Este blog está destinado a todas las Sissys de habla español para que puedan expresarse y contactar con tod@s
sábado, 4 de octubre de 2025
Mishi
El
Sistema de aspiración central apenas hizo ruido mientras recorría el
apartamento, era espacioso y ocupaba todo el tercer piso, aunque estaba
completamente amoblado y contenía algunos de los objetos personales de la
Mistress ella solo se quedaba allí pocas noches a la semana.
Me
dolían los pies ya que la puntera de mis zapatos me quedaba un poco ajustada,
esperaba que se estiraran con el tiempo de usarlos, pero no parecía que eso
fuera a suceder, también quedaban un poco flojos en la parte de atrás, aunque
pude arreglarlo parcialmente con tiras de cuero, estaba decidido a dominar el
andar con tacones de aguja pero creo que iba a tener que invertir más dinero en
unos zapatos de calidad que me quedaran bien, en lugar de variedad de disfraces
de gama baja.
El
traje de sirvienta de satén rosa que llevaba también era un disfraz barato,
parecía que cada vez que lo lavaba tenía que hacerle pequeñas reparaciones,
menos mal que era hábil con la aguja y hilo, aunque si continuaba sirviendo a
la mistress hasta fin de año tendría que buscar otro equipo de mejor calidad.
Antes
de salir del apartamento revise mi maquillaje en el espejo del baño, se suponía
que ella me enseñaría a maquillarme pero siempre insistía en hacer algunos
retoques finales, lo que me parecía a una puta drag Queen, siempre me
preocupaba que le maquillaje se corriera cuando sudaba haciendo las tareas del
hogar, pero se me veía presentable.
Sali
del apartamento y subí las escaleras, mis tacones resonaron con fuerza sobre
los viejos escalones de mármol, las escaleras tenían una barandilla de hierro
ornamentada y había una pequeña claraboya puntiaguda de vidrio con alambre
encima de ellas en el cuarto piso.
Este
ultimo piso había sido dos apartamientos pero se había convertido en el espacio
de juegos de la mistress, donde hacia sesiones de dominación femenina por encargo
y yo obtenía un gran descuento al trabajar como su sirvienta cada dos sábados.
Cuando
entre a la sala principal ella estaba sentada en su elaborado trono como
esperaba, su pelo rubio era largo, fino y liso, llevaba su chaqueta de cuero
negro con cremallera frontal en diagonal lo suficiente abierta par amostrar el
escote de sus grandes pechos, Missy su otra sissy maid, estaba arrodillada a su
lado, mirándose las uñas mientras la dos conversaba como buenas amigas sobre un
salón de manicura no muy lejos de aquí.
“¿Has
terminado de pasar la aspiradora, sissy?” pregunto la mistress
“Si,
mistress” respondí suavemente evitando el contacto visual y mirando sus botas,
estaban hechas de cuero rojo y negro, hasta los muslos, con cordones largos que
se enrollaban a través de un numero aparentemente infinito de pequeños ganchos
brillantes hasta la parte delantera de las botas.
“Te
permitiré adorar mis botas antes de tu próxima misión” dijo y le agradecí en
voz baja mientras me acercaba lentamente a su trono y luego me arrodillaba ante
ella.
La
mistress era una mujer corpulenta, aunque las botas se ajustaba perfectamente
sus gruesas piernas, admito que busco botas y zapatos todo el tiempo en la red
y nunca había visto unos como esos, sospeche que estaban hechos a medida y que
eran caros, de cerca note que no tenían cremalleras en el interior del eje para
ponérselas y quitárselas fácilmente, como muchas botas con cordones delanteros,
eso no sería ningún inconveniente para ella, quien probablemente siempre
tendría un sumisos a su disposición para manejar los largos cordones de ellas.
Tomándome
mi tiempo, lamí lentamente las puntas puntiagudas de las botas y luego chupé
suavemente los tacones puntiagudos que debían tener unas cinco pulgadas de
alto, las dos continuaron con su conversación ignorando mi presencia.
Solo
había estado sirviendo a la mistres durante unos meses y no había descubierto
su relación, Missy parecía ser tanto una asistente personal sumisa como una
dominatriz en entrenamiento, al principio todo lo que me dijeron fue que debía
obedecer a Missy aunque ella estaba cuidadosamente supervisada.
Las
pocas veces que a Misssy le ordenaban que me diera una paliza o unos azotes, lo
hacia con un poco mas de entusiasmo de lo que a mi me gustaría, sin embargo,
Missy no era inmune al castigo de la mistres y admito que estaba encantado la
única vez que la vi que la azotaba.
Lentamente
estaba subiendo por los ejes de las botas hasta los muslos deteniéndome en las
rodillas donde estaba los cordones, llevaba unos pantalones ajustados de látex
negros que desaparecían dentro de la parte superior de sus botas.
“Ya
te has divertido bastante” dijo alejándome, “Missy te llevara a aspirar el
segundo piso” dirigiéndose a Misssy le indico, “Dale algún incentivo para que
haga un buen trabajo mientras estas allí y asígnale algunas tareas más para
mantenerlo ocupado”
“Si,
mistress” respondí, aunque me dolían los pies me decepciono un poco que me
hubieran ordenado quitármelos, degradado a los pisos por el resto del día,
mientras seguía a Missy hacia el pasillo, la mistres nos llamó.
“No
tardes demasiado Missy, necesito que vuelvas aquí tan pronto como la ubiques”
Missy
llevaba unos botines de charol negros con cordones en la parte delantera, los
tacones median fácilmente quince centímetros de alto, tal vez mas con
plataformas gruesas, por supuesto que podía caminar sin esfuerzo con ellos, y
nuestros tacones resonaban ruidosamente
en las escaleras mientras bajábamos.
Siguiendo
a Missy tenia una gran vista de su sexy trasero, siempre vestía prendas
diminutas y reveladoras, hoy llevaba un corpiño de PVC negro brillante con un
corte alto en las caderas y una tanga, que dejaba expuestas sus nalgas
perfectamente redondas, cuando giro en el primer rellano pude ver rápidamente
sus pequeños censo mientras el escote del corpiño se hundía debajo de ellos
formando una especie de sujetados abierto con estante frontal, aunque pensé que
su atuendo podría ser más apropiado para una stripper, llevaba un cinturón de
estilo policial alrededor de su cintura lo que no dejaba dudas de que tenía una
posición de autoridad.
El
cinturón era ancho de cuero negro con dos filas de grandes ojales cromados, una
fusta de cuero rechoncha colgaba del cinturón en su lado derecho y una pequeña
paleta redonda de goma colgaba en el izquierdo, por supuesto tenia un par de
esposas brillantes en el cinturón sobre una cadera y había varias bolsas de
cuero con broches, aunque no tenia idea de lo que llevaba en ellas.
Suponía
que tenia veintitantos años era unas décadas mas joven que yo, era guapa en
cierto modo Servera pero pensaba que tenia la capacidad de ser aun mas sexy si
se dejaba crecer el pelo corto y oscuro y se quitaba algunos de sus piercing y
no se hacía más tatuajes.
“Coge
la manguera, sissy” ordeno mientras nos deteníamos en el tercer piso para que
yo recuperara la aspiradora, ella siempre pona un tono muy condescendiente con
la palabra sissy, era complicado de manejar la larga manguera de la aspiradora,
“Espero que disfrutes acariciando eso ya que tu cosita esta bajo llave” se burló.
