"Pero Janet..." le suplique, "Por favor no quiero tomar más hormonas!, Me hacen daño!"
Sonó mi voz amortiguada desde el interior de mi capucha, con mi lengua que oprimía con fuerza el embudo donde mi esposa solía escupir y poner el Premarin y la Provera en la boca junto con una buena dosis de su saliva, lo que hace que pasen inmediatamente por mi garganta. Ella se rio y lo hizo de nuevo, como lo hacia todas las mañanas, a pesar de mis suplicas.
"¿Que ha sido eso?, ¿has dicho algo, Brianna?, no te puedo oír
"Daño!", Gemí, "Mis pechos me hacen daño, y son tan grandes"
"Oh, Brianna, tengo que estar en desacuerdo en eso", dijo mi esposa, "Que te duela, puede, pero están muy lejos a ser grandes aun. Sin embargo, pronto vamos a arreglar eso." Ella cogió el teléfono y empezó a marcar un numero.
"¿A quién llamas?"
"¿Con quién, Querida?", Me corrigió, "¿Hola?, ¿Es la clínica de género?, ok. Hablo con el Dr. Rhoda, es por lo del otro día que le comente sobre mi marido. Si... Él está listo para los implantes. Muy bien, lo traigo esta tarde. ¿A las dos en punto?, ok." En cuanto a mí, Janet sonrió y tímidamente dijo, "No tienes nada planeado para hoy, ¿Verdad, Querida?"
Trate de protestar, pero lo único que salió de mi fueron exclamación ahogadas. "Déjeme que piense..." Ronroneo, "Si, a las dos estará bien. Mi marido está a la espera de la operación. Si, por supuesto que va a firmar el formulario de consentimiento. No vemos entonces, adiós".
Después que colgara, le dije que de ninguna manera firmaría esos papeles para los implantes. Esta vez ella me escucho. Busco algo dentro de un cajón, saco un dispositivo de castidad, diciendo, "Tengo algo aquí que creo que va hacer que cambies de opinión", yo estaba atado en la cama, y solo pude ver con impotencia como me encarcelaba mi pene pasando a ser propiedad de ella para su antojo, el dispositivo tenía unos dientes que se cerraban alrededor de mi escroto. "No," dijo ella, "Ahora este pequeño juguete te apretara en una docena de lugares" Antes de libérame de mis ataduras y quitarme la capucha, coloco la llave del cinturón de castidad en su boca sosteniéndola con la lengua apretando con sus labios.
"No me importa tragarme esta llave, Brianna", me dijo sonriendo, "Y si lo hago, luego nunca podrás quitarte eso. Así que un movimiento en falso o una palabra de protesta y podrás decir a tu pequeña cosita adiós, para siempre. Ahora vamos a vestirte para ir a la clínica. Estaremos allí en media hora. Cuando lleguemos allí, responderás a todas las preguntas de la enfermera con franqueza. Que quieres unos pechos grandes, ¿verdad, Querida?, Hummm", se paso la lengua por el interior de la boca.
"Si... si... por supuesto, querida", le dije resignado.
"Es lo que yo pensaba, y vas a firmar el formulario de consentimiento, ¿no?"
"Si, por supuesto que lo firmare, solo ten cuidado de no tragarte la llave!"
"Huy, casi me la haces tragar!, no sé cómo voy a llegar a la clínica, sin que accidentalmente me la trague junto con la saliva. Pero vas a estar muy cooperativa, ¿no?, querida, voy a intentar de hacer mi mejor esfuerzo"
Janet me vistió para la vista del médico. Ella me puso una apretada faja de satén negra con seis correas porta ligas, a lo que adjunto una medias de nylon con costura que hacían que mis piernas fuesen mas estilizadas. Todas esas prendas hicieron que mi pene se hinchara y contactaran con los dientes de mi cinturón de castidad, encontrar de mi voluntad haciendo una mezcla de dolor y placer. Ella me roció con su perfume personal, entonces me quito las bragas de encaje que ella había llevado ayer y toda la noche, me las froto por la nariz y luego se detuvo sobre las correas de las ligas y mi pene encarcelado.
"Date la vuelta, querido", me ordeno dulcemente, y me puso un sujetador de talla b, "Con esto creo que bastara, " ronroneo, "esto será la última vez que encajara en esta cosa tan pequeña. Tengo unos nuevos sujetadores ya escogidos pensando en todo momento en ti en la tienda de Victoria Secret, los compre ayer, necesitaras todo el apoyo que te puedan dar y si veo que lo necesitas tengo un en el bolso para volver a casa, no, no mires a escondidas." Ella se rio. Yo estaba ansioso por ver lo grandes que eran, para hacerme una idea de cómo ella había pensado ponerme de grande las tetas.
