Tan pronto como nos encontramos
en el apartamento, Martia se vuelve a Malvina y explica que si puedo asumir el
papel de criada por esta noche, así que no hay duda que no llevo una vestimenta
adecuada, Malvina está muy de acuerdo, ella tiene muchas razones para estar
feliz con las opciones que le ha dado Martia, añade que también no hay que
dudar en hacer que me ponga una vestimenta
más estricta que recuerde que necesito disciplina y que debo obedecer, así que
me ordenan que las siga.
Martia abre un armario lleno de
ropa de todos los materiales posibles, a medida que me dan la espalda, no veo
que es lo que cogen para mí, pero por las risas creo que será algo difícil de
llevar, incluso en comparación de lo que llevo actualmente, me llevan al baño y
me hacen desnudarme, Martia se lleva las ropa para doblarla adecuadamente.
"No queremos que se arrugué,
es mejor mostrar cuidado si se quiere evitar un duro desgaste"
Malvina me da una caja de talco
y me aconseja que me lo ponga por todo el cuerpo, y que sea generoso con la
cantidad, obedezco sin saber qué utilidad tienen tanto talco, empiezo a
entenderlo cuando Martia me entrega la primera parte del equipo y trato de
entrar en esa prenda, son unos ajustados leotardos de látex negro, que se pegan
a mis piernas y me las tengo que arreglar para subirlas centímetro a centímetro.
Está claro que sin ese talco,
sería inútil, me moldean la parte superior de la cintura esos leotardos, el
látex con el contacto de mi cuerpo al principio es frio, cuando ya está todo
puesto es mucho mas cálido, el esfuerzo que he tenido que hacer para ponérmelo
me ha hecho sudar y tengo que limpiar los polvos de talco otra vez, luego me
traen un sujetado también de látex que lleva incorporado unos falsos pechos, el
tacto es suave y flexible, una vez mas es como una batalla ponérmelos.
Martia me advierte que tengo que
dejar el látex perfectamente alisado, y que no admitirá ningún pliegue, miro
que todo este perfecto y completamente adherido a mi piel, me llevo una supresa
cuando Maldiva esta de tras de mí, y me pone sin que me de cuenta una capucha
de látex, este accesorio también es muy apretado y mientras me lo pone unos
agujeros me caen delante de la boca, ojos y nariz, durante una segundo estoy
ciego y privado de aliento.
Por último, veo la última pieza
del equipo, es un vestido de látex de criada, las mangas son cortas y
abombadas, es largo hasta las rodillas, súper ajustado a mi cuerpo y equipado
por un delantal blanco, está hecho de un látex que francamente parece de grueso
y caminar con él francamente no es fácil.
Obviamente es de mal colocar en
mis piernas y realmente necesito apretar mucho para ponérmelo, una vez pasado
los brazos, Malvina cierra una cremallera que hay detrás de mí, queda una
holgura en la zona del pecho, por lo que ajusta el vestido gradualmente subiéndolo
hacia arriba.
Finalmente se cerró por completo
hasta que el collar que venía cerca del cuello, ese vestido era muy apretado y
hacia que me quedara muy recto, en realidad era más un instrumento de bondage
que ropa, finalmente y por supuesto se completaba el uniforme con unos zapatos
de tacón alto.
Este es el momento donde los
zapatos de charol una vez colocados me veo muy estilizado, Martia me toca la
parte interior de las piernas para que el látex quedara perfecto, una vez que
el látex esta todo es su sitio me siento mas cómodo, mejor que sea así ya que
creo que los voy a llevar bastante.
Al caminar por la sala me vienen
un montón de sentimientos contradictorios, los sonidos producidos por el
material cuando me muevo, mostrando como cada parte de mi cuerpo esta moldeado
en látex, el material no solo da algo de molestia, sino que también me
emociona, el hecho de sentir cada movimiento de él como me sostiene y limita mi
libertad, me recuerda con cada gesto que ahora soy un juguete para las dos
mujeres.
Al mismo tiempo estoy guardado
en una especie de capullo a presión que presiona con látex todo mi cuerpo y también
me acaricia permanentemente, no es de extrañar que al mismo tiempo que intimida
y me perturbar el uso de ese equipo.
Tanto la realización anterior
que había impuesto para mi Martia y Malvina me habían confundido con su
feminidad y su lado provocador, por lo que era interesante de llevar y hacerme
capaz de aceptar todas las ofertas.
"Ahora estas lo
suficientemente uniformado para que no puedas olvidar que estas a nuestro
servicio"
Martia me llevó de nuevo a la habitación
y me ordeno que me quedara en frente de un escritorio.
"Malvia, creo que no le
importa que haga elegido para tu primer equipo esto, por supuesto, que puedes
opinar sobre el tema, pero quiero que me dejes a mi elegirlo por ahora, ya que
creo que este será mejor para adaptarse a tu estilo. Cuando vea lo ocupado que estés,
y pueda confiar contigo, estoy segura que disfrutaremos mutuamente."
