sábado, 11 de diciembre de 2021

Los hombres se rinden capitulo 3

 

Intento de seducción.

Camille me lleva a un gran baño y me ayuda a ponerme en la ducha, abre el agua y luego me enjabona sin ningún pudor, siendo en jabonado por esa criatura, mi miembro viril se despierta con una gran erección, allí está totalmente elevada, ella se da cuenta cuando me acerca una toalla.

"Oh, es halagador, pero debes apaciguarlo, anteriormente me habían gustado los hombres, pero me han decepcionado mucho, ahora que he descubierto la suavidad del cuerpo de la mujeres ya no me interesan, de vez en cuando, puede ser como una pequeña distracción, pero cada vez menos, vamos a ver, como podemos ocultar ese pequeño engendro que te atreves a exponer a mis ojos…. A si! mi falda, te la presto"

Camille me ayuda a salir de la bañera y luego agarra su falda floreada de tela, la abra y me dice que pase mis piernas por dentro, hago "um, um"  dentro de la mordaza.

"Que pasa? tengo que volver a ponerte el plug anal?"

Le digo que no con la cabeza, y levanto la pierna inmediatamente para entrar dentro del hueco de la falda, seguido inmediatamente de la segunda, Camille tria de una correa elástica y que lleva en la cintura para sujetarla bien.

"Bueno me voy a tomar una ducha, vete a la esquina del cuarto de baño y quédate allí de rodillas!"

Lleno de ironía poco saludable para mi orgullo masculino, se queda mirándome antes de entrar en la ducha y dice:

"Te veo como una niña traviesa que se ha estado portando mal!"

Mientras se toma la ducha, pienso en encontrar una solución a mi nueva condición de esclavo, si intento algo violento y me agresividad va en aumento, no me cae duda de que las represalias serian sangrientas y dolorosas, podría tratar de huir, pero como?, desnudo?, amordazado y esposado?, esto no sería necesariamente agradable cuando me encontrara con alguien, sigo imaginando supuesto para sacarme de este lio cuando la voz de Camille me llama la atención.

"¿Vienes?"

Maldita sea que rápido, nunca he visto a una mujer darse un baño tan rápido, me levanto y la sigo, viendo sus pequeñas piernas desnudas debajo de la bata, ella es la solución, voy hacer todo lo posible para seducirla y buscar ayuda, si ella pidió a Martine que si podía jugar conmigo es que habrá algunas cosas que serán propicias para la seducción.

Acompaño a Camille por la enorme casa haya una gran habitación amueblada con gusto, una cama con dosel con sabanas blancas que me atrae la atención inmediatamente, aquí todo es lujo, Camille se me acerca y dice.

"Te sacare la mordaza, a la menor tentativa de evasión o de estupidez, será notificada a Martine diciéndole que has tratado de violarme, para ella, estos actos solo pueden ser castigados con la eliminación de estas pequeñas piezas defectuosos as que los hombres les cuelgan en la entre pierna, ¿No vas hacer ninguna tontería, verdad?"

"No, no!" dije desesperadamente mientras me quitaba la mordaza

"¿Por qué inventar una mentira tan vil, una violación?"

"Porque me pongo de muy mal humor si no tengo el masaje que yo quiero!"

Me quedo aterrado! ¿Responde con eso? Camille va con una gracia que no coincide con las palabra que ella ha dicho, me arrodillo en la cama y pongo mis labios sobre su delicado tobillo, sigo revoloteando sobre sus rodillas y luego paso por la pantorrilla, hago lo mismo con la otra pierna y luego vuelvo a la otra, cuando arrastro la lengua por la punta de su dedo del pie, ella hace un pequeño gemido que es música para mis oídos.

"Eres dulce como un niño, te permito continuar por dentro de mis muslos, pero ten cuidado de no confundirte"

Ninguna molestia, ella se sienta, se quita el albornoz y me deja ver su cuerpo perfecto, su pecho es generoso poro no excesivo, el estomago es plano y sus curvas armoniosas, no hay rastro de las marcas de su camiseta en su bronceado, el vello rubio del sexo se mantienen cuidadosamente y reducido en una pequeña V, que sugiere un buen lugar para abrazarlo.