Se
refería al dispositivo de castidad que debía usar mientras se vía como
sirvienta de la mistres, no me permitían masturbarme mientras estaba en le
trabajo y como a menudo trabaja fuera de la vista ella decía que era una
precaución necesaria.
“!Vamos,
sissy! ¡Muévete!” me ordeno como un sargento instructor mientras yo intentaba
enrollar rápidamente la larga manguera central de la aspiradora en mis brazos,
junto con la varilla cromada, se quito la fusta del cinturón y la golpeo varias
veces contra la barandilla de hierro de la escalera, “!Pica, corta, sissy!, ¡No
tengo todo el día!”
La
seguí hasta el segundo piso y pude dejar caer la enredada manguera de la
aspiradora en el largo pasillo junto a una de las concesiones de la pared, solo
me detuve un momento pero impacientemente señalo hacia el fondo del pasillo con
la fusta.
“No
tienes zapatos de chica grandes, sissy, ahora vamos a quitártelos, se que estas
decepcionada, ¿Vas a llorar?” no le respondí sino que me dirigí hacia lo que
pensé que era un vestuario en una habitación pequeña y estrecha al final del
pasillo cerca de los baños y de la salida de incendios, un grupo de casilleros
de metal a lo largo de una pared y una silla plegable de metal eran los únicos
muebles.
Busqué
a tientas la cerradura de combinación mientras ella periódicamente golpeaba con
su fusta la puerta del casillero adyacente, esta habitación fue donde me poni
traje de sirvienta y me maquillaba, también era el lugar donde los hombres que acudían
a las sesiones de la mistres se desnudaban y guardaban su ropa bajo llave, no había
cerraduras en los otros casilleros y no había clientes esperando en ese momento
así que supuse que Missy tenia que cambiarse de ropa arriba, un privilegio de
su posición.
Me
quite los zapatos rosas y saque unos zapatos planos plateados metálicos de mi
bolsa.
“Oh,
son tan bonitos” dijo missy rotundamente, “Estoy segura de que te sientes muy
sexys cuando los usas”
No
la respondí, realmente no se suponía que tuviéramos ninguna pequeña charla
entre nosotros, después de ponérmelos cerré mi casillero y comencé a salir de
la habitación.
“No
tan rápido, sissy” dijo moviéndose para bloquear la puerta, “Se necesita algún
incentivo para hacer un buen trabajo” apuntándome con su fusta, me ordeno que
me diera la vuelta y me bajara las bragas, estaba muy ansiosa por azotarme el
trasero, si lo retrasara y la mistress bajara para ver que estaba tardando
tanto estaría en un verdadero problema, me di la vuelta para mirar la silla
plegable de mental, me bajes las bragas hasta los tobillos y me incline,
colocando mis manos en el fresco asiento de la silla.
“Que
bragas tan bonitas, ¿Son especiales, hechas para un hombre, para acomodar tu
basura?” pregunto sonando seria por una vez.
Después
de dudar un poco le dije que sí, si bien no di mas detalles, les diré que eran
una de las pocas prendas de mi limitado guardarropa de sissy maid en las que
realmente me había gastado dinero, eran con un ajuste cómodo y agradable,
incluso cuando llevaba el dispositivo de castidad en mi polla.
“Se
trata de sentirse bonito y sexy ¿Verdad? A los hombres a los que les gusta
vestirse elegantemente se trata solo de la ropa, de no quiere ser una chica,
¿Verdad?” ella volvió a hacer una pregunta seria.
“Si,
me hace sentirme sexy, incluso si crees que parezco tonto, es un escape de la
realidad”, le dije
“Eso
es lo que la mistress dice que hacen los chicos de la cómoda, solo quería
escucharlo de vosotros”, dijo mientras levantaba la parte de ataras de mi
vestido exponiendo mi trasero desnudo.
Su
fusta dio un fuerte chasquido en la parte posterior del muslo justo debajo de
la nalga de mi trasero, no pude evitar jadear de dolor, hubo otro chasquido
rápido de la fusta en el mismo lugar en la parte posterior de mi otro muslo.
Así
fue alternando desde la parte posterior de un muslo a otro, justo debajo de mi
trasero, no me moleste en contar los golpes, estaba demasiado ocupado intentando
quedarme quieto y no gritar, afortunadamente su supuesto incentivo termino
rápidamente, ella me ordeno que me subiera las bragas.
“Ahora
ponte de rodillas y lame mis botas” me ordeno
Mientras
les daba una rápida mirada a sus botas con mi lengua pude sentir el profundo
ardor en la parte posterior de mis muslos, ella había sido estratégica en sus
azotes y sabia que seria incomodó sentarme por el resto del día y tal vez el
siguiente.
“Tomate
tu tiempo, pequeña sissy, saboréalas como lo haces con las botas de la
mistress”
Sus
botines de charol tenían muchos desgastes y el acabado brillante estaba
agrietado en varios lugares, intente recordar si la había visto usar otras
botas antes, pero pensé que este podría ser su único par, sabia que realmente
no pida ver lo que estaba haciendo parada junto a mi como ella estaba, pero lamí
con amor sus desgastadas botas tal como ella me dijo que hiciera.
Quizás
se dio cuenta de que se había dejado llevar dominadme durante tanto tiempo,
cuando de repente se dio la vuelta y me dijo que me pusiera a trabajar antes de
cerrar de golpe la puerta del vestuario detrás de ella, fue entonces cuando me
di cuenta de que no me había asignado ninguna otra tarea laboral que hacer pero
no iba a devolverle la llamada y espere hasta que la oí subir por las escaleras
hacia al cuarto piso donde podría estar la mistress impaciente esperándola.
Caminando
por el pasillo hacia la pila enredada de mangueras, pude sentir la parte
posterior de mis muslos ardiendo aún más, si había algún consuelo, mis zapatos
planos se sentían muy cómodos en mis pies y siempre había tendió un fetiche por
la ropa y los zapatos metálicos así que me gustaba mucho este par incluso si no
tenían tacones altos.
Hay
un puerto de aspiración central en la parte delantera del pasillo, donde conecte
la manguera, varios otro puertos estaban ubicados en las oficinas de ese piso,
el primer piso tenia dos espacio de alquiler con acceso a la calle, y ambos
estaban ocupados por pequeñas boutiques de moda que son populares en el centro
histórico y nunca tuve que hacer nada allí, se accede a los pisos superiores a
través de una puerta cerrada con llave a la calle en el primero piso del hueco
de la escalera, la mistress tiene un timbre y un intercomunicador en el piso de
arriba y puede dejar entrar a los clientes al edificio de manera discreta.
En
el segundo piso donde estaba aspirando un poco mas lento de lo normal gracias
al cruel incentivo de Misssy había varias oficinas de alquiler, algunas eran
habitaciones individuales y otras eran suites de varias habitaciones, en ese
momento solo dos de las oficinas mas pequeñas estaban ocupadas y nunca había
visto a los inquilinos.
Uno
de ellos era un arquitecto o ingeniero jubilado que supuestamente solo
trabajaba cuando estaba aburrido, el otro era un contable privado que tenia
horarios extraños y a veces había escuchado lo que sonaba como una vieja
maquina sumadora manual traqueteando allí, no era responsable de limpiar sus
espacios.