Para terminar mi conjunto superior, me puso una blusa con las mangas de volantes y una chaqueta torera, unos leguins negros y unas sandalias de tacón, que exponía mis pies y mis tobillos envueltos en las medias. Un sobrero descaradamente grotesco para la cabeza y termino alisándome las cejas con su dedo humedecido en saliva, un poco de pintalabios de color rosa, un toque de colorete para las mejillas y un poco de sombra de ojos, le gustaba subestimar el aspecto femenino de la cara, para que la gente supongo que viera que era un hombre, y unos pendientes mas colgantes, con unas pequeñas perlas.
Y nos fuimos a la clínica, ansiosa de evitar cualquier accidente por mi parte, ella hizo todo el trabajo de la conducción, hasta las puertas de la clínica, incluso hizo traer una silla con ruedas. Cuando la enfermera se presento con el formulario de consentimiento, lo firme inmediatamente, Janet golpeaba el suelo con el pie con impaciencia, sin atreverme a coger un poco de tiempo para leerlo.
Cuando me senté junto a ella otra vez, ella saco un delicado pañuelo de su bolso y se sonó la nariz, fingiendo que se tragaba accidentalmente la llave del dispositivo de castidad. Luego, sin doblándolo ella sostuvo el pañuelo sobre mi nariz y lo froto por mis labios, humedeciéndolos de mocos, y dijo, "Suénate, querido", logre soltar un poco de aire, sobre la cual ella sonrió con satisfacción y limpio el pañuelo a través de mis fosas nasales y los labios, y lo guardo en su bolso, "Oh!", dejo de repente, "¿Que es esto?, quédate quiero, querido." Sacando el pañuelo de nuevo escupió en él y luego me lo froto por mi cara, primero en una mejilla, luego en la otra, mientras las otras mujeres de la sala de espera se rieron de mi, haciendo que me sonrojara de vergüenza. Luego una enfermera se asomo fuera de la consulta del médico y me llamo por mi nombre.
Dr. Rhoda era una chica morena, bastante alta y muy pechugona. Leyó el formulario de consentimiento mirando sobre todo que estuviera firmado, sonrió y me dijo, "Ahora, de acuerdo con esta firma, señor, usted afirma que está dispuesto a someterse a una serie de operaciones, a partir de los implantes, ¿Es correcto?"
"U..una serie?" Tartamudee, a continuación, llamo la atención de mi esposa haciendo que jugara con su lengua dentro de su boca y apresurándome a añadir, "si, si, doctora Rhoda, es así"
"¿En serio? eso es maravilloso, aunque un poco inusual. Se da cuenta de estos implantes son muy grandes?. Por lo general, empezamos con el paciente con una talla no más de 38C y trabajamos con eso a partir de ahí, pero veo que está ansioso de saltarse todos los pasos intermedios e ir directamente a una 40 doble, ¿Esta seguro?"
"Cua.. Cuarenta doble d?" Mire a Janet con una expresión de pánico. Ella simplemente arqueo las cejas, mirándome lejos de mí, y vi como tragaba! "Si, si, doctora", las lagrimas corrían por mis mejillas, "Cualquier cosa! Estoy de acuerdo con todo!"
"Muy bien, entonces, señor, quítese la ropa y súbase a los estribos".
"Ahora", pensé, "La doctora vera mi polla encerrada en el dispositivo con el aro lleno de dientes y se dará cuenta de que estoy bajo presión", pero la doctora pareció no hacer caso de ello cuando puse mis piernas en los estribos. Yo tenía una sensación de hundimiento mi esposa, no paraba de hacer preguntas solo para burlarse de mí. Una enfermera me sujeto rápidamente mis brazos a los lados de la mesa de operaciones, y coloco dos grandes almohadas detrás de mi cabeza. El propósito de esto se hizo evidente cuando la doctora le pregunto a Janet, "¿Quiere que le de anestesia completa, para que este dormido durante toda la operación?, ¿O solo que sea local para los pechos sea suficiente?"
"No", dijo Janet, "Mejor local. Que vea como florecen sus pechos, ¿Verdad querida que te gustaría?" Conmocionado, solo pude asentir con mi cabeza.
"Lo pensé", Dijo la doctora, "Es por eso que hemos colocado almohadas detrás de la cabeza, para que pueda ver toda la operación con comodidad". Le dijo a la enfermera que preparase las jeringas.
Con una sonrisa burlona, la enfermera que era rubia y un poco coqueta me inyecto los anestésicos locales en las axilas y en los lados exteriores de mis pechos. Luego hizo lo mismo con mis nalgas, inyectándoles fuera del centro, hacia mis caderas.
"¿Porque lo estáis inyectando allí, también?", pregunte.
"Tu cuerpo no está en equilibrio, con estas grandes tetas necesitas un culo y unas caderas apropiadas, ¿no te parece?" Dijo mi esposa
"Si, ya veo lo que quieres decir"
"Todavía no. Pero muy pronto lo sabrás", dijo la doctora, "Sientes algo..."
"Si, se me está haciendo insensible el lado izquierdo, ahora", Admití.
