Sinopsis; Es de cómo Opium entro en banco W como comercial y sus hazañas por el camino, comienza lentamente pero con el tiempo va tomando intensidad.
Esta
historia está en nueve partes y esta es una de ellas. Tanto el personaje de
Opium como los personajes de la historia son ficticios.
PRIMERA
PARTE
"¿Café?"
pregunto Charles
Opium
asintió con la cabeza, se levanto de detrás de su escritorio e hizo un gesto
hacia la mesa del centro de cristal que elegantemente la rodeaba por cuatro cómodos
sillones en la esquina retiro uno de ellos, ella sonrió mirándolo,
efectivamente, una vez sentada, se sentó en frente de ella para poder tener una
mejor vista de sus piernas.
"Los
hombres son tan fáciles de leer sus pensamientos y manipularlos", pensó
Sirvió
a los dos, a Opium le gustaba el café fuerte y negro.
"Los
papeles deberían estar listo para firmar en unos minutos", le sonrió y
ajusto ligeramente su posición para tener una mejor vista de sus piernas.
Opium
había conocido a Charles hacia cuatro o cinco años, desde que había tomado el
control como administrador de la filial australiana del banco, sabía que le
gustaban las mujeres, especialmente las que vestían elegantemente y mostraban
un poco de muslo, ella había venido a la reunión preparada, llevaba un traje
falda chaqueta de color rojo oscuro, la falda era un poco corta para la reunión,
un par de pulgadas por encima de la rodilla, lo que relevaba un buena extensión
del muslo, se le veían las medias negras, la blusa era blanca y uno de los
botones superiores no lo había abrochado dejando entrever algunos de sus buenos atributos, su atuendo terminaba con
unos zapatos negros con un tacón de aguja de tres pulgadas.
Charles
casi babeaba mientras hablaban, ella sonreía internamente sabiendo que todo
estaba haciendo efecto como ella pretendía, acaba de llegar a un fabuloso
acuerdo con un préstamo importante sobre el total que había solicitado con
condiciones mejores de lo que ella podía haber pensado.
Charles
siguió hablando, algo sobre su club de golf, por el amor de dios, como si ella
estuviera lo mas mínimo interesada, cogió un cigarrillo del bolso y a pesar de
un letreo que había el cual decía que no podía fumar en la pared, lo encendió
con un mechero de oro, Charles frunció el ceño durante una fracción de segundo
y luego camino hacia su escritorio y saco un cenicero del cajón, Opium le
recompenso con una sonrisa y luego cruzo las piernas, Charles comenzó a hablar
una vez más, ella se sintió aliviada cuando el secretario volvió con los
papeles.
Cinco
minutos después todo estaba hecho, el prestamos estaba sujeto a la aprobación
de la oficina, que estaba en Londres, pero Charles le aseguro que sería
aprobado sin lugar a dudas y que la carta formal se enviaría a su dirección de Londres en una
semana, los fondos los tendría disponibles una semana más tarde.
"¿A
qué hora tiene el vuelo?" le pregunto Charles, ella le contesto que las
tres y que tenía tiempo de sobra, él le llamo un taxi, cuando hubo entrado en
el taxi le miro otra vez las piernas con mirada lasciva mientras le decía al
conductor del taxi que la llevara al aeropuerto.
Una
hora más tarde, Opium estaba sentada en un sala espera del aeropuerto, estaba
furiosa, ella invariablemente viajaba siempre en primera clase pero no había
plazas para ese vuelo, no le gustaba tirar el dinero para un reservado a la
clase empresarial, había descubierto que el 75 % del tiempo podía encontrar algún
hombre que ella con encanto, le cedería el asiento gratuitamente, incluso ofreciéndose
a pagarle ellos normalmente no querían, pero por el momento no había encontrado
nada y el avión ya estaba completo.
Había
traído algo de ropa con ella, no quería sentarse en el avión durante 12 horas
que duraba el trayecto con su traje, ella estaba mas cómoda vistiendo unos
pantalones vaqueros, una camiseta y una deportivas, pero antes de cambiarse,
decido que quería tomarse un cigarrillo, odiaba a los fascistas que dictaban
las políticas de fumadores, ella no era una fumadora intensa, solo una fumadora
social realmente, pero a veces sentía las necesidad de relajarse fumándose uno,
cogió sus maletas y salió del salón para encontrar la zona de fumadores, en el camino
paso por el salón de primera clase y por curiosidad metió la cabeza en la
puerta para ver cómo estaba de llena, además del un joven que custodiaba la
entrada solo había una persona allí.