La
mistress había sido propietaria del edificio durante varios años y mantenía las
oficinas vacías impecables para poder mostrárselas a los posibles inquilinos en
cualquier momento, en caso de que encontrara con alguien en el pasillo o en las
escaleras me ordeno que los ignorara y me ocupara de mis asuntos, asumí que
ingeniero y el contable sabia que clase de cosa pervertidas hacia la mujer de
arriba y no les importaba, además podrían ser incluso clientes suyos.
Fue
tranquilo trabajar en el segundo piso, hubo ocasiones en el pasado en las que
enviaba a Missy para comprobar mi progreso y por lo general me atormentaba un
poco para su propia diversión pero sentí que podía relajarme por un tiempo.
Dado
que tenia un acceso bastante decente al edificio y a menudo trabajaba solo se
podría pensar que será fácil sacar de mi casillero la llave de repuesto para mi
disipativo de castidad para poder masturbarme rápidamente en algún lugar, admito
que normalmente estaba bajo cierta tensión sexual ya que estaba constantemente
expuesto a la mayoría de mis fetiches sexuales como tacones altos, cuero y
travestismo, también me gusta que me dominen mujeres y que me azoten hasta
cierto punto.
Dicho
esto la mistress me había advertido cuando comencé a trabajar para ella que si
alguna vez me sorprendían masturbándome sin permiso me despediría, me había
tomado tanto tiempo encontrar una buena dominatriz profesional que no iba a
arriesgarme a arruinar nuestro acuerdo a corto plazo, lo mejor era mantenerme
encerrado.
Cuando
termine y guarde la aspiradora en el armario junto a los baños pequeños subí al
cuarto piso para mi siguiente tarea, mis zapatos subieron suavemente las
escaleras y la parte posterior de mis muslos árido un poco mas cuando llegue al
piso superior, al entrar a la sala principal vi que estaba vacía, podrían estar
abajo en el apartamento o al otro lado del pasillo en el otro conjunto de
habitaciones que estaba parcialmente en construcción, entonces me pareció oír
algo en la habitación de al lado, que estaba preparada como un pequeño salón,
en silencio fui a comprobarlo.
Al
principio no podía creer lo que vi, la mistress yacía desnuda en el diván, con
los ojos cerrados la boca abierta gimiendo suavemente, Missy todavía vestida
con su escasa prenda de látex y sus botines, se arrodillo junto a la tumbona y tenía
la cara enterrada entre las piernas de la mistres.
Había
visto muchas escenas de chicas porno, pero nunca lo vi en vida real, estaban
relajadas y completamente perdidas en su momento, los pechos de la mistress
eran enormes y aunque caían pesadamente hacia los lados eran espectaculares,
como sumiso nunca me habían permitido verlas, mi polla intento hincharse dentro
de los limites del dispositivo de castidad.
Como
si eso detuviera el reflejo natural de mi cuerpo de tener una erección mire
alrededor de la habitación, las botas de la mistress yacían abiertas en el
suelo junto a Missy junto con sus pantalones de látex, estos artículos parecían
haber sido retirados apresuradamente en un momento de pasión, me dolía mi polla
mientras intentaba endurecerse y trate de dominarlo de alguna manera
conscientemente.
Observe
en agonía hasta que la mistress comenzó a respirar en un patrón térmico rápido
su orgasmo se acercaba, entonces me di cuenta de que había estado allí
demasiado tiempo, cuando comencé a salir, mis zapatos se movían silenciosamente
sobre el piso de madera, una table emitió un leve chirrido.
La
mistress abrió los ojos y grito brevemente mientras intentaba ocultar sus
pechos, Missy con los labios brillantes, miro por encima del hombro y me vio
alejándome de la puerta, pero luego me quede paralizado.
“!Se
supone que deberías estar trabajando!”, la mistress la regaño mientras
alcanzaba cualquier prenda que sirviera para cubrirse, me tape los ojos con mis
manos
“!He
terminado de pasar la aspiradora y vine aquí para seguir trabajando, mistress
Tori, acabo de llegar” agregue apresuradamente, probablemente ella sabía que
estaba mintiendo.
“¿No
te ha dado Missy otras tareas?” ella exigió saber, al mirar a través de mis
dedos el rostro de Missy vi una expresión que era una extraña mezcla de miedo e
ira.
“Ella
no me dio ningún otro trabajo, mistress” tuve que responder honestamente, se
escucho el sonido de ropa arrastrando los pies, la Mistress le pregunto a Missy
si lo que decía era verdad, ella guardo silencio durante un momento incomodo y
luego intento tartamudear una respuesta, pero la mistress la interrumpió.
“Ponlo
en una celda, Missy” le dijo, “Os castigare a ambos más tarde”
Missy
se levanto y cuando aparto la cada de la mistress me lanzo una mirada asesina,
agarro una de mis manos y me saco del salón, mi destino estaba en otra
habitación de al lado, era una de las habitaciones mas pequeñas que esa suite y
había sido equipada con una celda a cada lado de un pasillo estrecho.
“Así
se hace idiota, mirándonos así” me susurro, “Nos va a dar una paliza”, Missy
cerro de golpe las barras de metal y cerro el candado, luego salió de la
habitación y cerro la puerta, escuche el sonido de sus botas de tacón alto
disminuyendo mientras regresaba al salón, presumiblemente para seguir complaciéndola.
Ya
había visto brevemente la sala del calabozo antes, pero esta era la primera vez
que estaba dentro, se podría decir que aprecia mas un escenario de una prisión
real, la puerta de la celda con barras de metal y una abertura horizontal para
pasar una bandeja de comida era bástate autentica, sin embargo tras una
inspección mas cercana, el resto de las barras del frente de la celda estaban
hechas de varillas de madera pintadas para que coincidieran con la puerta de la
celda.
No
había manera de que un prisionera pudiera escapar por alguna razón sin dañar
las barras de madera, peri había alguna emergencia como un incendio, escapar
seria bastante fácil, como era de esperar, había un catre estrecho con un colchón
fino encima, intente sentarme allí pero me dolía la parte posterior de los
muslos, ajustar mi posición para sentarme justo en el borde del catre, fue lo más
cómodo que pude lograr, Missy probablemente estaba lamiendo el coño de la
mistress en este momento, pero probablemente a la mistress le tomaría un tiempo
volver al estado de animo adecuado para un orgasmo, quien sabe cuánto tiempo
estaría allí encerrado.
Había
un cubo de plástico con tapa al pie de la cama, en la tapa había un rollo de
papel higiénico indicando la función prevista del cubo, mirando al otro lado
del pasillo hacia la otra celda que estaba amueblada como la mía, vi que debajo
de cama había una caja de barras de granola y algunas botellas de agua,
encontré mi celda provista de las mismas provisiones y abrí una botella de
agua.
Escuchando
a través de la pared para ver si podía escuchar sonidos de su sesión intima en
la habitación de al lado, pero no oí nada, por un momento me pregunte si la mistress y Missy
eran amantes o no, o si parte de los deberes de Misssy implicaba complacerla
cuando ella lo deseaba, parecían una pareja improbable ya que la mistress era
mas cercana a mi edad, finalmente me acosté de lado en la litera y me puse lo más
cómodo que pude.
Sin
estar seguro de si me había quedado dormido , la puerta de la habitación se
abrió y de repente Missy entro con aspecto de abatimiento, no pude ver a la
mistress que estaba parada afuera de la puerta abierta y dijo Missy que se encerrara
en la otra celda, ella obedeció y le arrojo la llave a la mistress quien nos
dijo que regresaría pronto y cerró la puerta, todavía recibía la mirada mortal
de Missy hasta que estuvo segura de que la mistress se había alejado de la
puerta y luego se abalanzo sobre mí.
