sábado, 13 de noviembre de 2021

Mi ultima sesion

 He sido un fetichista desde que era una adolescente y las botas femeninas fue lo que primer me gusto, me di cuenta que tenía una oscura obsesión erótica.

Si una señora caminaba por la calle usando unas botas, no podía quitar los ojos de ella y más bien sobre sus botas, a medida que el tiempo y las modas pasaban, el cuero era más usado como una prenda de moda, las botas de tacón alto y los abrigos de cuero largos eran habituales y mi obsesión era cada vez más fuerte.

Totalmente por casualidad, descubrí en una revista de moda unas señoras vestidas eróticamente con una gran variedad de ropa de cuero fetiche y llevando unas botas de tacón de aguja, hasta la rodilla, yo estaba enganchado a la idea de la dominación erótica con una señora vistiendo botas y cuero, así que me puse en la tarea de contactar con alguna señora que me pudiera ofrecer ese servicio.

Empecé a buscar publicaciones locales, pero lo mejor que pude encontrar era prostitutas baratas de calle, que cuando les decía lo que quería no tenían ni idea de lo que les hablaba, entonces un día vi un anuncio de que ponía casa de dominación, llame y pedí hablar con una de sus dominatrix y milagrosamente la señora que me atendía sabía exactamente de lo que estaba hablando, al cabo de una hora estaba llamando a su puerta.

Ella, era una señora que tenía una mirada imponente a sus 30 tempranos años y mientras charlábamos, yo estaba emocionado, tanto que apenas podía hablar de los nervios y mucho menos pensar en que decir, pero su voz suave y amistosa pronto tuve la facilidad y me encontré abriéndome y diciéndole cosas que a nadie más le había podido decir, al poco rato me encontré que estaba siendo llevado por la mano hacia su mazmorra donde me pidió que me desnudara y dijo que estaría de vuelta dentro de unos minutos, cuando volvió, se había vestido con unas botas de tacón alto, unos largos guantes de cuero negro y un pequeño corsé de cuero negro que la abrazaba firmemente, estaba súper excitado, ella no solo era extremadamente hermosa y atractiva, su severa personalidad me hacía que mi polla se pusiera dura al instante, me ato a una cruz de san Andrés me presento el látigo con el cual me pegaría, me tenia atado a unos seis pies del suelo cuando finalmente me dejo bajar de la cruz, entonces ella cruzo la habitación y se sentó en una gran silla de mimbre y exigió que me arrastrara por el suelo y le besara las botas, cuando mis labios besaron el cuero suave de sus botas, recibí instrucciones estrictas que fueron puntuadas con pinchazos de su latico mientras me explicaba exactamente como quería que le besara sus botas.

A continuación, me obligo a subir sus guantes hacia arriba por encima de sus brazos para que estuvieran ajustados y apretados, era tan difícil quitarme los ojos de sus magníficos senos y concentrarme en lo que estaba haciendo, tenía su pie entre mis piernas y tocaba suavemente mi erección que era dura como una con su cuero, y los cordones entrecruzados de su bota, juro que si hubiera estado un segundo mas, habría explotado allí mismo, a continuación, me ordeno que besara y lamiera cada centímetro de sus botas de cuerpo, cosa que hice, utilizo su látigo para pegarme fuertemente a mi espalda para asegurarse de que hacia exactamente como ella lo quería, yo estaba en el séptimo cielo.

Me pidió que la besara y le chupara los tacones de aguja, cosa que hice, me ordeno que lo hiciera como si estuviera como si estuviera teniendo un orgasmo, eso me divertía mucho fingiendo que le estaba mostrando lo que quería, ella me llamo como su sucia puta y me prometió que durante mi próxima sesión exploraría mas lejos.

A continuación, la señora me hizo que lamiera toda la bota hasta arriba, ella me explico que las botas altas son una extensión de su clítoris y encontraba mi lengua muy emocionante, y que podía haber una pequeña recompensa para mí, me encantaban sus botas hacían despertar todos mis deseos de mi fetiche y me entregaba completamente a su pasión, la señora anuncio que yo no era un completo fracaso, pero no estaba ni cerca de lo suficiente bueno para complacerla, sin embargo, mi recompensa por no fallar fue besar suavemente cada uno de sus pezones, pero solo una vez, lo creas o no, esto era una cosa muy difícil de hacer sin perder el control totalmente.

