sábado, 27 de noviembre de 2021

Los hombres se rinden capitulo 1

 

Ya han pasado varios años desde que navegando por la red en busca de alguna mujer que compartiera mi pasión y mis ansias masculinas, después de ver que no había nada que me interesara, puse un anuncio para ver qué pasaba.

 

El anuncio ponía:

 

Chico de 40 años, un metro 75, bien parecido y me gusta las vulgaridades, busco a una mujer con quien compartir algunas fantasías masculinas, tengo apartamento propio o podemos usar el tuyo, anuncio serio, por favor responder gente seria, curiosos o estúpidos abstenerse.

 

Entonces, una noche descubrí que un usuario de una página web había contestado.

 

Después de números intercambios de correos electrónicos, ella me pidió mi numero de teléfonos, aunque en mi cabeza, sonaba una campana de alarma, respondí positivamente a su solicitud.

 

Esa navegante de internet me dijo que debía espera 8 días, se veía que estaba jugando con mis nervios y mis ganas de conocerla.

 

Al cabo de esos días a las 21:00 sonó mi móvil.

 

"Si, hola?!

 

"Buenas noches querido TSM"

 

De repente una duda me bloqueo, y luego, con una opresión en la garganta conteste:

 

"Si…"

 

"Buenas noches, soy 3x"

 

Después de un momento en blanco, me las arregle para responder, nuestra conversación duro mucho tiempo, también había leído mis textos y dijo que estaría bien tener un cita para conocernos de cara a cara, ella me dijo que podíamos quedar al día siguiente en frente de un museo que había en la ciudad, si encajaba en sus criterios, me podía quedar en su casa durante una semana.

 

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Nunca el tiempo había pasado tan despacio!

 

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Llegue al museo una hora antes de la cita y con un ramo de rosas en la mano, después de un largo tiempo de espera una voz me sobresalto.

 

"Hola Sr. TSM!"

 

Allí estaba, una hermosa mujer, de unos cuarenta i tantos, bronceada, con cabello castaño claro, que miraba y estudiaba mis reacciones, ella estaba rolliza sin grasa y una hermosa sonrisa que juntamente con los ojos azules podían hacer derretir un iceberg, ella tomo la iniciativa diciendo.

 

"Te sugiero que nos vayamos a tomar alguna cosa en una cervecería que esta al final de esta calle"

 

"Te iba a preguntar que querías hacer"

 

Nuestros pasos nos conducen naturalmente a una mesa apartada, nos sentamos y el camarero nos tomo nota, pedimos unos cafés, ella inmediatamente tomo la iniciativa en la conversación y dijo.

 

"Tu cara y tu personalidad coincide plenamente en lo que había imaginado de cómo eras, mi propuesta es la siguiente, me enviaras por correo un texto hecho por tu puño y letra sin faltas de ortografía, especificando tu nombre completo, dirección y numero de la seguridad social, el texto debe especificar que deseas estar físicamente y moralmente bajo mis caprichos, incluidos los actos sexuales y emotivos de todo tipo, que me permites que te azote, y te castigue cada vez que lo desee, ya sea que te comprometas a no presentar ninguna queja contra mí porque quieres que abuse de tu cuerpo y mente durante toda una semana, en el texto debes mencionar  que no hay ningún contrato monetario o intercambio de dinero, también quiero una prueba negativa del VIH para tener más seguridad, y deberás añadir un pequeño texto que diga leído y aprobada, escrito por mi puño y letra en cuerpo y mente…. firmado. Te garantizo un semana de placer y que llegaras a casa saludablemente, no me digas nada mas, no tengo que ser justificada y estar de acuerdo fácilmente, supongo que lo que hemos tomado te harás cargo tu de la cuenta y que estas roas son para mi"

 

Sin esperar mi respuesta, esa misteriosa mujer me dio un movimiento de cabeza que inflamaba mis sentidos, se levanto y despareció sin decirme más, era como si me hubieran echado una jarra de agua fría en esa terraza del café, ella en menos de dos minutos me puso a cien, y todas mis fantasías parecían que se podían cumplir.

 

Así que me hice la prueba del VIH y con el texto que ella me había solicitado lo firmo y se lo envió por correo. El día que habíamos quedado, fui de vuelta al museo con una pequeña bolsa de viaje de mano, ella apareció y me hizo una seña para que la siguiera, llevaba un bonito vestido corto muy veraniego.

