He sido un fetichista desde que era una adolescente y las botas femeninas fue lo que primer me gusto, me di cuenta que tenía una oscura obsesión erótica.
Si
una señora caminaba por la calle usando unas botas, no podía quitar los ojos de
ella y más bien sobre sus botas, a medida que el tiempo y las modas pasaban, el
cuero era más usado como una prenda de moda, las botas de tacón alto y los
abrigos de cuero largos eran habituales y mi obsesión era cada vez más fuerte.
Totalmente
por casualidad, descubrí en una revista de moda unas señoras vestidas eróticamente
con una gran variedad de ropa de cuero fetiche y llevando unas botas de tacón
de aguja, hasta la rodilla, yo estaba enganchado a la idea de la dominación erótica
con una señora vistiendo botas y cuero, así que me puse en la tarea de
contactar con alguna señora que me pudiera ofrecer ese servicio.
Empecé
a buscar publicaciones locales, pero lo mejor que pude encontrar era
prostitutas baratas de calle, que cuando les decía lo que quería no tenían ni
idea de lo que les hablaba, entonces un día vi un anuncio de que ponía casa de dominación,
llame y pedí hablar con una de sus dominatrix y milagrosamente la señora que me
atendía sabía exactamente de lo que estaba hablando, al cabo de una hora estaba
llamando a su puerta.
Ella,
era una señora que tenía una mirada imponente a sus 30 tempranos años y
mientras charlábamos, yo estaba emocionado, tanto que apenas podía hablar de
los nervios y mucho menos pensar en que decir, pero su voz suave y amistosa
pronto tuve la facilidad y me encontré abriéndome y diciéndole cosas que a
nadie más le había podido decir, al poco rato me encontré que estaba siendo
llevado por la mano hacia su mazmorra donde me pidió que me desnudara y dijo
que estaría de vuelta dentro de unos minutos, cuando volvió, se había vestido
con unas botas de tacón alto, unos largos guantes de cuero negro y un pequeño corsé
de cuero negro que la abrazaba firmemente, estaba súper excitado, ella no solo
era extremadamente hermosa y atractiva, su severa personalidad me hacía que mi
polla se pusiera dura al instante, me ato a una cruz de san Andrés me presento
el látigo con el cual me pegaría, me tenia atado a unos seis pies del suelo
cuando finalmente me dejo bajar de la cruz, entonces ella cruzo la habitación y
se sentó en una gran silla de mimbre y exigió que me arrastrara por el suelo y
le besara las botas, cuando mis labios besaron el cuero suave de sus botas, recibí
instrucciones estrictas que fueron puntuadas con pinchazos de su latico
mientras me explicaba exactamente como quería que le besara sus botas.
A
continuación, me obligo a subir sus guantes hacia arriba por encima de sus
brazos para que estuvieran ajustados y apretados, era tan difícil quitarme los
ojos de sus magníficos senos y concentrarme en lo que estaba haciendo, tenía su
pie entre mis piernas y tocaba suavemente mi erección que era dura como una con
su cuero, y los cordones entrecruzados de su bota, juro que si hubiera estado
un segundo mas, habría explotado allí mismo, a continuación, me ordeno que
besara y lamiera cada centímetro de sus botas de cuerpo, cosa que hice, utilizo
su látigo para pegarme fuertemente a mi espalda para asegurarse de que hacia exactamente
como ella lo quería, yo estaba en el séptimo cielo.
Me
pidió que la besara y le chupara los tacones de aguja, cosa que hice, me ordeno
que lo hiciera como si estuviera como si estuviera teniendo un orgasmo, eso me divertía
mucho fingiendo que le estaba mostrando lo que quería, ella me llamo como su
sucia puta y me prometió que durante mi próxima sesión exploraría mas lejos.
A
continuación, la señora me hizo que lamiera toda la bota hasta arriba, ella me
explico que las botas altas son una extensión de su clítoris y encontraba mi
lengua muy emocionante, y que podía haber una pequeña recompensa para mí, me
encantaban sus botas hacían despertar todos mis deseos de mi fetiche y me
entregaba completamente a su pasión, la señora anuncio que yo no era un
completo fracaso, pero no estaba ni cerca de lo suficiente bueno para
complacerla, sin embargo, mi recompensa por no fallar fue besar suavemente cada
uno de sus pezones, pero solo una vez, lo creas o no, esto era una cosa muy difícil
de hacer sin perder el control totalmente.
