sábado, 14 de mayo de 2022

El refugio para chicas.

 

La Sra. Juanita enseñaba ingles, español y composición, las alumnas pasaban las primeras cuatro horas allí con ella y fue en ese salón de donde daba clases cuando aprendí a soportar y sobrevivir a mis primeros 3 años de entrenamiento.

 

Dejarme contaros un poco sobre mí, no recuerdo mi nombre de nacimiento, pero mi nombre asignado es mediodía, y las chicas me conocen como Sissy Nooner, realmente no es nada nuevo porque todos los hombres que han sido entrenados aquí son Sissys, se dice que son objetos débiles, casi inútiles y definitivamente inservibles, y que llamarlos sissys significa simplemente que fueron entrenados lo suficiente como para conocer estos hechos, y no puedo estar más de acuerdo.

 

Me trajeron aquí mi hermanastra y mi madrastra hace unos tres años cuando mi padre las obliga a refugiarse aquí, la capacitación que recibía completamente lo que se les estaba mostrando, poco a poco se dieron cuenta de cuánto poder tenían realmente en un mundo dominado mayoritariamente por hombres, un mundo que nunca los aceptaría por lo que realmente eran y estaban a punto de convertirse y ha hecho su mayor daño para impedir su florecimiento, !Pero no más! Con los refugios ayudados, podrán salir de sus cadenas y vivir libremente, con orgullo y eventualmente levantaron un velo negro hecho por el hombre de sus ojos y vieron que sus géneros eran apenas iguales, pero superiores en muchos aspectos al género masculino.

 

Fue un gran paso, un riesgo, ambas mujeres se comprometieron con un programa que venía del extranjero, tendrían que renunciar a sus puntos de vista actuales, creer, en todo lo que el refugio, saber que los mantenía como rehenes del ciclo del abuso generado y sin propósito masculino, repensar su lugar en la sociedad seria difícil, porque mi madrasta tenía 33 años y su hija tenía 18, pero vieron los beneficios y me comprometieron a volver a capacitarme, era muy imperativo que me entrenaran justo antes de que fuese demasiado tarde, si ellas no me enseñaban ahora, yo estaba dentro para continuar el ciclo del mismo abuso sin fin y sin propósito, nunca tendría una buena razón para continuarlo, reprogramarme tomaría tiempo, esfuerzo y resistencia por mi parte, !Pero el resultado vinal valdría la pena!.

 

"!Y lo hicieron! ¿Qué demonios estaba pensando mi madrastra cuando me confió al cuidado del refugio? dos señoras me condujeron al aula y una vez allí me arrodillaron frente a una señora la cual le llamaba señora Juanita, el aula era bastante grande, bien iluminada y tenía una tabla arriba en una pared y una pizarra en la otra, estaba demasiado ocupado mirando a al Sra. Juanita, pensando que estaba bien, esto era raro, pero lo acepte, para notar el resto de los muebles de la aula, mientras le pasaban unos papeles que firmaron mi madrasta y mi hermanastra, unos documentos que nunca me permitieron leer, rápidamente se deleito en tener dos nuevos alumnos en su clase, recuerdo su expresión facial, una suave resplandor que rara vez había visto antes en una mujer de mediana edad, cuando se detuvo y me miro a los ojos, "Coloca a este en a la silla de montar numero 5, en la programación cero por ahora, yo ya hare los ajustes necesarios más tarde", La Sra. Juanita, dijo hablando con su fuerte acento puertorriqueño, comenzó a leer cuidadosamente los papeles mientras una de las señoras me pateaba y señalaba una aula.

 

Me arrastre hasta los escritorios, que estaban puesto cuidadosamente alineados en filas de 4 y 5 columnas, !Pero espera! ¿Qué es esto?.

 

Una de las señoras abrió la tapa, el interior era forrado de cuero y acolchado, !No me lo podía creer! Una silla de montar negra que serbia como asiento y el asiento había algo en forma de corazón forrada con relleno, con una gruesa espuma metida en el interior, mire a mi alrededor, y vi los mismos asientos en cada escritorio, todas las monturas tenía unos estribos colgados, !Que clase de aula era esta!.