Así que me quedo de pie al lado
de Martia, mientras sacaba ropa de los armarios y de los estantes, no había rastro de zapatos ya que los
almacenaba en otro armario, finalmente me pidió que la ayudara a cambiarse, se
desnudo rápidamente y aunque estaba sonriendo, se podía notar mi nerviosismo.
No era de extrañar ya que la situación
no era desagradable, era un tanto interesante e inusual, Martia obviamente, le
gustaba el látex, ya que era la materia que había elegido para Malvina, aplique
polvos de talco en todo el traje para que fuera mas fácil ponerlo.
El catsuit se cerraba con una
cremallera en la parte posterior y terminaba con un collar, después se
complementaba con una larga falda, siempre de Látex, bajaba hasta los tobillos
y tenía un corte muy recto, pero era evidente que una vez cerrada era muy cómoda.
Por ahora y a petición suya, cerré
la cremallera solo en la parte hasta la parte superior de los muslos, porque lo
que se él ajustaba maravillosamente a sus nalgas y vientre, luego venían unos
largos guantes y una larga túnica con mangas anchas, para completarlo.
Martia se va a buscar unos
zapatos adecuados para Malvina, después de preguntarle su talla.
"Me parece que estas muy
hermosa con todo eso puesto querida"
"Pues yo creo que eres muy
impertinente, en lugar de aprovecharte de la ausencia de Martia para hablar
conmigo sin respeto, quiero que te pongas de rodillas delante de mis pies,
mientras me acabo de vestir, y quiero que la cabeza estaba baja en todo momento
si no quieres lamentarlo de inmediato, esta brecha en la disciplina ya
hablaremos del castigo que te mereces para corregir tu mala educación".
Martia entro en ese momento con
si no hubiera escuchado nada, pero creo que ella había seguido lejanamente la reflexión
de Malvina y tenía muchas razones para estar satisfecha, me dio los zapatos que
traía y que eran unas maravillas, eran unas botas de cuero de color rojo
brillante que llegaban hasta las rodillas y se cerraban con una cremallera.
Tenían unos tacones muy altos,
pero lo compensaban con una suela muy gruesa, Malvina se elevaba mas que yo,
los zapatos le daban una gracia femenina, se puso una bata de baño y la cerró
con un cinturón, cuando se movía un susurro suave de látex le acompañaba.
"Quédate de rodillas hasta
que yo te autorice a levantarte, pero nada impide que me puedas mirar… y mucho
menos admirarme"
Ella me mira, lentamente gira
sobre sí misma y poco a poco se acerca a mí, termina estando tan cerca de mí
que su vientre moldeado de látex entra en contacto con mi cara enmascarada, es
sensual, pone sus manos detrás de mi cabeza y frota mi rostro contra ella,
acariciando mi cuello, ella sabe que este gesto me encanta.
Con la cabeza enterrada en los
pliegues de su vestido de Látex, tenía problemas para respirar, pero esa dulce
asfixia añadido a la presión de sus manos comenzaban a excitarme y comencé a acariciar
su piernas, tan pronto como la toque, reacciono con unas palmadas en mis manos.
"¿Quién te ha dado permiso,
para tocarme?"
Ahora viene Martia que quiere
que le ayude a vestirse, también es un equipo de látex, muy parecido al de
Malvina, muy ajustado, también pasa por debajo de la barbilla, pro este además
tiene la mangas cortas, cuenta con tres pequeñas aberturas que dejan más libres
la punta de sus pechos y del sexo.
Martia quiere mantener toda su
libertad y me muestra que podemos amarla con el uso de esa ropa en todas las circunstancias
y sin prohibir cualquier improvisación erótica… y finalmente, como ser
desnudada, entonces pongo sus bellos guantes de látex negro que llegan hasta lo
alto de sus brazos uniendo las mangas del vestido.
Aprieto totalmente el vestido y
todo con mucho esfuerzo y con cuidado de no dejar ninguna arruga, no hace falta
decir que Martina no le gustan los fallos, entonces le pongo un corsé negro,
muy ajustado y se lo ato, por delante estoy de pie ante ella, poco a poco y con
cuidado apretando los cordones, mientras ella se burla de mi suavemente.
"Así, criada, te gusta
ponerme el corsé?"
Dado que no contesto, y tampoco
tengo interés en hacerlo, insiste, acariciando mis caderas y intencionadamente
rozando mi sexo con sus guantes de látex.
