegue a mi destino,
especialmente en lo que moldea el látex, me estoy poniendo caliente y tengo la
impresión de que estoy caldeando el ambiente.
Por otra parte, por culpa
del hielo, el nivel de liquido en los vasos aumenta y tengo que aplicarme aun
mas para evitar derrames, en un primer momento va bastante bien, lo que
demuestra que con buena voluntad y unos buenos maestros que saben cómo motivar
a que… pero rápidamente, tengo más problemas para mantener la concentración.
De hecho, mis piernas de
enfundadas en lates tiran de mi vestido en cada paso que doy y mi sexo comienza
a responderá a dicho estiramiento, trabajo duro para calmarme y tengo que reducir
la velocidad acortando mis pasos para detener mi emoción, cuando finalmente
llego delante de las damas, fácilmente adivinan el estado en que me encuentro
con solo escuchar mi respiración.
De todos modos, este
ajustado látex no termina de ocultar gran parte de mi erección, incluso lo frustra
a medias, además, por supuesto, unas gotas de Oporto están vertidas en el plato
y he tardado mucho más tiempo de lo que quería.
"¿Crees que es una
aceptable forma para presentarte delante de nosotras?, con esa respiración, y además
no siendo capaz de servir adecuadamente las bebidas, la bandeja es repugnante,
me vas a volver a empezar y presentarte lo más rápidamente posible ante
nosotras, con la vestimenta adecuada, y las bebidas correctamente servidas y
sin estar tan excitado, o tendrás que rendirme cuentas y asumir el castigo, así
que ten cuidado!"
Ella me mira imitando reía y
comienza a sonreír, pero su sonrisa me hace pensar con la expresión de un gato
cuando mira un ratón.
"No sé si es la forma
correcta de darme la lección, siento que te pueda excitar cuando te hablo así y
no estoy segura de que alienta a que tengas cuidado, pero en tu lugar piénsalo
dos veces, los castigos más sutiles pueden ser difíciles de soportar y tengo
mucha imaginación, créeme."
"Esta vez pon un poco
mas de atención, el servicio es bueno y finalmente a llegado de una pieza, pero
le falta un poco mas de profesionalidad, esta vez traer una botella de champan
con tres copas, quiero que te tomes una copa con nosotras, también eres un
invitado, y tienes derecho, vamos muéstrame que eres un buen Sissy Maid y que
sabes hacerlo", me dice Martia.
Me voy a buscar el Champan y
las tres copas, una vez que lo tengo todo preparado vuelvo a la sala de estar,
lo pongo todo sobre la mesa que está a un lado del sofá y abro la botella, lo
vierto en las copas, miro a Martia para ver que lo aprueba.
"Empiezas a valerte sabientemente
bien, a medida que avanzas tu estilo y tu enfoque, vamos a ponértelo un poco
mas difícil para ti, con el fin de que mejores, pero francamente, no eres malo
y me pregunto si no tienes practica usando este tipo de vestimenta y zapatos.
Al decir esto Malvina sonríe
y añade.
"En cuanto a mí, creía
que todos los hombres aprenden a llevar ropa femenina naturalmente y tacones
altos, a las mujeres se le han impuesto y se les pide que vayan con ellos, creo
que ahora sería el turno de que los hombres sepan lo que es este tipo de ropa y
calzado, son muy bonitas, y te veo bien pero creo que debes mejorar y te vamos
a ayudar en ello"
Nos fuimos los tres a una habitación
y Martia selecciono dos accesorios del armario, me que me pusiera en primer
lugar, una cadena que ataba los tobillos, de esta colgaba dos correas de cuero
con hebillas que se cerraban, la cadena era ajustable en longitud y Martia dejo
aproximadamente unos veinte centímetro, creyendo que esto era lo que más me convenía
a mí para dar un enfoque más femenino, ella entonces me ato alrededor de la
cintura un cinturón ancho de cuero, ato fuertemente después de que me ordenara
que cogiera aire.
"Esto te ira mejor para
tu figura, pero aun no hemos terminado"
En los laterales unidos al
ese cinturón había unos mosquetones con dos brazaletes de cuero, los abrió y
los cerro cada uno en mi brazo por encima del codo, y cerrándolos con un
candado, cuando hubo terminado, mis brazos se mantenían hasta el codo por mi
pecho y solo mis antebrazos conservaban la libertad, que limitaba seriamente mi libertad, aunque Martia dejo un
rato, era imposible de quitármelo todo o incluso de libérame de las cadenas de
los tobillos, cada vez estaña mas a su merced y parecía un juegue en sus manos.