“Realmente
la cagaste, sissy” dijo con un susurro enojado, “Deberías haber mentido y haber
dicho que te olvídate de hacer algo como limpiar los baños”
“¿Por
qué haría eso por ti?” le pregunte en voz baja
“Haría
que valiese la pena, pero ahora te hare la vida imposible, se que tienes luz
verde para el entrenamiento anal” amenazo Missy, “En la primera oportunidad que
tenga, me podre el consolador más grande que tengamos y te hare chillar como un
cerdo”
Tuve
que detenerme y pensar si ella realmente haría eso.
“Eres
una chica fea, sissy, yo soy bonita”, dijo y eso dolió quizás hubiera sido
imprudente responderle pero en ese momento no me importo.
“Espero
que la mistress nos castigue al mismo tiempo, te va a azotar el trasero hasta
que llores como una niña y yo lo disfrutare” le dije, me pareció ver sus ojos
ponerse llorosos.
“Eres
un viejo asqueroso pervertido” respondió y luego busco debajo de su cama una
botella de agua.
“Apuesto
a que no hubo orgasmo para ti, solo negación “ me burle, “Termina donde lo
dejaste y luego enciérrate conmigo a esperar tu castigo”, ella murmuro algo que
no pude entender, así que le dije, “Te vistes como una stripper, no como una
dominatriz”
“tengo
que usar lo que me dicen, pero estoy cerca de ganarme mis botas hasta la
rodilla y cuando lo haga” las palabras fueron cortadas cuando la puerta de la
habitación se abrió y la mistress entro lentamente, ambos miramos a suelo y la
Mistress se detuvo en medio del pasillo.
Se
había puesto otras botas hasta los muslos, estas parecían de cuero negro suave
con tacones probablemente de diez centímetros de alto, y también se había
vuelto a poner los pantalones de látex, no me atreví a levantar los ojos
mientras ella estaba parada allí con las manos en las caderas, permaneció allí
durante un largo y doloroso silencio, quien sabe cuanto tiempo llevaba
escuchando en la puerta.
“Me
sorprender veros a los dos aquí” dijo sarcásticamente, “Me pareció escuchar a
dos niños pequeños peleando, ¿Necesito repasar las reglas nuevamente sobre
vosotros dos hablando entre sí?” alzo las voz y asumí que la pregunta era retórica,
así que permanecí en silencio “Si no se trata de un trabajo o una sesión, ¡Mantén
la boca cerrada!”
Escuche
a Missy olfatear levemente y pensé que podría echarse a llorar, sabía que amos
íbamos a ser castigados y aunque no esperaba eso también temía que me
desterraran después, este había sido un buen acuerdo y podría haberlo
arruinado, intercambiar charlas con Missy había sido una mala jugada de mi parte,
una falta de respeto pero supongo que como ambos habíamos estado encerrados en
la mazmorra sentí en ese momento que éramos iguales.
La
Mistress se volvió hacia la celda de Missy y la oí abrir la puerta, luego se
abrió la mía, nos agarro a cada uno de la oreja y nos condujo a través del
pasillo hasta el salón de la escuela.
El
salón de la escuela era como otro escenario utilizado para sesiones de
dominación, solo había dos pupitres antiguos, uno a cada lado de la puerta al
entrar y un escritorio de profesor en la parte delantera, donde había una
pizarra en la pared, en una esquina delantera de la habitación había un
taburete alto de madera y sobre él había un sombrero alto en forma de cono con
la palabra tonto escrita en letras negritas.
Nos
llevo al frente del salón, alguien recientemente tubo algún castigo de escribir
muchas veces en la pizarra, “No me masturbare con porno” y por un momento pensé
que era gracioso.
A
misssy la puso primero en posición, la inclino sobre un extremo del escritorio
del profesor y luego a mi me arrastro por la oreja para inclinarme sobre el
extremo opuesto, nos dijo que no nos mirásemos, así que mire el escritorio.
Ya
sabia lo que había sobre el escritorio cuando me acerque, una paleta de madera
larga y pesada con hileras grandes de agujeros perforados, junto con una
delgada varilla de bambú, Mi fantasía de dominación favorita es que me azoten
con múltiples paletas, comenzando con golpes mas suaves, con un dolor
suficiente para ser real, pero no tan fuerte como para que no pueda soportar
una larga sesión, la paleta de madera perforada sobre el escritorio podría ser
el ultimo tipo de paleta utilizada y solo me darían unos cuantos golpes, sin
embargo estaba a punto de ser castigado y eso era diferente.
Para
los castigos, la mistress le gustaba infligir la máxima cantidad de dolor en el
menor tiempo posible, si bien se podía utilizar la palabra de seguridad, había
subrayado antes de eso, era mejor que una persona en mi posición soportara un
castigo severo, nunca antes me habían azotado y esa vara de bambú ciertamente
causaría el máximo dolor con el mínimo esfuerzo por parte de la mistress,
deslizo la paleta del escritorio y camino detrás de mí, luego me ordeno que me
bajara las bragas y me levantara el vestido.
Haciendo
lo que me dijo esperaba que le siguiera inmediatamente un fuerte golpe en
cambio, palpo ligeramente con los dedos las ronchas dejadas por la fusta de
Missy en la parte posterior de mis muslos, me estremecí involuntariamente, los
altos tacones de missy rasparon ligeramente el suelo de las baldosas mientras
se movía nerviosamente inspeccionando su trabajo.
“Demasiado
entusiasta” dijo la Mistres en voz baja, Missy se le corto la respiración
Luego
tres poderosos golpes resonaron en mi trasero desnudo, gemí fuertemente con
cada uno, los tacones de la mistress resonaban en el suelo mientras caminaba
alrededor del escritorio, Missy respiraba con dificultad por la ansiedad
incluso antes de que comenzara su castigo.
Escuche
el clic de un pequeño clip de metal y luego la pequeña fusta de Missy fue
arrojada sobre el escritorio.
“Podrás
recuperar eso cuando aprendas a ser mas responsable” le dijo la mistress, ella
también recibió tres fuertes golpes y para mi sorpresa solo dejo escapar un
grito de dolor con el ultimo, si bien me encanta el sonido de los tacones en
pisos duros en un momento como este realmente aumentaba la tensión cuando rodeo
el escritorio para darme la siguiente ronda de golpes, fue otra salva de tres,
lo sentí mas duros que la primera vez y ella se detuvo unos segundos entre los
golpes solo para dejar que se asimilaran, gruñí de dolor cada vez y mis ojos se
llenaron de lágrimas.
Mirando
hacia el escritorio vi que algunas lágrimas habían caído de los ojos de Missy,
estaba sollozando en silencio, pero cuando la mistress se le acercó lentamente
a ella, comenzó a llorar fuertemente, la mistress le dio tres fuertes golpes en
lenta sucesión y missy aulló cuando cada uno de ellos aterrizo.
Hace
unas semanas la había visto castigar a Missy y pensé que era una especie de
reina del drama, sin embargo, al estar tan cerca de ella cuando la azotaba
estaba claro que tenia poca tolerancia al dolor, fue algo sorprendente para mi
que la mistress no le mostrara a su asistente y posible interés amoroso ningún
trato preferencial en lo que respecta a los castigos.