 

Mire a la otra señora que me cogió en brazos y mientras me dice que me levantar un poco me puse nervioso y comencé a luchar, mire y vi a la señora Juanita sentada en un lado de su escritorio mirando como ellas me manejaban, con una sonrisa en su rostro, de pronto me invadió el miedo.

 

"!Esperad un minuto! He cambiando de opinión… !ya no me justa este juego, déjame irme!"

 

La Sra. Juanita se rio, como podía despreciar mi idea de que esto fuera aun juego, trate de liberarme para alejarme, pero mis movimientos fueron retenidos por fuertes brazos y unos pocos apretones de presión bien posicionados que me inmovilizaron de dolor, cuando se hizo obvio que me dirigía al interior de esa caja, grite desesperado, "!Déjame!, !Llamare a la policía si no me dejan!", de golpe lo único de recuerdo es ver un puño acercándose a mi cara, y luego…nada.

 

Mi primer instinto fue alcanzar mi ojo, pero no podía moverme ni un musculo, podía sentir que estaba en ese confinamiento desnudo, con mi cara presionando hacia arriba a esa espera espuma, sellando mi cada con esa forma de corazón en el asiento de la silla de montar, trate de mover la mandíbula, pero apenas pude hacer ni eso, tenía las piernas separadas, y podía moverlas ligeramente, pero cuando trate de apretarlas para encontrar una salida, un fuerte dolor agudo sacudió mi entrepierna. "!Owwww!, !Maldita sea que dolor!" es lo poco que pude decir en mi limitado movimiento de la mandíbula.

 

"Trata de relajarte aquí montado" oí que decía alguien del otro lado, "Cuando más te resistas a esas mujeres, mas malas se vuelven, créeme, no importa lo que digas o que hagas"

 

Mire de dirigir mis ojos hacia el lugar donde venia la voz, "¿Dónde estoy?, ¿Qué está pasando?, quiero decir, ¿Es una especie de broma o táctica de dar miedo?"

 

Él se rio un poco, "De ningún modo, estas mujeres son de verdad, por lo que he aprendido, y llevo aquí casi 6 meses, esta escuela es la respuesta tus problemas"

 

"¿Qué problemas?, ¿De qué estás hablando?"

Justo en ese momento, entro la Sra. Juanita, podías oírla por el pesado golpeteo de los tacones sobre el suelo de las baldosas mientras se dirigía a la silla del otro chico.

 

"¿Pensaba que ya habías aprendido a que se debe hablar sin permiso?", se hizo un breve silencio durante unos segundos, "!Puedes responderme!"

 

"Si, Sra. Juanita, ha sido un error hablar cuando no me lo autorizan"

 

"!Parece ser que esto últimamente lo haces mucho!, Te he castigado por este mismo incidente ya 3 veces, !Creo que debemos aclararte un poco, para que sepas que debes preguntar primero!"

 

Ella vino y me miro a los ojos, sin sonreír, solo para observarme, y tratando de ver si era lo bastante inteligente para mantener la boca cerrada, yo estaba demasiado asustado para como intentar probarla.

 

"Voy a colocarte en el baño del sótano 2 días, !Tal vez, cuando vuelvas aquí, conocerás verdaderamente tu lugar!"

 

Él comenzó a sollozar, eso significaba que no era nada bueno, podía escuchar su voz como le suplicaba, pero era lo suficientemente disciplinado para no hacerlo, empecé a usar mi razonamiento, ¿Cómo diablos se supone que debes pedir sin hablar?, pero rápidamente mi deseo de preguntar disminuyo.

 

"Esta vez voy a ser benévola contigo, pruébame otra vez y !Te pondré en el baño de tu mistress! Sabes que les sucedes a los sissys traviesos en ese baño, así que no me presiones!", oía los zapatos caminar alrededor de su silla de montar.

 

Con eso, ella se me acerco, me miro a los ojos y dijo suavemente, "!Hoy es el primer día en esta escuela!" me saludo y se alejo.

