La
privación sensorial es mucho como tiempo de espera, pero se puede utilizar para
mayor tormento psicológico. Conecta a los oídos del sumiso un auricular, con
los ojos vendados, átalo en una cama o en una silla, e ignora por completo el
tiempo. Esto les quita sensibilidad y no solo les hace reflexionar sobre sus
razones para el castigo, también se les hace muy incomodo, asegurando que no
quieren acabar en el aislamiento de nuevo.
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