"Bien, pues entonces podemos empezar". La doctora limpio mi axila izquierda con una antiséptico y luego, con un pequeño bisturí, hizo una pequeña incisión. Mientras operaba me explico el procedimiento que estaba haciendo en mi. "No queremos cicatrices que demuestren algo, por lo que generalmente preferimos insertar los implantes a través de la axila. Esta incisión se hace con un endoscopio para que puedas ver lo que estoy haciendo en tu interior y como colocamos el implante en su lugar correcto".
La doctora Rhoda inserta un pequeño tubo con una luz brillante en la incisión. El tubo tiene vinculado una pantalla a su lado. Mientras se movió el instrumento en la carne de mi pecho izquierdo, estaba fascinado viendo mis entrañas en la pantalla. Sin embargo, pronto me distraje con la segunda incisión, en la que inserto el implante, que arrastraba un tubo a una bomba de solución salina al lado de la pantalla. Esto me trajo de vuelta a la realidad de mi posición sin poder hacer nada a mi destino en la mesa de operaciones, Ya punto de ser impuesto dos pechos del 44 de doble D para el placer de mi sádica esposa. ¿Por qué Janet estaba haciendo estas cosas a mi?, ¿Por que quería convertirme en una mujer?. La respuesta no se hizo esperar.
Ahora el implante ya estaba en su lugar, y la doctora comenzaba a bombear. Poco a poco, la carne de alrededor de mi pezón izquierdo comenzó a hincharse, y a hincharse. Si yo no hubiera estado sedado seguro que estaría gritando de la presión de mi pecho, con el abombamiento, crecía mas y mas. Ahora mi pezón era casi tan grande como toda la teta, la doctora miro inquisitivamente a Janet, pero ella negó con la cabeza, y la bomba continuo llenando el pecho con la solución salina. Por fin, cuando ya no podía ver nada debajo del pecho izquierdo, solo mi enorme teta, la doctora envió un sellador a trabes de la bomba que quedo sellada sin salida.
Después se mudo a mi lado derecho y empezó a repetir la operación, esta vez sin explicaciones. Observe con horror como mi teta derecha floreció concediendo con la izquierda. La cara sonriente de Janet finalmente desapareció, ocultada por mis pechos!
Entonces pude sentir, sin ser capaz de ver, algo similar que estaba haciendo en mi nalga izquierda y finalmente en mi derecha. Al fin me elevan el respaldo y me acercan un espejo de cuerpo en entero frente de mi.
Me desmayo.
Debo haber estado desmayado solo unos pocos minutos, porque ya estaba inmediatamente conscientemente con la ayuda de unas sales aromáticas y luego volvía a estar delante del espejo, mirándome a mí mismo, una voluptuosa mujer con un pequeño pene encerrado en un cinturón de castidad de metal, Janet y la Doctora Rhoda me miraban riendo, entonces la doctora le paso el brazo por el hombre a mi esposa y la beso largamente y apasionadamente. "oh, Rhoda", Janet dijo entre besos, "ha resultado tan maravilloso como tú has dijo que lo harías. Estoy tan contenta de haber seguido tu consejo y decidir transformar a Ian. Has hecho un trabajo precioso"
"Inmaculado", dijo la doctora, "Tal vez sería mejor a partir de ahora llamarlo por Brianna todo el tiempo, ¿no te parece?. Nadie se va a creer que es un hombre, es decir, no a menos que vean su pequeño pene, y a lo mejor tal vez también podamos hacer algo acerca de eso."
"Si, creo que si", Dijo Janet. "Al principio yo no quería, porque quería a Ian, me refiero a Brianna, para mantener un pequeño recordatorio de la época en que era un hombre. Pero ahora que lo pienso ya no me parece importante. Si te complace, querida Rhoda, lo cortamos y le ponemos una hermosa vagina"
"Si, pronto, mi amor. Pero Brianna tendrá que espera que sanen estas operaciones, y después de haber hecho todo esto, será ideal para nosotras, con nuestra propia sirvienta, será igual que nosotras"
Me sentía mareado y casi me desmayo de nuevo. Entonces me suministraron un sedante suave. Oí mientras me dormía como la Doctora Rhoda decía, "Tenemos que ser amables con ella dentro de este mes. No podrá conducir, levantar objetos o estirar los brazos sobre la cabeza..."
Después de eso dormí mucho, al despertar ya estaba en casa y más tarde nos fuimos a casa de la doctora. La primera vez que me desperté, Janet dijo. "Es hora de quitarte ese incomodo cinturón de castidad, Brianna", Metió la mano en su pecho y saco la llave.
Todavía aturdido, me las arregle para sentirme sorprendido y le dije. "Pensé que te la habías tragado!", exclame.
"Oh, no, estuvo todo el tiempo en mi blusa," Janet rio. "No te acuerdas que siempre me ha gustado la magia, ¿verdad, querida?"
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