Después
de dar mi siguiente golpe, mis lagrimas también fluían aunque llore en
silencio, solo gruñí fuertemente cuando la paleta golpeo mi trasero de lleno
las dos veces siguientes, mientras andaba de regreso hacia missy pude escuchar
los tacones de sus botines resonando en el suelo mientras ella sollozaba y se retorcía
incontrolablemente, admito que sentí cierta satisfacción al ver a Missy recibir
el castigo, estuve casi a punto de sentirme mal por ella, el primer golpe la
dejo murmurando algo que no pude entender.
“!Piedad,
mistres!” grito después de su segundo golpe, esa era la palabra de seguridad y
dejo de azotar, dejo el remo sobre el escritorio luego tomo a Missy por la
oreja y la llevo detrás de mí, al principio pensé con horror que podría dejar
que Missy me diera algunos azotes pero luego escuche las patas del taburete
chirriar momentáneamente en el suelo, parecía que Missy tendría que sentarse en
un rincón mientras mi castigo continuaba.
“No
he terminado contigo, señorita” le advirtió
Jadee
de dolor ante los siguientes fuertes golpes y luego me di cuenta de que no
tendría descanso ya que Missy ya no le azotaba, ¿Tenia la mistress la intención
de usar el bastón conmigo después de esa dolorosa paliza? Mientras intentaba
llorar en silencio no pode contenerme más, perdiendo la cuenta de los golpes
llorando libremente solo intente soportar el castigo, finalmente la mistess me
dijo que era libre de irme.
Después
de subirme las bragas me dirigí hacia la puerta tan rápido como me atreví,
antes de irme, eche un vistazo rápido al salón de la escuela, la mistress
estaba de espaladas mientras colocaba la paleta sobre el escritorio, Missy
estaba incómodamente sentada en el taburete de la esquina, con el sobrero de
tonto sobre su cabeza, su maquillaje estaba descolorido por las lagrimas y me
lanzo una letal mirada.
Mi
propio maquillaje estaba en igual mal estado pero lo lave en el baño del
segundo piso, me cambió de ropa y salí del edificio, caminando lenta e
incómodamente hacia mi coche, lo mas probable es que regresara a las pocas
semanas para servirla de nuevo y habiendo recibido mi castigo, ese acuerdo
continuaría con normalidad, no sé si Missy guardaría algún tipo de rencor o no
y que podría hacerme a espalda de la mistress y esa ansiedad persisto en los
siguientes días.
sábado, 27 de septiembre de 2025
Mistress con un Strap-on
El remplazo
La
baronesa llegaría pronto a casa, ella era una agente de la propiedad por lo que
su horario de trabajo cambiaba el día a día, había empezado a escuchar a
escondidas sus conversaciones telefónicas y consultar el sitio web de su
agencia para conocer sus horarios para tener una idea aproximada de cuando
podía regresar.
Comenzando
con el segundo piso del condominio de la casa, revisé dos veces los dormitorios
y los baños, el vestidor del dormitorio de la baronesa tenía un gran espejo de
tres paneles de cuerpo entero, como lago que puedes encontrar en una tienda de
ropa y me detuve frente a él para inspeccionar mi uniforme.
Llevaba
un uniforme de estilo sirvienta francesa de satén negro con ribetes de encaje
blanco y delantal a juego, tenia las mangas cortas y abullonadas, el dobladillo
me llegaba hasta la mitad de las rodillas, una enagua blanca con volantes
debajo llenaba la parte inferior del vestido, eso combinado con un sostén que
me quedaba bien y prótesis de silicona para los pechos, transformaba mi cuerpo
masculino en una forma de mujer.
Me
pelo me llegaba hasta los hombros y tenia un cuerpo natural por lo que no estaba
obligado a usar peluca, un poco de pintalabios y maquillaje ligero completaba
la ilusión, aunque nunca me consideraría bonita, mis rasgos faciales eran
demasiado masculinos y a ultima hora de la tarde había una pizca de barba
creciendo en mi barbilla.
No
importaba que no pasara por una mujer en público, la apariencia era lo suficiente
té buena como para ser un Sissy maid de la baronesa Maria, quien era una
Dominatriz, no realizaba sesiones por contrato, pero materia un establo de
esclavos para satisfacerla en sus diversas necesidades.
Una
de mis medias tenia un corte hasta la rodilla había aprendido a comprar unas
baratas porque estos daños eran inevitables, al hacer las tareas del hogar, sin
embargo si la baronesa se diera cuenta de eso cuando llegara a casa probablemente
recibiría una paliza.
Después
de revisar cuidadosamente el primer piso, especialmente la cocina baje a la
habitación de servicio en el sótano.
Si
bien la baronesa lo llama la habitación de la criada, en realidad era solo una
pequeña sección divida de un sótano que de otro modo estaría sin terminar, ni
siquiera había una puerta solo unas pocas paredes rugosas pintadas de rosa como
el dormitorio de una niña queriendo ser una princesa, el espacio estaba
amueblado con un diván con estructura de metal blanco cubierto con sabanas de satén
rosa con cojines de satén blanco y un pequeño tocador blanco con un taburete y
un espejo a juego, una pared del cuerpo de servicio estaba formada por cuatro
armarios blancos, uno de los cuales era el mío.
Abrí
el armario y saque unas medias nuevas, me subí el vestido, me desabroche los
tirantes de la liga, luego me senté en el borde de la cama y me quite los
zapatos, era de charol negro con tacones gruesos de unos cinco centímetros y
medio de altura, de hecho podía caminar bien con tacones de aguja pero había aprendido
a no usarlos cuando trabajaba como sissy maid, simplemente no eran una buena
opción para caminar sobre los pisos recién fregados o subir y bajar escaleras
todo el día.
Una
vez que había reemplazado las medias me mire en el espejo que estaba montado en
uno de los armarios, por fin estaba listo para la baronesa viniese a casa,
mirando el pequeño radio despertador junto a la cama podría llegar en cualquier
momento, decidí simplemente sentarme en la cama y esperar.
Mirando
a través de la pequeña habitación la fila de armarios, siempre me preguntaba si
todos estaban en uso, ¿Tenia la baronesa Maria cuatro doncellas sissy en su
establo? Los armarios estaban cerrados con llave, por lo que no había forma de
saberlo, por supuesto, la curiosidad había probado mi llave en los otras
cerraduras pero no las habría.
Sentí
que me iba a quedar dormido, lo cual en realidad estaba permitido siempre y
cuando mi lista de tareas estuviera hecha, cuando escuché un traqueteo metálico
en el piso de arriba de la puerta del garaje abriéndose, la baronesa estaba en
casa.
Subí
las escaleras lo más rápido que pude y abrí la puerta para dejarla entrar, la
baronesa maria pues su bolso y ordenador en mis manos, paso por mi lado sin
decir una sola palabra, coloque esos artículos en la mesa de cocina y luego me
arrodille frente a ella, coloco un pie hacia delante, inclinado hacia atrás en
su zapatos de tacón alto, y yo me agache para besar su zapato.
Los
zapatos eran de tacón hechos de cuero en color burdeos oscuro, con las puntas
terminando en una suave punta, los tacones median unos tres centímetro y medio
de alto, lo suficiente alto como para ser sexy, sin parecer cachonda y poco
profesional, los mantenía todos sus zapatos limpios haciendo que los lamiera
cada vez que salía o regresaba a casa.
