sábado, 22 de enero de 2022

Un hombre se impacienta con su mujer cuando va de compras capitulo 2

 

Tan pronto como nos encontramos en el apartamento, Martia se vuelve a Malvina y explica que si puedo asumir el papel de criada por esta noche, así que no hay duda que no llevo una vestimenta adecuada, Malvina está muy de acuerdo, ella tiene muchas razones para estar feliz con las opciones que le ha dado Martia, añade que también no hay que dudar en hacer que  me ponga una vestimenta más estricta que recuerde que necesito disciplina y que debo obedecer, así que me ordenan que las siga.

Martia abre un armario lleno de ropa de todos los materiales posibles, a medida que me dan la espalda, no veo que es lo que cogen para mí, pero por las risas creo que será algo difícil de llevar, incluso en comparación de lo que llevo actualmente, me llevan al baño y me hacen desnudarme, Martia se lleva las ropa para doblarla adecuadamente.

"No queremos que se arrugué, es mejor mostrar cuidado si se quiere evitar un duro desgaste"

Malvina me da una caja de talco y me aconseja que me lo ponga por todo el cuerpo, y que sea generoso con la cantidad, obedezco sin saber qué utilidad tienen tanto talco, empiezo a entenderlo cuando Martia me entrega la primera parte del equipo y trato de entrar en esa prenda, son unos ajustados leotardos de látex negro, que se pegan a mis piernas y me las tengo que arreglar para subirlas centímetro a centímetro.

Está claro que sin ese talco, sería inútil, me moldean la parte superior de la cintura esos leotardos, el látex con el contacto de mi cuerpo al principio es frio, cuando ya está todo puesto es mucho mas cálido, el esfuerzo que he tenido que hacer para ponérmelo me ha hecho sudar y tengo que limpiar los polvos de talco otra vez, luego me traen un sujetado también de látex que lleva incorporado unos falsos pechos, el tacto es suave y flexible, una vez mas es como una batalla ponérmelos.

Martia me advierte que tengo que dejar el látex perfectamente alisado, y que no admitirá ningún pliegue, miro que todo este perfecto y completamente adherido a mi piel, me llevo una supresa cuando Maldiva esta de tras de mí, y me pone sin que me de cuenta una capucha de látex, este accesorio también es muy apretado y mientras me lo pone unos agujeros me caen delante de la boca, ojos y nariz, durante una segundo estoy ciego y privado de aliento.

Por último, veo la última pieza del equipo, es un vestido de látex de criada, las mangas son cortas y abombadas, es largo hasta las rodillas, súper ajustado a mi cuerpo y equipado por un delantal blanco, está hecho de un látex que francamente parece de grueso y caminar con él francamente no es fácil.

Obviamente es de mal colocar en mis piernas y realmente necesito apretar mucho para ponérmelo, una vez pasado los brazos, Malvina cierra una cremallera que hay detrás de mí, queda una holgura en la zona del pecho, por lo que ajusta el vestido gradualmente subiéndolo hacia arriba.

Finalmente se cerró por completo hasta que el collar que venía cerca del cuello, ese vestido era muy apretado y hacia que me quedara muy recto, en realidad era más un instrumento de bondage que ropa, finalmente y por supuesto se completaba el uniforme con unos zapatos de tacón alto.

Este es el momento donde los zapatos de charol una vez colocados me veo muy estilizado, Martia me toca la parte interior de las piernas para que el látex quedara perfecto, una vez que el látex esta todo es su sitio me siento mas cómodo, mejor que sea así ya que creo que los voy a llevar bastante.

Al caminar por la sala me vienen un montón de sentimientos contradictorios, los sonidos producidos por el material cuando me muevo, mostrando como cada parte de mi cuerpo esta moldeado en látex, el material no solo da algo de molestia, sino que también me emociona, el hecho de sentir cada movimiento de él como me sostiene y limita mi libertad, me recuerda con cada gesto que ahora soy un juguete para las dos mujeres.

Al mismo tiempo estoy guardado en una especie de capullo a presión que presiona con látex todo mi cuerpo y también me acaricia permanentemente, no es de extrañar que al mismo tiempo que intimida y me perturbar el uso de ese equipo.

Tanto la realización anterior que había impuesto para mi Martia y Malvina me habían confundido con su feminidad y su lado provocador, por lo que era interesante de llevar y hacerme capaz de aceptar todas las ofertas.

"Ahora estas lo suficientemente uniformado para que no puedas olvidar que estas a nuestro servicio"

Martia me llevó de nuevo a la habitación y me ordeno que me quedara en frente de un escritorio.

"Malvia, creo que no le importa que haga elegido para tu primer equipo esto, por supuesto, que puedes opinar sobre el tema, pero quiero que me dejes a mi elegirlo por ahora, ya que creo que este será mejor para adaptarse a tu estilo. Cuando vea lo ocupado que estés, y pueda confiar contigo, estoy segura que disfrutaremos mutuamente."