Estaba
sentado, leyendo un periódico, bebiendo sentado en una mesa, lo estudio durante
unos segundos, inmaculadamente vestido con un traje, una camisa azul y una
corbata amarilla, de unos cuarenta y tantos, pensó, probablemente bastante
alto, era difícil decirlo mientras estaba allí sentado, tenía la cabeza llena
de un precioso cabello negro, uno cuantos pelos con canas y muy bien parecido,
las gafas le daban una mirada distinguida, Opium pensó que lo había visto antes
y recientemente, pero no podía ubicarlo, en ese momento la miro directamente,
sus ojos de bloquearon por una fracción de segundo, incluso detrás de las gafas
tenía un color azul penetrante de los ojos, se volvió y continuo hasta la zona
de la área de los fumadores.
Encontró
un asiento, se acomodo y encendió su cigarrillo, pensó sobre el acuerdo que había
firmado con el banco, Opiun era australiana, por el momento vivía en el Reino
unido, pero sus principales intereses estaban en Australia, particularmente su
propiedad, se le había dado la oportunidad de comprar un antiguo almacén en una
posición privilegiada en Sídney, necesitaba alrededor de 3 millones para renovarlo
y convertirlo en 12 pisos que sabía que los podía vender fácilmente por 1.2
cada uno, el proyecto llevaría nueve meses y le daría una ganancia bruta de 6
millones, el banco había acordado prestarle el dinero inmediatamente, ella
podida liquidar en cualquier momento con solo un 1,5% de interés, después de
pagar todos los gastos al banco le quedarían unos 4,5 millones netos incluyendo
los gastos legales.
Por
medio de ese sexto sentido que muchos poseen, poco a poco se dio cuenta de que alguien le estaba observando, miro a su
alrededor, casualmente, con los ojos en el salón, el hombre que estaba en
primera clase estaba sentado en frente a ella, unos diez asientos más abajo, no
dio ninguna señal de lo que lo hubiera visto, pero intrigada como se había ido
de un lugar tranquilo para ir allí, se acordó que durante sus deliberaciones,
ella se había cruzado piernas y estaba balanceando una pierna ligeramente, su
zapato se había deslizado hasta el final de su pie y estaba colgando
peligrosamente cerca del suelo.
Saco
una revista de su bolsa, encendió otro cigarrillo y fingió leer mientras lo
observaba desde el rabillo del ojo, por supuesto, sus ojos estaba pegados a su
pie que balanceaba, ella sonrió por sí misma, a veces lo hacia deliberadamente
para atraer lo que ella llamaba "lacayos" y ahora parecía que podía
haber atraído uno completamente por accidente, miraba como comenzaba a
retorcerse en su asiento y poner su manos en su bolsillo, obviamente tratando
de ponerse en una posición mas cómoda para que no se notara su erección, en ese
momento levanto la vista y lo miro directamente, sus ojos se levantaron de su
pie para encontrarse con los suyos y empezó a enrojecerse, de repente empezó a
levantarse.
Opium
no estaba segura de adonde podía ir pero podría ser divertido y ella no estaba
a pensando de dejarlo escapar, pensó rápidamente, dejo caer su zapato, el
golpeteo en el suelo de las baldosas sonó con un leve ruido sordo,
inmediatamente sus ojos se volvieron hacia su pie y volvió a sentarse, ella no
lo quería perder y lo miraba directamente, dijo en voz baja, "Señor podría
recuperar mi zapato y volver a ponérmelo"
Durante
unos segundos no reacciono, pero luego, en lugar de levantarse y revelar su
embarazoso estado, se deslizo a través de los bancos hasta que estuvo
directamente enfrente de ella, se inclino hacia delante y cogió su zapato, manejándolo
ligeramente, casi acariciándolo se acerco a su pie.
"No!
Todavía, no" le dijo, "Primero quiero que lo beses" estaba
segura que lo haría, pero se sintió satisfecha cuando cogió el zapato y lo beso
con una reverencia.
"Ahora
puedes volver a ponérmelo, quiero que te arrodilles, me beses el pie y me
pongas el zapato" esto era una verdadera prueba, para ver si había
encontrado lo que ella llamaba lacayo, en su opinión era un 99% de probabilidad.
Ella no estaba equivocada, él se arrodillo ante ella, se inclino, le beso el
pie que estaba colgando, le levanto el pie suavemente mientras le ponía el
zapato.
Empezó
a levantarse, "Quédate ahí!" le ordeno, continuo de rodillas, sus
ojos mirando a sus pies, ella lo mantuvo allí alrededor de un minuto hasta que
vio que las personas de alrededor estaban empezando a tomar nota de que estaba pasando algo, ella no quería
llamar mucho la atención así que le dijo que se levantara y se sentara enfrente
a ella.
"¿Qué
voy hacer contigo?", le pregunto.
Se
ruborizó, "¿A dónde viajas?" le pregunto, cuando él le dijo donde
ella respondió, "Yo también voy a Londres, seria para mí un placer y un
privilegio para usted si me uniera a tu lado en primera clase"
Diez
minutos más tarde estaban sentados juntos en primera clase, Opium estaba
bebiendo una copa de un excelente champaña mientras hablaban.
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