 

Quede deslumbrado por su piernas y las caderas de cómo se movían, ya estaba complacido con la idea de verme obligado a depositar mis besos ardientes a sus pies, después de unos pocos pasos, se para al lado de un Land Rover, y me indica que suba en la parte de atrás, cosa que me apuro de buena gana, me hizo llenar los espacios en blanco del documento solicitado con su nombre y apellidos, entonces supe que su nombre era Martine Laure, recupero el papel y me dio una bolsa de tela, en ella contenía unas esposas, Martine me pide que me ponga el cinturón de seguridad y luego que me esposa las manos.

 

La aventura comienza, me siento como un niño pequeño que va al médico por primera vez, los clics de las esposas que se cierran en mi muñeca me hacen temblar, no puedo cerrar el segundo, de repente me doy cuenta de que me puede utilizar para satisfacer sus deseos más oscuros, lo confieso estoy un poco asustado, el 4x4 después de rato se para cerca de una acera.

 

"Mi querido TSM, como de te dije te voy a dar una semana erótica inolvidable, bájate de mi coche"

 

"Confieso que estoy un poco excitado"

 

"!Al suelo!"

 

"¿Tal vez antes podríamos charlar un poco?"

 

"No, a no sea que te lo pida yo, voy a empezar a contar como tardes en bajar lo vas a la mentar, tres, dos…"

 

Veía como todos los placeres que podía imaginar es esos días volaban, me paso los brazos por detrás de mí y volvió a cerrar esas molestas esposas. Y me vuelve a colocar en el asiento.

 

"Eres muy cruel conmigo!"

 

"No es eso lo que querías?"

 

Cuando llegamos a la carretera de Avignon, Martine se detiene en un estacionamiento para ponerme una capucha y me indica que me tumbe en el asiento, en mi mente, todas las alarmas suenan, estoy sudando a pesar del aire acondicionado, no fue un paseo muy largo, pero lo suficiente para hacer que me pusiera enfermo, cuando estoy a punto de vomitar el coche se detiene finalmente.

 

Ella me ayuda a salir y luego pone unas esposas en los tobillos, me siento como una rata y me empiezo a preocuparme.

 

Martine me retira la capucha que oculta mi visión, miro alrededor y veo que estamos aún en patio de una antigua casa restaurada, bellamente arbolada y rodead por un muro bastante alto, todo data del siglo 19, una maravilla, cuando camino para entrar en la casa, de repente entiendo el dolor que pasan los condenados, los tobillos me duelen por culpa de las esposas y el pequeño recorrido de las cadenas me requieren que de pequeños pasos.

 

La casa esta amueblada con gusto y con muebles de calidad provenzales, me permite entender que me introduzco en una casa de clase alta, Martine me deja un momento y regresa con unas grandes tijeras de costura, ríe mientras me rompe la ropa, un escalofrió me recorre mi espina dorsal, mis brazos están con la piel de gallina cuando ella empieza a cortarme mi camisa.

 

"Creo que puedo ayudarte a desnudarme de una manera menos destructiva"

 

Aun no he acabado de terminar mi frase cuando una palmada va directa a mi casa, me quedo rojo de vergüenza y me mejilla debe estar como un crisol por el golpe magistral que me ha dado.

 

"No estás aquí para opinar, sino para servir!, no te preocupes, te voy a dar algo para que te puedas comprar en el rastro cuando salgas de aquí"

 

Empiezo a entender me está tratando de ponerme a ralla, pero me parece que sus comentarios son un poco extravagantes, mis pantalones y mi ropa interior se eliminan con las misma atención y los zapatos de forma más natural, comienzo a entrar en pánico cuando de un cajón saca un collar de educación de perro con púas y una correa cromada, me estremezco cuando lo cierra alrededor de mi cuello, con las puntas de acero que arañan mi piel, es un poco demasiado para mí.

 

" De rodillas como un pero!"

 

Lo hice con dificultad debido a que arrodillarme con las manos esposadas en la espalda y las cadenas en los tobillos, no era fácil, pero el tirón de la correa del cuello y me llevo a hacerlo rápidamente, ya que como no voy los suficientemente rápido para su gusto, ella lo tensa, el cuello me está estrangulando al hundirse en él, me gemido le hace reír.

 

"Ya, bueno querida, esto promete!"

 

Tirando de mi llegamos para decirlo de alguna manera a una enorme sala de estar con muebles rústicos, Martine paso sus manos por debajo de su vestido y se quito las bragas y después volvió a su falda, dejando a la exposición de mis ojos una hermoso trasero, se sienta en silencio frente de mi en una de las sillas, poniendo las piernas en los apoyabrazos, la vista de sus muslos y los labios de su clítoris con su pelo púbico bien retocado, me pone inmediatamente en un estado de excitación.