Así que me quedo de pie al lado de Martia, mientras sacaba ropa de los armarios y de los estantes,  no había rastro de zapatos ya que los almacenaba en otro armario, finalmente me pidió que la ayudara a cambiarse, se desnudo rápidamente y aunque estaba sonriendo, se podía notar mi nerviosismo.

No era de extrañar ya que la situación no era desagradable, era un tanto interesante e inusual, Martia obviamente, le gustaba el látex, ya que era la materia que había elegido para Malvina, aplique polvos de talco en todo el traje para que fuera mas fácil ponerlo.

El catsuit se cerraba con una cremallera en la parte posterior y terminaba con un collar, después se complementaba con una larga falda, siempre de Látex, bajaba hasta los tobillos y tenía un corte muy recto, pero era evidente que una vez cerrada era muy cómoda.

Por ahora y a petición suya, cerré la cremallera solo en la parte hasta la parte superior de los muslos, porque lo que se él ajustaba maravillosamente a sus nalgas y vientre, luego venían unos largos guantes y una larga túnica con mangas anchas, para completarlo.

Martia se va a buscar unos zapatos adecuados para Malvina, después de preguntarle su talla.

"Me parece que estas muy hermosa con todo eso puesto querida"

"Pues yo creo que eres muy impertinente, en lugar de aprovecharte de la ausencia de Martia para hablar conmigo sin respeto, quiero que te pongas de rodillas delante de mis pies, mientras me acabo de vestir, y quiero que la cabeza estaba baja en todo momento si no quieres lamentarlo de inmediato, esta brecha en la disciplina ya hablaremos del castigo que te mereces para corregir tu mala educación".

Martia entro en ese momento con si no hubiera escuchado nada, pero creo que ella había seguido lejanamente la reflexión de Malvina y tenía muchas razones para estar satisfecha, me dio los zapatos que traía y que eran unas maravillas, eran unas botas de cuero de color rojo brillante que llegaban hasta las rodillas y se cerraban con una cremallera.

Tenían unos tacones muy altos, pero lo compensaban con una suela muy gruesa, Malvina se elevaba mas que yo, los zapatos le daban una gracia femenina, se puso una bata de baño y la cerró con un cinturón, cuando se movía un susurro suave de látex le acompañaba.

"Quédate de rodillas hasta que yo te autorice a levantarte, pero nada impide que me puedas mirar… y mucho menos admirarme"

Ella me mira, lentamente gira sobre sí misma y poco a poco se acerca a mí, termina estando tan cerca de mí que su vientre moldeado de látex entra en contacto con mi cara enmascarada, es sensual, pone sus manos detrás de mi cabeza y frota mi rostro contra ella, acariciando mi cuello, ella sabe que este gesto me encanta.

Con la cabeza enterrada en los pliegues de su vestido de Látex, tenía problemas para respirar, pero esa dulce asfixia añadido a la presión de sus manos comenzaban a excitarme y comencé a acariciar su piernas, tan pronto como la toque, reacciono con unas palmadas en mis manos.

"¿Quién te ha dado permiso, para tocarme?"

Ahora viene Martia que quiere que le ayude a vestirse, también es un equipo de látex, muy parecido al de Malvina, muy ajustado, también pasa por debajo de la barbilla, pro este además tiene la mangas cortas, cuenta con tres pequeñas aberturas que dejan más libres la punta de sus pechos y del sexo.

Martia quiere mantener toda su libertad y me muestra que podemos amarla con el uso de esa ropa en todas las circunstancias y sin prohibir cualquier improvisación erótica… y finalmente, como ser desnudada, entonces pongo sus bellos guantes de látex negro que llegan hasta lo alto de sus brazos uniendo las mangas del vestido.

Aprieto totalmente el vestido y todo con mucho esfuerzo y con cuidado de no dejar ninguna arruga, no hace falta decir que Martina no le gustan los fallos, entonces le pongo un corsé negro, muy ajustado y se lo ato, por delante estoy de pie ante ella, poco a poco y con cuidado apretando los cordones, mientras ella se burla de mi suavemente.

"Así, criada, te gusta ponerme el corsé?"

Dado que no contesto, y tampoco tengo interés en hacerlo, insiste, acariciando mis caderas y intencionadamente rozando mi sexo con sus guantes de látex.