"Te queda muy bien este
equipo de látex, pero siento que también me gustaría unirme, notas como mi respiración
se acelera que parece que comience a volar y va creciendo mas y mas, sin dejar
de acariciarte, con la palma de la mano, las manos se deslizan sobre tu traje
mientras el material cruje y hace más ruido cuando se detiene, haciendo hincapié
en el lugar donde esta mi mano. ¿Te gustaría verme con una larga polla de látex
entre las piernas y tú con las brazos atados pidiendo que te liberara?, te lo
imaginas? atado y amordazado en el suelo, con una combinación de látex, pasando
en vano un intento de liberarte mientras te retuerces, el movimiento
innecesario en tu prisión de caucho daría como resultado una excitación que bombearía
tus ultimas energías"
A medida que continuaba atando
el corsé ella todavía insistía
"Harías eso por mi?, bueno
en principio no la idea por ahora, pero perra, ahora te vas a poner de rodillas
mientras te pongo un pie encima, veo que estas empezando a entender quien manda
aquí, pero no te relajes, se que tienes que hacer más que obedecer, incluso si
las cosa que te digo te excitan y debes ser cuidadoso con el látex que
llevas"
Voy subiendo por la parte
superior de sus muslos y me quedo cerca del corsé, ahora somos tres en esa
pequeña sala de estar completamente vestidos de látex y nuestro movimiento,
nuestros calores liberados en el aire, los aromas característicos de aquel
material ya empiezan a asociarse con situaciones particularmente interesantes.
Martia me pregunta por preguntar
sobre como están sus hombros sobre la capa de látex, si quedan muy largos, como
queda la franja roja que contrasta con su color negro y el cuello, ese cuello
se cierra por dos correas y hay un cierre en su hombros, luego se sienta el
borde de la cama y me ordena que le ponga las botas, unas hermosas botas de
color rojo con una impresionantes tacones y una suela delgada.
Comienzo aplicando polvos de
talco en sus pies para conseguir que entren bien estas hermosas botas y
requiere un gran esfuerzo por mi parte, las medias de látex le molestan cuando
se resbala el pie, luego cuando ya están puestas subo las cremalleras en ambas
piernas, hasta que finalmente alcanzo el final dejando unas hermosas piernas
cerradas en esas botas, no está mal, pero todavía se tienen que ajustar un poco
mejor y se debe darle brillo.
Me entrega un aerosol y un paño
de algodón, después de manjar las botas de látex para eliminar cualquier arruga
que puedan tener, comienzo a sentirme realmente caliente dentro de mi vestido y
bastante sudado, veo a Martia que también le pasa lo mismo.
Comienzo a frotar suavemente la
parte inferior del muslo con el paño, con ese producto queda todo pulido, lo
deslizo lentamente y da una excelente tono brillante al látex, mejorando su
color y dándole un toque más suave, poco a poco subo por la rodilla delante de
ella, vuelvo a lo largo de sus piernas haciendo un trabajo cuidadoso.
Cuando llego a la parte superior
de los muslos, me pongo sobre ella, una de sus rodillas me aprisiona el pecho,
a medida que continua suavemente puliendo el eje su muslo, siento que le gusta
acariciarme con la punta de su bota, se ríe cuando ve que se me acelera la respiración.
"Continua tu trabajo y
hazlo todo correctamente, tienes que aprender a no dejar que te perturbe una
peque distracción, además, una vez que hayas terminado con las botas, no
olvides que tienes que hacer lo mismo con mis guantes y mi capa, también creo
que Malvina le molesta."
Así que voy terminando con
Martia cuidado de hacer que todo brille, la primera vez que veo el brillo de
sus botas al completo, me permite que admire sus piernas una vez que se ven
bien pero las puedo ver desnudas, le separo la falda justo para ver un poco de
su cuerpo y pulirlo, ni que decir que como apreciaría todos esos abrazos con su
traje brillante de látex, todas esas prendas son muy emocionantes de esa manera
y todavía mejor cuando se ve el relieve de las formas que las moldean.
Marita me pone la mano bajo la
barbilla y dice.
"Así, ahora te estas comportando
como una buena chica, me gustaría que tu equipo no fuera menos cuidado que el
nuestro, nosotros nos ocuparemos de ti, pero no creas que se están invirtiendo
los papeles"
Martia coge el tejido, pule mis
guantes y luego la parte trasera de mi equipo, en contraste con su tono de
autoridad, sus manos son suaves y delicadas en sus gestos, siempre muy
sensuales, a ella le encanta simplemente acariciar un cuerpo moldeado en látex,
a continuación, pasa detrás de mí y Malvina termina el trabajo, frota las
medias para obtener un brillo hermoso y se encarga de mi parte delantera.
Martia sigue detrás de mi
espalda y antes de que tuviera tiempo a reaccionar agarra mi brazo y lo pone
detrás de mí, me quedo inmóvil ella entonces me coge la cabeza y me la tria
atrás, consciente que tiene un gran tamaño, obviamente, acentuado por la altura
de sus tacones, Malvina sonríe y sigue puliendo el vestido, se divierte al
verme completamente inmóvil y reaccionando bajo sus caricias.
"bueno, entonces dijo
Martia, ahora sí que estás listo para el servicio"
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