"Bueno, de todas formas
te queda suficiente libertad más de lo que esperaba para ti, pero la contra,
empiezas a estar muy atractiva y pareces una dama presentable, lo suficiente
para ir al salón, venga anda que te seguimos"
Deje la habitación y cuando
di los primeros pasos note como la cadena limitaba mi capacidad de caminar,
pero ahora entendía que debía ajustar cuidadosamente la longitud de los pasos,
cuando lo hice la cosa comenzó a mejorar.
"No está mal,
finalmente dijo Martia detrás de mí, creo que vamos a estar aquí un tiempo para
hacerle llevar tacones altos, ¿Qué opinas Malvina?"
"Lo está haciendo bien,
pero creo que si queremos que funcione perfectamente con los clásicos tacones
altos, será necesarios que lo entrenemos mas con unos zapatos más altos que
estos, obviamente tiene talento y sería una pena no poder cultivar ese
talento"
Después de hacerme dar unas
cuantas vueltas por las habitación, se sentaron las dos y me pidieron que les
sirviera, con los codos firmemente atados la operación era más difícil y tenía
que considerar bajar lo suficiente, cosa que el uniforme tampoco me ayudaba a
dejarme doblar demasiado, obviamente ellas no tenían ninguna intención de
facilitarme las cosas y como me temía el vaso de Martia se derramaron alguna
gotas, lo que por supuesto , no tardo mucho en gritarme.
"Pero!, ¿Qué crees que estás
haciendo?, no estamos en una tasca!"
Como no reacciono con la
suficiente rapidez a su gusto y empiezo a balbucear con excusas que siguieron
"Esto no es para
disculparte, sino para ponerte de rodillas inmediatamente y limpiarlo todo rápidamente!"
De alguna manera me sentía
avergonzado, me puse a sus pies inmediatamente sintiéndome un poco tonto
tratando de limpiar sus botas con mis manos enguantadas, limpiar las botas de
látex con un mismo material no es que sea muy eficaz.
"Idiota, es que no
saber hacer nada bien!, te lo tengo que explicar todo con detalle?, con la
lengua, lame las botas, criada y haz que brillen!"
Me encorve, cogí con mis
manos el pie de Martia y empecé a lamer el látex salpicado por champan, me
aplique, impulsado por sus ordenes y promesas de darme un duro castigo si no
todo queda como el oro, graduablemente subí hacia la rodilla y termine con las últimas
gotas, pensando en dejar mi trabajo por el momento, pero Martia, sonriente y mirándome
se inclina ligeramente con el vaso, vertiendo por su largo muslo, haciendo que
vaya hasta la parte inferior del zapato.
"¿Es esto lo que llamas
hacer un buen trabajo?, Perra, no lo has completado, hay por todas partes, así
que ahora esmérate y quiero sentir un poco mas de energía y entusiasmo en tus
lametones.
Parto de la parte inferior
de la bota y voy a lo largo del tallo, sin herirme en mis esfuerzos, limpio el látex
y acaricio su pierna de una pieza, siento que empieza a apreciar mi trabajo,
paso ahora por la parte superior del tallo de su muslo y inicia, por supuesto,
para guiar la cabeza entre sus muslos, me insta a subir hacia su sexo.
Ella extiende sus piernas
para que pueda pasar a su posición y me aprieta con ellas, estoy atrapado, no
tengo prácticamente ninguna libertad de movimiento, y sobre todo no hay oportunidad
de echarme atrás, también debo decir que no tengo ninguna intención en absoluto
por hacerlo, mientras me acaricia la cabeza con sus manos enfundadas en sus
guantes y con la capucha tan ceñida siento sus caricias aun mejor que si la
tuviera descubierta.
Comienzo a moverse con mi
lamidas, sus botas frotan mi vientre y la polla, no hay nada que me sostenga en
esa posición, ella coge su capa de látex y la pone encima de mí, me acaricia
sujetando la capa con las dos manos sobre la cabeza, es sofocante, a veces, no
me deja ni tomar aire lo mas mínimo, en todos los movimientos que hago es para
buscar fragmentos de aire entre gemidos de placer.
Ella me sostiene apretando
la boca que está pegada a su sexo, a pesar de mis gestos salvajes en todo lo
que hago mantenido en mi posición, mientras escucho el sonido del látex
permanentemente, con el tiempo los movimientos son mas sueltos y aprieta las
piernas para que no me mueva, lo hace con tanta fuerza que me empiezo a marear…
finalmente termino disfrutando también, siento que viene un chorro de semen que
se esparce por el látex dejándolo pegajoso y no puedo contener un grito de
placer incluso sabiendo que puedo ser castigado por eso.
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