Ella me pidió que le trajera un escabel y la colocara debajo de sus piernas, (Creo que aquí lo llamáis tamborete) corrí por la habitación sobre mis manos y rodillas, torpemente lleve el escabel hacia ella y suavemente coloque sus piernas encima del acolchado, me ordeno que me arrodillara a sus pies, no se contento hasta que mis pelotas fueron presionadas contra sus tacones de aguja.

Ella sonrió, mientras la miraba a los ojos preguntándome que iba a suceder a continuación, empezó a apretar mi escroto que estaba atrapado entre sus tacones de aguja y tiraba de mis pelotas, me pregunto si me gustaba y aunque mis bolas estaba ardiendo de dolor, le respondí que si, mantuvo sus tacones en mi escroto tirando cada vez más abajo, me sorprendí de lo lejos que podía bajarlo y cada vez que lo hacía mis pelotas se ha cercaban mas y mas al suelo, cada vez que tiraba de las pelotas mi erección bajaba a una posición horizontal y una sonrisa en su rostro me decía que estaba pasando un buen rato levantando y bajando mi polla, por cada segundo que pasaba.

Repentinamente sentí mi erección horizontal sostenida suavemente entre los talones de cuero de sus botas, me sonrió y me pregunto si me gustaba tener mi polla entre sus tacones, yo respondí que si, luego me pregunto cuál es la única cosa en el mundo que preferiría hacer ahora mismo, más que nada, le dije hacer el amor a sus hermosas botas, asintió con la cabeza, a continuación, me ordeno que le mostrara lo mucho que quería hacerlo y que mendigara pidiendo su permiso, agrego que si yo no fuera sincero y totalmente honesto, ella no me lo permitiría, le rogué y rogué, pero no fue sino hasta que me desespere por complácela sonando como si estuviera rogando por mi vida, ella finalmente dijo, podía empezar.

Comencé a empujar mi erección entre el cuero negro de sus hermosas botas, mientras me decía que le gustaba ver una polla rosa hermosa bombeando de arriba abajo entre el cuero de sus botas, me ordeno que no llegara al clímax o ella me azotaría la espalda hasta romper mi piel por desobedecerla, exigió que yo aumentara el ritmo y cuando alcance el ritmo, vi una mano enguantada en cuero negro que bajaba entre sus piernas y sus dedos comenzaron a jugar con su coño, esto me hizo bombear como si no hubiera un mañana y cuando más lo hacía, más intensamente ella observaba y más caliente ambos nos poníamos.

Ella repentinamente exigió que me ya era honrado para poder disparar mi semen en sus hermosas botas, quiera verlo y exigió que lo hiciera ahora, no necesitaba más aliento, mi primer tiro roció de semen a toda la longitud de sus botas, ella exploto en un orgasmo, podía sentir su cuerpo entero temblar en ondas de placer y era asombroso, yo todavía estaba bombeando semen en sus botas.

Con mis pelotas todavía firmemente atrapadas entre sus tacones de aguja, ella descanso un momento y pregunto si disfrutaba haciendo el amor a sus hermosas botas, le di las gracias por permitirme el honor y le dije que había sido una experiencia absolutamente impresionante, me pregunto si me gustaría hacerlo otro día, jure que me encantaría hacerlo otra vez, a continuación se levanto y empezó a golpear mi trasero con su látigo y me llamo gusano sucio y asqueroso, me grito de cómo me había atrevido a tirar esos chorros asquerosos por todas sus hermosas botas y exigió que lo lamiera al instante.

Sin vacilar, acaricie amorosamente todo el esperma de las botas, sin pensar en lo que realmente estaba haciendo, la señora me tenia allí lamiendo sus botas, hasta que cada molécula de semen se había ido y sus hermosas botas quedaron impecables y relucientes con saliva, arrodillado como esta delante de ella me levanto mi barbilla con un suave dedo enfundando en cuero hasta que nuestros ojos se encontraron, luego anuncio firmemente que ahora será su puta y que nunca se me había de olvidar.

Aunque esto sucedió hace mas de 25 años, solo la he visto un par de veces antes de que desapareciera, pero nunca se me ha borrado ese fabulosa señora y el día en que me convertí en su puta, y hasta hoy, es mi fetiche más profundo y impulsa mi pasión por las botas.

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