 

"No es un sueño idiota! ven aquí con tu lengua!"

 

Muerto de vergüenza, me acerco a ella, de rodillas y con la lengua fuera, no me había imaginado la dominación femenina así, esto no me divierte en absoluto, porque nunca me he sentido tan humillado, Martine me agarra por la oreja y me tira como si fuera un niño travieso, hacia su entrepierna.

 

"Chipa bien el interior de los muslos antes de lamer mi húmedo coño!"

 

Ahí empecé, deje de buen grado el aleteo de mis labios sobre su suave y cálida piel, un sabor salado deleita mis papilas gustativas, que pronto se desilusionan cuando me acerco a su fragante privacidad, un ligero sudor y olor a orina emana, mientras que lamo la otra pierna, cuestiono fuertemente mi capacidad para mantener su privacidad en lugar fragante.

 

Sus manos agarran mi pelo y de repente me atraen sobre sus pegajosos labios, al estar sobre mis rodillas inclinándome hacia delante, me dejo caer al borde de la silla y la cara se me coloca delante de su vagina, lamo sus babosos labios y descubro un nuevos sabor, dulce y ligeramente amargo a la vez, la emoción se hace cargo, ya estoy acostumbrado a esa mujer hermosa y rica, la nariz se introduce y empiezo a dejarme llevar, mi lengua le gusta hacer cosquillas a sus labios con movimientos cortos para molestar, a continuación, mas generosamente para apaciguarla, me pierdo en su zona secreta.

 

Una voz femenina me hace saltar, Martince cierra inmediatamente sus piernas evitando que me levante.

 

"¿La señora necesita algo?"

 

"Si, por favor, un té helado"

 

Estoy pálido y perdido en mis pensamientos en cierta manera, esta prueba para mi mata mi orgullo, y no sé si tendré el valor suficiente para seguir adelante con mi fantasía, Martine se sacude un poco debajo de la lengua y guía a mi cabeza hacia abajo hacia el pliegue de sus nalgas.

 

Así rechazo mi vergüenza y mis pensamientos, para disfrutar de su pequeña roseta adorable que se contrae de acuerdo con mi lengua impetuosa, Mi nariz enterrada en los labios húmedos sobre mi fielmente en pequeñas contracciones preliminares de lo que será pronto una tormenta.

 

Martine contrariamente succiona y orienta mi cara a la parte superior de los labios y cierra las piernas en mi espalda, el sonido de los platos me hizo volver a saltar, la criada o bien, lo que era, traía el solicitado té.

Estoy abrumado por un sentimiento de vergüenza, vergüenza a ser expuesto por lo tanto, la joyería intima y las nalgas denudas que me ofrecen, la cabeza atrapada entre los muslos de una mujer que toma un té mientras hago el amor con ella, de repente siento como me acarician mis nalgas y mi sexo por la extraña situación ha perdido el brillo y cuelga miserablemente entre mis piernas.

 

"Bonita bestia señora, tiene usted un buen gusto"

 

"Si, es el que he elegido para chapotear mañana por la noche entre nuestros invitados"

 

Me horrorizo por las palabras que acabo de oír, palabras como invitados y chapotear, que resuenan conmigo en mi cabeza como un tambor, me quedo sin respiración por un momento, noto unas manos en mi miembro como si me estuvieran ordeñando y mis gemidos desgarrados se apagan entre los muslos de aquella señora, mi lengua se dobla en el clítoris que se le ofrece, lo chupo, le hago cosquillas, le molesto.

 

Con todo esto que le estoy haciendo a Martine ella empieza a atravesar cada vez mas unos intensos espasmos y disfruta gritando con una voz ronca, inmediatamente me aparta de su clítoris y me sumerge en su intimidad para recoger la miel del placer que ha disfrutado con exquisito gusto, todavía no he visto la cara de la por decir de alguna manera la sirvienta, ella interrumpe su contacto, para privarme de mi placer, Martince me da una palmadita en la cabeza, inmediatamente se detiene y no se atreve a moverse.

 

"Velas por favor"

 

"Si, señora"

 

Espero un momento mientras que bloquean las esposas de mis muñecas a mi collar a través de una cadena, ella tira de mis brazos para reducir la distancia con mi cuello, el dolor me hace gemir y Martine añade.

 

"ups, también tendremos que taparle la boca, no va a molestar su voz masculina"

 

"Si, mi señora"

 

Martine me levantó el pelo, y finalmente puedo ver a la criada, es rubia de unos treinta años, va vestida como una dama del siglo pasado, justo antes que me amordace, tengo el tiempo para expresar mis pensamientos, mientras que la criada cierra la mordaza por detrás de mi cabeza, Martine le pide que tenga cuidado.