Reanudo mis caricias cuidadosamente por debajo de la rodilla y luego la beso suavemente por el lado de su muslo levantándolo para llegar hasta la cadera, después de masajearla con la punta de mis labios, le dijo que si no quiere que me derrumbe sobre ella, si me puedo levantar de mis rodillas, a lo que ella contesta que sí.

Desde los pies de la cama, me levanto besándola mientras miro su cuerpo de diosa con el pelo rubio que fluye sobre la almohada como rayos de sol alrededor de su radiante rostro, comenzó a lamentar no ser un pinto para poder capturar esa imagen.

Sin esperar una respuesta, la empiezo a abrazar, en el otro muslo un poco por miedo a derrumbarme sobre ella ya que mi limitada maniobrabilidad no me dejar mucha libertad, atado con esas esposas, miro su rostro enrojecido, ese pequeño rubor me hace de bálsamo en mi corazón, después de largos minutos de su suave y delicada mano me guía mi cara hacia su pecho.

Sus pezones me señalan con orgullo, así que decido jugar con ellos, corro la punta de la lengua alrededor ese firme pezón, los movimientos de su pecho se aceleran, su respiración se vuelve menos discreta, de repente, sin previo aviso mis labios se tragan las pequeña fresa, ella gime y arquea la espalda para ofrecer ese beso totalmente emprendedor.

Decido hacerlo más ardientemente, me vuelvo hacia el otro pezón que esta solitario apuntando hacia arriba diciéndome que él también quiere, primero lo toco con la punta de mi nariz, mientras mi lengua acaricia los lados del pezón, a continuación lo chupo ardientemente.

Me levanto lentamente de mi respiración sale un aire frio y caliente por mi boca, a unos pocos milímetros de su pezón mojado, el paso del aire crea un ligero frescor, que con el calor de mis labios se compensa inmediatamente, para reparar esta audacia, le hago cosquillas con la lengua lentamente martirizando el pezón, ella gime de placer, interrumpo el juego y vuelvo inmediatamente al otro pezón que había abandonado, Camille deja escapar un comentario que me llena de alegría.

"Eres particularmente sádico conmigo, pero es tan bueno!"

Después de tiempo jugando a este juego, su aliento silba un poco, doy a sus pechos algo mas con el uso de las manso, para entrar en una gran aventura, el gran descenso de los placeres, mis labios se difunden con generosos besos sobre su estomago plano con la dulzura de una piel de melocotón, centrándose en el ombligo mi lengua comienza a excavar con cuidado.

Todavía tengo que coger la cascada del gran final, comienzo a chupar, mis chupetones no son rechazados, con la punta de la lengua dibujo una línea imaginaria en su piel sedosa, mis labios pasan por la cima de la ingle, donde la piel es más sensible y paso por lo alto de un pequeño arbusto en forma de V que parece nombrar un destino, paciencia, lo debo hacer un a poco a poco.

De repente, una mano firme me agarra por el pelo, tengo miedo al fracaso y ser descartado de golpe, ¿Me he aventurado demasiado cerca de un lugar prohibido? frente a mí las piernas separadas y de repente la mano sumerge la cara hacia dentro, los labios y la lengua ataca en conjunto los húmedos pliegues para desalojar su perla, inmediatamente esto es una dura batalla que dura unos pocos minutos, unos temblores presagian el gran momento, los músculos de las piernas sobresalen frente a mi cara, las piernas se levantan y me aprisionan con un dulce encanto de una melodía.

Los pisos de Beirut o de Bagdad junto no han experimentado es tipo de explosiones, mis labios buscan una retirada estratégica para desatar la bella de su placer, pero sin éxito, la tormenta pasa así que decido continuar tiernamente la guerra, suavemente, pero tratando de no hacerle cosquillas a la carne sensible sobre todo después una tormenta, me desvió del área deseoso de besar los muslos internos con cuidado, como un requerimiento de querer salir.