Aparto
el pie rápidamente y me presento el otro zapato para que lo limpiara, ella era
muy consciente de mi fetiche por los zapatos de tacón alto y disfrutaba
burlándose de mí, haciéndome realizar esta tarea de mantenimiento pero sin
permitirme saborear el cuero suave y cálido de mi lengua.
Después
de lamer su otro zapato, me levante y levante el vestido, tiro de la cintura de
mis bragas e inspecciono mi dispositivo de castidad para ver que estuviera en
su sitio bien cerrado y que no hubiera sido manipulado, me exigía que lo llevara
para evitar masturbarme mientras ella no estaba.
Como
era nuestra rutina habitual, luego me pare en un rincón de la cocina, con la
nariz pegada a la pared y las manos detrás de la espalda, mientras ella
revisaba mi trabajo, los tacones altos resonaban en las baldosas del suelo
mientras realizaba una dolorosa y minuciosa inspección de la cocina, luego paso
al resto de la casa.
Había
una larga lista de atareas que debía hacer, estaba colgada en la puerta de uno
de los armarios de mi habitación, prácticamente ya la había memorizado y aunque
la lista era larga, si la abordaba metódicamente era posible completarla bien y
a tiempo.
Regreso
a la cocina, aparto una silla de la mesa y me dijo que ocupara mi puesto
mientras me colocaba en mi lugar, que era de pie detrás de la silla
inclinándome sobre su respaldo y agarrándome al borde del asiento vi la paleta
en su mano. Estaba hecha de madera de color oscuro y cortada en forma de un
gran cepillo de pelo antiguo, levanto mi vestido para exponer mi trasero y me
bajo las bragas hasta las rodillas, los golpes resonaron con fuerza en la
cocina y aterrizaron firmemente en mis nalgas, su técnica con la paleta era
siempre la misma, golpes firmes a un ritmo rápido, alternando de una nalga de
mi trasero a otra, la verdadera variable era cuando duraría los azotes.
No
llore y aunque entrecerré los ojos por el dolor, no brotaron lagrimas de ellos
que pudieran hacer que mi rímel se corriera, por fin se detuvo y dijo
“Bien
hecho”
Sabia
que me gustaba que me azotaran, por lo que esos firmes azotes con la pequeña
paleta habían sido en realidad mi recompensa y el único agradecimiento que
recibiría, si hubiera cometido algún grave error ella habría usado una paleta
mas pequeña o pero aun un bastón, en ese momento tal vez me hubieran dejado ir
a casa, pero la Baronesa me dijo
“Uno
de mis esclavos sexuales llegara pronto, así que tendrás que quedarte un poco más,
ahora sube y ayúdame a prepararme”
En
su dormitorio se desnudo cruelmente y lo arrojo al suelo, dejándome que las
cosas para que yo las recogiera, ella media poco mas de unos cinco pies de
altura descalza y tenia una larga melena llena de rizos oscuros que se
derramaba sobre sus pálidos hombros y hasta la mitad de la espalda.
Sus
hermosos pechos eran una talla treinta y seis doble D, sabia la talla exacta ya
que debía lavar sus sujetadores a mano, sus caderas y su trasero estaban bien
redondeados y aunque su cuerpo tenia algunos kilos de más se comportaba con una
confianza mayor que la de cualquier supermodelo.
Mientras
revisaba su cajón de lencería baje el edredón de satén plateado y azul intenso
dejando al descubierto las sabanas a juego debajo, en ese momento ella se había
puesto una camiseta de tirantes de satén morado con adornos de encaje negro y
me entrego un liguero a juego para engancharlo en la parte posterior de su
cintura.
Ella
insistió en ponerse sus propias medias de nailon negro transparente pero era mi
tarea sujetar las correas de la liga en su lugar, asegurándome de que
estuvieran ajustadas correctamente, le entregue la ultima pieza, una braga con
parte trasera de tanga adornada con satén y encaje a juego que ella misma se la
puso.
Luego
la seguí hasta el vestidor donde había una impresionante colección de zapatos y
botas de todos los colores, alturas y estilos para casi cualquier ocasión, dejo
caer unos zapatos a mi lado y me arrodille para calzarle en sus pies cubiertos
de nailon, era unos zapatos de charol negros, la suela tenia una plataforma de
unos dos centímetros de grosos, mientras que los finos tacones de aguja median
unos quince centímetros de alto, yo siempre pensaba en ellos como sus zapatos
para follar, ya que parecían ser su par favorito en los momento en que los esclavos
sexuales venían a servirla, fue una emoción adicional darle una limpieza rápida
al suave charol con mi lengua, sabiendo que había follado mientras usaba estos
zapatos en varias ocasiones, como una reina del porno, casi siempre llevaba
tacones altos durante el sexo y pensé que eso era increíblemente sexy.
“Susi,
tráeme un poco de vino” me ordeno, como su sissy maid siempre se dirigía a mí
con mi versión femenina de mi nombre, baje corriendo las escaleras hasta la
cocina, siempre había algunas botellas de vino blanco en la nevera, quite el
corcho puse la botella en el cubo de hielo y luego seleccione una copa de vino
del armario, el no era solo para la señora baronesa, aunque el esclavo sexual
que se encontraba en camino tendría la ilusión de un encuentro romántico en su
cama de raso con ella toda emperifollada su trabajo era complacerla y nada más.
Acaba
de regresar a su habitación y estaba sirviendo una copa de vino mientras ella
se arreglaba el pelo frente al espejo del baño cuando sonó el timbre.
“Deja
que entre mi esclavo sexual” me ordeno
Antes
de abrir la puerta miré por la mirilla reconocí al hombre alto y rubio, creo
que se llamaba Carl y había servido a la baronesa en algunas recientes
ocasiones, quizás él era su nuevo juguete favorito.
“¿Esta
la baronesa de buen humor?” me susurro mientras lo dejaba pasar por la puerta.
Cuando
la servía no se me permitía hablar con nadie y mucho menos con uno de sus
esclavos, sabia que las mismas reglas se aplicaba a él sin embargo las pocas
veces que habíamos estado solo siempre intentaba entablar alguna conversación
rápida como de costumbre no dije nada y comencé a subir las escaleras.
Ella
estaba reclinada seductoramente en su cama cuando entramos en la habitación me
dirigí a un taburete bajo en un rincón y me senté a esperar más ordenes
“Desnúdate
para mi esclavo”, ordeno y luego tomo un sorbo de su copa de vino
Carl
llevaba una camisa de color azul, que parecía parte del uniforme de trabajo,
hizo un lento espectáculo de desabrochar y posar para ella, dejando caer su
camisa al suelo lentamente flexiono sus músculos, tratando de posar
provocativamente para ella, él no era culturista, probablemente iba al gimnasio
algunas veces a la semana que era más de lo que yo hacía como todos sus
esclavos sexuales, él estaba bien depilado y no tenia tatuajes ni perforaciones
en el cuerpo, por supuesto tenía otra característica requerida que era muy
obvia tan pronto cuando se bajo los pantalones, aunque todavía llevaba puesto
los calzoncillos me di cuenta de que se estaba excitando al ver a la baronesa.
Una
vez me explico que no estaba interesada en encontrar a cualquier hombre con una
gran polla, quería uno que sintiera que encajaba bien, su preferencia era
alrededor de veinte centímetro de largo y un poco mas grueso que el promedio,
la baronesa había señalado hace unos meses cuando comencé mi entrenamiento de
sissy maid que simplemente no estaba a la altura como hombre y que nunca podría
convertirme en uno de sus esclavos sexuales, aunque ella tenia algunos usos
para mi en su dormitorio creo que se me
permitió mirarla con sus esclavos para humillarme recordándome mi delgada erección.