 

"¿Señora, puedo eliminar las esposas de los tobillos para ir mas rápido?"

 

"Si, Camile, puede que no sea un villano, pero por si el caso coge el látigo"

 

"Si, señora"

 

Martine se pone las bragas y me deja con la criada para ir a buscar la llave y luego soltarme las piernas, levantarme es difícil, me agarra inmediatamente por la izquierda y me ayuda a dirigirme hacia la entrada, lo hago de inmediato para evitar las puntas del acero del collar que están cerca de mi cuello, abre un armario y coge uno de los látigos que están colgados, como si fueran rifles, el contenido del armario, me hace que se me hiela la sangre, también hay varios bastones y otros accesorios de metal que no reconozco el propósito.

 

En lugar de llevarme a una habitación, Camile me tira hacia afuera en el jardín, cuando nos acercamos a un árbol, me dice que debo orinar al lado, horriblemente avergonzado, separo las piernas y lo hago con cuidado de no salpicar.

 

"No, así no, un perro levanta la pata!"

 

Me siento débil, mis piernas tiemblan por la emoción, estoy petrificado por lo que acabo de escuchar y no entiendo muy bien que está pasando.

 

"Pon un pie contra el árbol, y hazlo ya!"

 

Al ver mi falta de reacción, el látigo cae sobre mi trasero, "OOOUUU" grito con horror, coño como duele un látigo! Trato de pasar mis manos por el trasero pero ella lo levanta de nuevo, la imagen que debo estar ofreciendo seguramente es degradante, allí de pie, desnudo, atado y amordazado, inclinando hacia adelante al extremo de una tensa correa, y al lado una dama que esta sujetando un látigo.

 

"Eres patético, cualquiera sabe orinar menos tu, si no haces lo que te he pedido, voy azotarte hasta que me supliques que te deje mear"

 

Impotente y derrotado, me acerque al árbol levante un pie, en precario equilibro y la furia que tenia, no podía mear, con la punta del látigo ella azoto mi polla que colgaba entre mis piernas, era como vivir en una pesadilla, pero eso termina cuando orino, doy un paso hacia atrás para evitar que sea salpicado mi pierna, nunca me he sentido tan mal.

 

Mi vejiga se siente aliviada, Camille tira de mi correa, le sigo, si alguien nos ve vera una extraña pareja, se detiene en una manguera amarilla en espiral sobre un soporte redondo y conectada a un grifo, entiendo sus intenciones cuando lo abre y entra agua en el extremo de la tubería, salto cuando el agua fría fluye por mi piel, pero solo tiene que dirigirla, me está lavando en el patio, como se suele hacer con un animal.

 

Mi ducha, tanto física como moral acaba, Camille abre la puerta del cobertizo y me lleva dentro, tengo unos devastadores sentimientos de miedo y horror que me atraviesas cuando enciende la luz, el sitio es un calabozo de una Dominatrix, se parece a una sala de torturas de la inquisición, cadenas colgando de vigas, una silla con un orinal de metal con correas para fijar los miembros a ella, una mesa de hierro con un rodillo y unos anillos, una picota, jaulas, etc.. mi madre ¿pero dónde me estoy metiendo?.

 

Desanimado por la visión del lugar y mis aventuras dolorosas, que se pliega sin resistencia, a petición de Camille me sube a una pequeña jaula con barras grandes de hierro, con un crujido se cierra la puerta y una cerradura hace un clic, aprieto la garganta y mis ojos se humedecen, la jaula está conectada a un torno eléctrico que hace que se eleve en el aire.

 

"Pon las piernas entre las barras y siéntate!"

 

Me contorsiono con dificultad en ese pequeño espacio y frio, para poder poner las piernas sueltas, ella me las ata con unas esposa, luego se va a buscar algo, cuando regresa veo que es un palangana y la pone debajo de la jaula, justo debajo de mi trasero.

 

"Ya sabes para lo que es, me gusta tomar precauciones, no quiero recoger después los excrementos de los hombres que se cagan de miedo"

 

Me echo a llorar, mi respiración se vuelve ruidosa, Camille se da cuenta y me dice.

 

"Todos sois iguales!, unos tarados con fantasías y cuando se dan cuenta de que esto va de verdad lloran como niños, no te preocupes, no es muy mala, ella te va a educar, eso es todo, ya sabes tú eres guapo, al final de la semana, cuando llegue su compañero, quizás te dejen quedarte en la casa!"

 

Continuara….

 

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