Ella
me pidió que le trajera un escabel y la colocara debajo de sus piernas, (Creo
que aquí lo llamáis tamborete) corrí por la habitación sobre mis manos y
rodillas, torpemente lleve el escabel hacia ella y suavemente coloque sus
piernas encima del acolchado, me ordeno que me arrodillara a sus pies, no se
contento hasta que mis pelotas fueron presionadas contra sus tacones de aguja.
Ella
sonrió, mientras la miraba a los ojos preguntándome que iba a suceder a continuación,
empezó a apretar mi escroto que estaba atrapado entre sus tacones de aguja y
tiraba de mis pelotas, me pregunto si me gustaba y aunque mis bolas estaba
ardiendo de dolor, le respondí que si, mantuvo sus tacones en mi escroto
tirando cada vez más abajo, me sorprendí de lo lejos que podía bajarlo y cada
vez que lo hacía mis pelotas se ha cercaban mas y mas al suelo, cada vez que
tiraba de las pelotas mi erección bajaba a una posición horizontal y una
sonrisa en su rostro me decía que estaba pasando un buen rato levantando y
bajando mi polla, por cada segundo que pasaba.
Repentinamente
sentí mi erección horizontal sostenida suavemente entre los talones de cuero de
sus botas, me sonrió y me pregunto si me gustaba tener mi polla entre sus
tacones, yo respondí que si, luego me pregunto cuál es la única cosa en el
mundo que preferiría hacer ahora mismo, más que nada, le dije hacer el amor a
sus hermosas botas, asintió con la cabeza, a continuación, me ordeno que le
mostrara lo mucho que quería hacerlo y que mendigara pidiendo su permiso,
agrego que si yo no fuera sincero y totalmente honesto, ella no me lo permitiría,
le rogué y rogué, pero no fue sino hasta que me desespere por complácela
sonando como si estuviera rogando por mi vida, ella finalmente dijo, podía
empezar.
Comencé
a empujar mi erección entre el cuero negro de sus hermosas botas, mientras me
decía que le gustaba ver una polla rosa hermosa bombeando de arriba abajo entre
el cuero de sus botas, me ordeno que no llegara al clímax o ella me azotaría la
espalda hasta romper mi piel por desobedecerla, exigió que yo aumentara el
ritmo y cuando alcance el ritmo, vi una mano enguantada en cuero negro que bajaba
entre sus piernas y sus dedos comenzaron a jugar con su coño, esto me hizo
bombear como si no hubiera un mañana y cuando más lo hacía, más intensamente
ella observaba y más caliente ambos nos poníamos.
Ella
repentinamente exigió que me ya era honrado para poder disparar mi semen en sus
hermosas botas, quiera verlo y exigió que lo hiciera ahora, no necesitaba más
aliento, mi primer tiro roció de semen a toda la longitud de sus botas, ella
exploto en un orgasmo, podía sentir su cuerpo entero temblar en ondas de placer
y era asombroso, yo todavía estaba bombeando semen en sus botas.
Con
mis pelotas todavía firmemente atrapadas entre sus tacones de aguja, ella
descanso un momento y pregunto si disfrutaba haciendo el amor a sus hermosas
botas, le di las gracias por permitirme el honor y le dije que había sido una
experiencia absolutamente impresionante, me pregunto si me gustaría hacerlo
otro día, jure que me encantaría hacerlo otra vez, a continuación se levanto y empezó
a golpear mi trasero con su látigo y me llamo gusano sucio y asqueroso, me
grito de cómo me había atrevido a tirar esos chorros asquerosos por todas sus
hermosas botas y exigió que lo lamiera al instante.
Sin
vacilar, acaricie amorosamente todo el esperma de las botas, sin pensar en lo
que realmente estaba haciendo, la señora me tenia allí lamiendo sus botas,
hasta que cada molécula de semen se había ido y sus hermosas botas quedaron
impecables y relucientes con saliva, arrodillado como esta delante de ella me
levanto mi barbilla con un suave dedo enfundando en cuero hasta que nuestros
ojos se encontraron, luego anuncio firmemente que ahora será su puta y que
nunca se me había de olvidar.
Aunque
esto sucedió hace mas de 25 años, solo la he visto un par de veces antes de que
desapareciera, pero nunca se me ha borrado ese fabulosa señora y el día en que
me convertí en su puta, y hasta hoy, es mi fetiche más profundo y impulsa mi pasión
por las botas.
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