A
Carl se le ordeno que se uniera a la baronesa en su cama, comenzó a besarla
apasionadamente primero en los labios y luego bajo por el cuello, lentamente acaricio
su cuerpo manteniendo sus manos por encima de su cintura por ahora y fuera de
sus pechos, cuando se trataba de sexo, ella nunca tenia prisa, los esclavos
sexuales tenían que tomarse su tiempo para aumentar lentamente su excitación,
tomo otro sorbo de vino y vacío su copa, una mirada rápida hacia mí fue la
única señal que necesitaba así que me levante para llenarle el vaso.
“Susi,
haz que me moje bien para esta gran polla” dijo quitándose el tanga y
abriéndose de piernas.
Me
arrodille junto a la cama y ella me paso una pierna enfundada en nailon por
encima del hombro su oscuro vello púbico siempre estaba bien recortado, aunque
nunca tuve el placer de hacer esa tarea, cada vez que la baronesa me ordenaba
que la besara mi tarea era solo mojarla y no tratar e complacerla ya que ese
era un trabajo para su esclavo sexuales, siempre me pareció humillante que me
ordenara lamerle el coño mientras ella se besaba con un hombre bien dotados,
ella nunca sabría que la perdida era suya ya que mis novias anteriores e
incluso mi ex siempre había estado encantadas con mis habilidades orales.
A
Carl le ordeno que se quitara los calzoncillos y luego ella cambio de posición
para poder chuparle la polla mientras yo la atendía, ella nunca hizo una verdadera
mamada y ciertamente nunca permitiría que un esclavo se corriera en su boca,
esta era la etapa final de sus juegos previos donde ella chupaba y lamia su
polla lo suficientemente para ponerla completamente dura y resbaladiza para
entrar en ella.
Sin
embargo esta vez fue algo diferente, se estaba tomando mas tiempo de lo
habitual y a juzgar por el movimiento de cuerpo y los ruidos que escuchaba, sonaba
como si estuviera acariciando bastante su polla, finalmente se sentó en la cama
y me empujo. “Te daré un minuto para que se te ponga dura y ni un segunda más”,
le regaño, los tirantes de su camisola se habían quitado de los hombros
permitiéndole caer y exponer su fantástico par de tetas, mire a Carl acostado
en la cama con su erección a media asta, agarro su polla con firmeza y la
acaricio frenéticamente. Ella le seguía mirando de un lado a otro entre el
reloj de su mesita de noche y la polla de su esclavo sexuales que no parecía
endurecerse a pesar de sus mejores esfuerzos ¿Quién sabe cuál podría ser su
problema?, ¿Ansiedad por desempeño? No me sorprendería.
“Ya
es suficiente” le dijo, “Ahora párate en ese rincón, Susi toma asiento” corrí a
mi taburete mientras Carl preocupado caminaba lentamente hacia la esquina, ella
saco unas esposas y le aseguro las manos a la espalda, luego se aderezo la
camiseta y se puso el tanga.
Tomando
su copa de vino y su teléfono se encerró en el baño, al poco tiempo pude
escuchar un lado de su conversación amortiguada, pero no pude entender nada,
“¿Qué va a pasar?” Carl me susurro desde el otro lado de la habitación, había
un verdadero tono de miedo en su voz, no le respondí, por un lado no iba hablar
con él por iba contra las reglas y además no tenía ni idea, nunca había visto a
un esclavo sexual no lograr una erección.
Por
fin salió del baño, evite el contacto visual, saco un bastón del cajón de una cómoda
y le ordeno que se arrodillara delante de ella, camino torpemente de rodillas
con las manos todavía esposadas detrás de él suplicando clemencia todo el
tiempo, quizás hacia media hora había entrado pavoneándose en su dormitorio
como un semental, pero ahora era una comadreja humillada, ella lo abofeteo y le
dijo que se callara.
“Tus
días como esclavo sexual han terminado”, le dijo , “Tengo otro esclavo en
camino y ti voy a azotar hasta que llegue”, ella agito su bastón
amenazadoramente varias veces la delgada vara de bambú siseo mientras cortaba
el aire, “Considérate afortunado de que él no vive muy lejos”
Luego
le ordeno que se pusiera de pie y se inclinara, estaba gimiendo de miedo quizás
ella lo había azotado antes, si bien disfrute de un remo firme los azotes
fueron un verdadero castigo, un dolor punzante y ardiente que se sentía como si
te cortara profundamente.
Cuando
su Boston corto el aire y dejo rayas rojas en su trasero me alegre de que no
fuera yo quien recibiera el castigo, pero escuchar sus ahogados gritos de dolor
fue duro, ella se mantuvo tranquila dándole varios golpes con el bastón y luego
reprendiéndolo.
“Tu
flácida polla no tiene ningún valor para mí, los esclavos sexuales no tienen
segunda oportunidades”
El
bastón de la baronesa corto el aire varias veces más, crujiendo ruidosamente en
su trasero.
“Cuando
mi esclavo llegue aquí veras como se ve una erección adecuada, incluso te
dejare ver como te follan, en el improbable caso de que se te ponga dura” se burló,
“no tienes mi permiso para masturbarte”
Ella
comenzó a golpearlo de nuevo cuando afortunadamente para él sonó el timbre, me
ordenaron bajar para dejarlo entrar, al mirar por la mirilla me sorprendió un
poco lo que vi, era un chico elegante y bien vestido el tipo normal de la
baronesa, pero era negro y nunca la había visto cruzar fronteras raciales.
“Estoy
aquí para ver a la Baronesa” fue todo lo que dijo cuando abrí la puerta,
algunos esclavos intentan reprimir la risa cuando me ven con mi uniforme de
sirvienta con volantes, pero este tipo era genial y se quedo afuera por unos
momentos hasta que le hice señas para que entrara.
Cuando
llegamos arriba ella estaba sentada en el borde de la cama murmurando unas
palabras degradantes a Carl, que todavía estaba esposado y arrodillado junto a
la cama.
“Susi
llena mi vaso” me ordeno, mientras sacaba la botella de la cubitera dijo al
hombre, “Taylor bájate los pantalones y que se te ponga dura, ya perdí el
tiempo con este” señalo a Carl que estaba mirando el suelo, “No perderé mas
tiempo así que se tiene que levantar ahora”.
El
tono de su voz era severo pero él con calma se los bajo y los boxes hasta las
rodillas comenzó a arcaizar su polla, comenzó a ponérsela dura casi de
inmediato , mientas que sus otros esclavos que había visto tenían pollas de
tamaño similar era obvio para mi cuando su erección comenzó a crecer, que este
estaba mejor dotado que cualquiera de ellos, en muy poco tiempo se quedo tranquilamente
con las manos a los costados esperando sus siguientes ordenes, su erección
media al menos diez pulgadas de alto y era super gruesa.
“Así
es como se hace” le dijo la baronesa a Carl y luego le ordeno que se sentara a
los pies de su cama, ella se arrodillo junto a él en la cama y se inclinó
preparándose para chupar su gran trozo de carne oscura, moviendo su trasero en
la cara de Carl.