 

Pase algún tiempo en la aula antes de que comenzara a llenarse de conversaciones, risas y chicas ruidosas, !Y luego se me unieron a mi pensamientos sobre el propósito de ese sillín… mi cara era literalmente en el asiento de una silla, y soportaría cualquier chica que se sentara en mi cara durante todo el tiempo en esa clase, luego me vino a la mente los pensamientos de cómo ola una chica allí abajo, cuando recordé a mi primera novia, Wendy, y la vez que me aventure a darle sexo oral, mi polla comenzó a crecer, excepto por el agudo dolor de ella cuando esta cobro vida, pensé que en realidad estaba en el cielo, trate de sonreír, pero mi mandíbula solo dio un pequeño impulso, pensé en una cadena rápida de cómo vendrían esos eventos, ¿Qué necesidad había de poner en ese espacio realmente tan limitado?, !Fácilmente complacería a las chicas! de hecho pensé, que me encantaría volver a disfrutarlo otra vez, así que me relaje.

 

Cuando Cindy apareció sobre mi cara y miro hacia abajo, estaba seguro de que ella simplemente me estaba saludando, le murmure, "Hola, Cindy" a ella y luego apareció la Sra. Juanita. "!Seria mejor que pidieras permiso para hablar! Esta vez no te hare nada porque eres nuevo, pero una ofensa mas y me veré obligado a castigarte!" dijo con su fuerte acento puertorriqueño.

 

Cindi parecía llena de vida, lo que sea que le estaban haciendo o diciéndolo estaba funcionando, en el pasado, en las otras escuelas, temía tanto el viaje que a menudo intentaba buscar excusas para quedarse, mi padre, !Que idiota! Apenas podía defenderla, ya que si decía algo podía terminar en el hospital, pero allí estaba, brillando.

 

Cindi, mi hermanastras luce una cola de caballo totalmente rubia, es una chica muy guapa, su deporte favorita es la gimnasia y se notaba por su físico, su pequeña cintura se abrió haciendo que sus caderas fuesen más anchas e inferiores y  sus muslos perfectamente esculpidos y su espalda, siempre pensé que me ponía caliente, pero mis pensamientos corrían al final hacia otras chicas, sobre todo hacia sus amigas, ella se sentó a horcajadas sobre la silla de montar.

 

Yo estaba como, "Espera Cindi…¿Qué estás haciendo?", !De ninguna manera! !Que demonios…. porque me habían asignado a Cindi, ¿Ellas no sabían que no quería que nuestra relación se volviera sexual?.

 

Cindi se sentó, cuidadosamente al principio, mientras escuchaba el alentador rugido la las otras chicas dándoles la bienvenida a su redil, detrás mi cabeza se presiono instantáneamente hacia el grueso interior acolchado y comencé a intentar luchar, a mover la cabeza, pero no serbia para nada, ella usaba unas bragas de color lavanda y unas medias gruesas de nylon blancas, su falda era la típica de uniforme de una escuela, se extendía alrededor de la silla de montar, luego sentí en la parte trasera de mi cabeza, un fuerte cliqueo y una plataforma cedió un poco, lo suficiente para que recostara y sacara mi cada de su trasero, ahora podía respirar hasta que la Sra. Juanita volverá a justar esa plataforma.

 

"!Son cuatro largas horas sin que ellos no puedan respirar!", dijo la Sra. Juanita y las chicas se rieron.

 

Podía escuchas lo que estaba pasando a mi alrededor, aunque obviamente no podía ver, oía todo tipo de chicas burlándose verbalmente de su hermano, no vio o quien fuese que estaba bajo esa montura, algunas de las chicas amenazaba a sus sillas con que le mojarían su cara con orina si escuchan algún sonido de ello, una chica incluso amenazo con matarlo si no tenia modales, podía entender que era fácil de hacer en esa posición.

 

El aroma de Cindi era abrumador, su trasero tenía un olor fuerte de mezcla entre pis y sexo, yo deseaba que al menos se hubiera bañado, pero por la forma en que se sentó y me obligo a inhalar su trasero, se sentía húmedo, podía respirar, y cuando lo hacía, respiraba el aire que pasaba por su culo quedando perfumado, estaba indefenso, debajo de ella, obligado a oler su trasero por el rato que ella estaba sentado, Cindi se levanto unas cuantas veces para ir al baño, esas era los únicos descanso que obtuve de ella durante las cuatro o cinco horas, cada vez que volvía, su entrepierna olía aun más mal que la ultima.

 

Al final termino y las chicas empezaron a despedirse, Cindi ni siquiera me miro, se despidió con un hasta luego, se levanto de un salto, agarro sus libros y se fue hacia la puerta, me sentí usado y herido.

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