"Te queda muy bien este equipo de látex, pero siento que también me gustaría unirme, notas como mi respiración se acelera que parece que comience a volar y va creciendo mas y mas, sin dejar de acariciarte, con la palma de la mano, las manos se deslizan sobre tu traje mientras el material cruje y hace más ruido cuando se detiene, haciendo hincapié en el lugar donde esta mi mano. ¿Te gustaría verme con una larga polla de látex entre las piernas y tú con las brazos atados pidiendo que te liberara?, te lo imaginas? atado y amordazado en el suelo, con una combinación de látex, pasando en vano un intento de liberarte mientras te retuerces, el movimiento innecesario en tu prisión de caucho daría como resultado una excitación que bombearía tus ultimas energías"

A medida que continuaba atando el corsé ella todavía insistía

"Harías eso por mi?, bueno en principio no la idea por ahora, pero perra, ahora te vas a poner de rodillas mientras te pongo un pie encima, veo que estas empezando a entender quien manda aquí, pero no te relajes, se que tienes que hacer más que obedecer, incluso si las cosa que te digo te excitan y debes ser cuidadoso con el látex que llevas"

Voy subiendo por la parte superior de sus muslos y me quedo cerca del corsé, ahora somos tres en esa pequeña sala de estar completamente vestidos de látex y nuestro movimiento, nuestros calores liberados en el aire, los aromas característicos de aquel material ya empiezan a asociarse con situaciones particularmente interesantes.

Martia me pregunta por preguntar sobre como están sus hombros sobre la capa de látex, si quedan muy largos, como queda la franja roja que contrasta con su color negro y el cuello, ese cuello se cierra por dos correas y hay un cierre en su hombros, luego se sienta el borde de la cama y me ordena que le ponga las botas, unas hermosas botas de color rojo con una impresionantes tacones y una suela delgada.

Comienzo aplicando polvos de talco en sus pies para conseguir que entren bien estas hermosas botas y requiere un gran esfuerzo por mi parte, las medias de látex le molestan cuando se resbala el pie, luego cuando ya están puestas subo las cremalleras en ambas piernas, hasta que finalmente alcanzo el final dejando unas hermosas piernas cerradas en esas botas, no está mal, pero todavía se tienen que ajustar un poco mejor y se debe darle brillo.

Me entrega un aerosol y un paño de algodón, después de manjar las botas de látex para eliminar cualquier arruga que puedan tener, comienzo a sentirme realmente caliente dentro de mi vestido y bastante sudado, veo a Martia que también le pasa lo mismo.

Comienzo a frotar suavemente la parte inferior del muslo con el paño, con ese producto queda todo pulido, lo deslizo lentamente y da una excelente tono brillante al látex, mejorando su color y dándole un toque más suave, poco a poco subo por la rodilla delante de ella, vuelvo a lo largo de sus piernas haciendo un trabajo cuidadoso.

Cuando llego a la parte superior de los muslos, me pongo sobre ella, una de sus rodillas me aprisiona el pecho, a medida que continua suavemente puliendo el eje su muslo, siento que le gusta acariciarme con la punta de su bota, se ríe cuando ve que se me acelera la respiración.

"Continua tu trabajo y hazlo todo correctamente, tienes que aprender a no dejar que te perturbe una peque distracción, además, una vez que hayas terminado con las botas, no olvides que tienes que hacer lo mismo con mis guantes y mi capa, también creo que Malvina le molesta."

Así que voy terminando con Martia cuidado de hacer que todo brille, la primera vez que veo el brillo de sus botas al completo, me permite que admire sus piernas una vez que se ven bien pero las puedo ver desnudas, le separo la falda justo para ver un poco de su cuerpo y pulirlo, ni que decir que como apreciaría todos esos abrazos con su traje brillante de látex, todas esas prendas son muy emocionantes de esa manera y todavía mejor cuando se ve el relieve de las formas que las moldean.

Marita me pone la mano bajo la barbilla y dice.

"Así, ahora te estas comportando como una buena chica, me gustaría que tu equipo no fuera menos cuidado que el nuestro, nosotros nos ocuparemos de ti, pero no creas que se están invirtiendo los papeles"

Martia coge el tejido, pule mis guantes y luego la parte trasera de mi equipo, en contraste con su tono de autoridad, sus manos son suaves y delicadas en sus gestos, siempre muy sensuales, a ella le encanta simplemente acariciar un cuerpo moldeado en látex, a continuación, pasa detrás de mí y Malvina termina el trabajo, frota las medias para obtener un brillo hermoso y se encarga de mi parte delantera.

Martia sigue detrás de mi espalda y antes de que tuviera tiempo a reaccionar agarra mi brazo y lo pone detrás de mí, me quedo inmóvil ella entonces me coge la cabeza y me la tria atrás, consciente que tiene un gran tamaño, obviamente, acentuado por la altura de sus tacones, Malvina sonríe y sigue puliendo el vestido, se divierte al verme completamente inmóvil y reaccionando bajo sus caricias.

"bueno, entonces dijo Martia, ahora sí que estás listo para el servicio"

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