Las rodillas me duelen por el trato, de alguna manera debido a estas malditas esposas, a estar con posición entre sus piernas abiertas, escandalosamente, pongo mi cabeza en un muslo para tratar de acostarme, mis piernas sobresales de la cama y se frotan contra la madera, finalmente me las arreglo para posicionar la cara por encima del área que no ofrece ninguna resistencia o desconfianza de mis besos.

Mis labios entreabiertos cubriendo su vagina, mi lengua comienza a navegar para recoger el placer de sus jugos, el placer compartido de inmediato en mis papilas gustativas que son suministradas generosamente, sus suaves pliegues son perfumados y dulces, tan extremos que desacelero la lengua para no ofender, luego, con la firme intención declarada, dejo de cazar la perla, su mano intenta, sin ganas, calmar mis pasiones, si se puede decir que una imagen de mi esposado, pero es ella la que me sujeta como si yo fuera un peluche, me encantan las mujeres así, incluso si mañana decide castigarme o herirme, tengo unas ganas locas de darle placer.

Mis labios y la lengua le hago cosquillas, con esta fusión tierna, la perla no se me puede resistir, los arcos de Camille me los ofrece sin ningún limite, parece que quiere rechazarlos pero no puede hacer nada en contra de su deseo, siento su suave vientre, sintiendo lo que es el preludio del placer, es como un trance y eso me encanta, todo se detiene repentinamente.

En un segundo se mantiene en suspensión y después un largo grito resuena y el cuerpo se llena de espasmos, cualquier contrato de privacidad se abandona a los dulces placeres, mis labios arrebatan esa preciosa bebida para el deleite de mis papilas gustativas, con los ojos cerrados, me gusta el sabor del placer que le doy.

"Tómame!"

"No puedo, estoy esposado!"

"Date la vuelta!"

Camille emerge y me permite apoyar la cabeza de alguna manera, en una posición sema-sentada en la cama inmediatamente después de que mi pene se extendiese entre los labios de su solicitante sexo, cuando me empala, el calor de su estomago alrededor de mi pene que lleva esperándolo toda la mañana, es un momento de éxtasis, cuando ya me empala suena un gemido de placer, su boca se apodera rápidamente de la mía, nuestros labios comparte un momento blando de pasión.

Sus movimientos, sus ardientes besos y su pelo sedoso en la cara me llevan a un paraíso de placer, trato desesperadamente de contenerme a mí mismo, tratando de pensar en esa adorable furia que me ofrecía, este pensamiento se ralentiza un poco con la subida de mi disfrute, pero sus movimientos acelerados y amplificados, su gemidos declarando una guerra sin gracias a mi moderación.

Me inclino para besar uno de sus pechos y morder el pezón, ella grita y me separa con la mano, por un momento, mi tiempo, mi cabeza y mi calentón, me resisto en vano, una inundación torrencial me lleva, disfruto en silencio, los dientes plantados en los labios, ahora es uno de los más fuertes orgasmos que he conocido, Camille busca el placer continuado con su paseo fantástico y acaricia para acentuar el acabado, todavía dentro del alcance de mi placer, no puedo dejar de anhelar, se sienta encima de mí y empieza a gritar con sus brazos alrededor de mi cuello.

Nuestro corazón latía mas y mas rápido que juntamente con al respiración alcanzaban limites irrazonables, después de un rato con los ojos abiertos, nuestros ojos se reencontraron, en un momento de adjudicación compartida de complicidad.

"Estas empezando a hacer que me arrepienta"

"Si tuviera las manos libres, tal vez podría estar convencido de que todo no ha sido tan cruel y sádico"

"Después del espectáculo de esta mañana, te llevare a casa"

"¿Lo harías?"

"Si, sígueme"

La seguí….

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