“Ahora
lámeme y hazme que me moje, no intentes complacerme porque y hoy ya me has
fallado”
La
baronesa comenzó a darle lamidas largas y lentas a la polla de Taylor, mientras
Carl abatido se acercaba poco a poco al borde de la cama y comenzaba a lamer su
coño, cuando tan pronto la polla de Taylor brillo por su saliva se la llevo a
la boca y comenzó a chupar lentamente y seductoramente, desde mi taburete tenia
una vista perfecta del trio y mi polla se esforzaba incómodamente mientras
intentaba endurecerse dentro de los límites de plástico de mi dispositivo de
castidad, normalmente cuando la Baronesa estaba con sus esclavos yo miraba
hacia otro lado y trataba de poner mi mente en otras cosas para evitar que esto
sucediera, pero esta vez no podía apartar la mirada.
Sentí
que la baronesa estaba tratando de burlarse de mí, ocasionalmente empujando su
largo pelo oscuro hacia atrás para que pudiera ver mejor sus labios apretados
alrededor de esa gruesa polla negra, parecía que solo podía llevarse menos de
la mitad a la boca, Taylor acaricio suavemente su pelo y sus hombros y comenzó
a respirar profundamente, claramente se divertía.
Una
vez que la saliva de la baronesa goteo hasta la base de su polla le dijo que se
recostara en su cama, colocando cruelmente un pie con tacón sobre el pecho de
Carl, lo empujo lejos del borde la cama, su trabajo estaba hecho por ahora pero
parecía que se le permitía mirar.
Se
sentó a horcajadas sobre Taylor agarrando firmemente su gruesa erección e
inserto la punta en su húmedo coño, con mucho cuidado bajo lentamente y dejo
escapar algunos jadeas que podrían haber sido una combinación de dolor y
placer, su culo pálido y curvilíneo con su caderas estaban bellamente
enmarcadas por su liguero, ya que parecía como si se estuviera empalando
lentamente en esa enorme polla negra, solo tomo aproximadamente la mitad antes
de sacar un poco, aparentemente encontrando una profundidad cómoda para ella,
comenzó a montar lentamente a su esclavo.
Normalmente
ella comenzaría a acariciarse frotando suavemente su clítoris hasta tener un
orgasmo y seria responsabilidad de su esclavo no correrse hasta que eso sucediera,
sin embargo esta vez mantuvo sus manos plantadas sobre el músculos pecho del
esclavo, llevar su grueso pene un poco mas profundo cada vez parecía ser toda
la estimulación que necesitaba.
Cuando
ella lo introdujo por completo mi polla estaba dolorosamente apretando dentro
de mi dispositivo de castidad, ella se sentó encima de su esclavo, su enorme erección
le lleno por completo y lentamente comenzó a girar su caderas, su respiración
se hizo entrecortada mientras gemía profundamente.
Luego
comenzó a montar su polla a un ritmo moderado casi sacándola y luego
deslizándose completamente hacia adentro cada vez, su coño ahora se estiro para
acomodar esa enorme polla negra, ella estaba mojada de excitación, sus jugos brillaban
en la polla, “Es un poco tarde para eso” de repente ella se rio de Carl que
todavía estaba arrodillado junto a la cama, mire y vi que se le había puesto
dura con las manos esposadas a la espalda bien podría haber estado en castidad
como yo, mientras esperaba que ella montara esa gran polla negra hasta llegar
al clímax, ella desmonto y le murmuro algunas instrucciones que no pude
escuchar.
La
baronesa se acostó boca arriba y abrió ampliamente las piernas, solo pude
vislumbrar rápidamente su coño abierto y húmedo antes de que Taylor me bloquea
mi vista, él entró en ella lentamente, ella inclino la pelvis y levanto las
rodillas para poder entrarlo por completo, con sus tacones de aguja negros
apuntando al techo, él comenzó a follarla, lentamente y apasionadamente con
largas embestidas decididas, ella comenzó a emitir profundos jadeos ahogados
mientras su esclavo aceleraba el paso, conocía ese sonido y ella estaba a solo
unos momentos de un poderoso orgasmo, le ordeno que la follara más fuerte.
Él
obedeció golpeando violentamente su polla contra sus pelotas, empujando su
trasero hacia las sabanas de satén con cada golpe, su piel oscura brillaba por
el sudor y sus piernas enfundadas en nailon temblaban cuando ella dejo escapar
una serie de gemidos orgásmicos.
Ella
continúo jadeando pesadamente mientras su esclavo continuaba empujando
fuertemente dentro de ella, golpeando repetidamente su trasero contra la cama,
estaba seguro de que mis pelotas estaban azules, unidas en la base por mi dispositivo
de castidad y mi pene estaba comprimido dolorosamente por dentro.
Luego
él dio varios gruñidos profundos y desacelero el paso mientras se corría, ella
bajo las piernas con los tacones de aguja plantados en las sabanas de satén
mientras la violenta follada disminuía como un tren de carga que se detiene,
“Bien hecho” dijo sin aliento y él saco su polla medio dura que goteaba en ese
momento normalmente me pedían que le pasara una toalla pequeña para que se
pudiera limpiar pero esta vez tenia otros planes, ella se levanto y se sentó en
el borde de la cama, con las piernas abiertas frente a la cara de Carl lo
agarro bruscamente por el pelo corto y lo atrajo hacia su coño goteante.
“límpiame,
esclavo” ordeno, “No intentes darme un orgasmo solo lame el semen” de repente
ella se volvió hacia mí, “Susi, muéstrale la puerta a mi esclavo sexual” Taylor
siguió el ejemplo se levanto de la cama rápidamente y comenzó a vestirse, solo
tuve aproximadamente un minuto para ver a Carl humillado lamiendo el semen de
otro hombre, un castigo que supongo era el adecuado para él.
Lo
acompañe hasta la puerta sabiendo que probablemente lo volvería a ver pero sin
estar seguro de que la baronesa pudiera soportar a una bestia follandola así,
excepto en raras ocasiones, un esclavo verdaderamente obediente, se fue sin
decir una palabra, cuando subí las escaleras me ordeno servir el ultimo vino en
la copa, Carl todavía estaba ocupando, limpiando su coño y era obvio que no disfrutaba
la tarea.
En
muy raras ocasiones ella me había permitido masturbarme y correrme sobre sus
zapatos o botas de tacón, había sido un honor y un privilegio, pero con eso
vino la responsabilidad de limpiar mi desastre, para la baronesa eso
significaba que tenia que lamer mi propio semen de sus zapatos si bien no me
importaba el sabor y la textura viscosa al menos era mi propio semen, la idea
de lamer el coño reciente bollado de ella mientras las gotas de semen de otro
hombre brotaba de mi boca era repugnante y ella se estaba asegurando de que
Carl lamiera cada gota.
Finalmente
ella lo aparto y me ordeno que le pasara una bata, seleccioné una larga de satén
negro de su armario y se la puse sobre los hombros, se quito los zapatos negro,
recogió las predas de Carl y comenzó a tirarlas por la puerta del dormitorio y
escaleras abajo.
“Ahora
baja tu lamentable trasero” le dijo a Carl, “Susi refresca mi habitación y
luego podrás despedirte”
Carl,
con la barbilla mojada por los jugos de ella y el semen de Taylor se levanto con cuidado con
las manos todavía esposadas a la espalda, los dos bajaron las escaleras, recogí
sus zapatos del suelo, el charol negro todavía estaba caliente por su pies y
los sostuve uno a la vez sobre mi nariz para inhalar profundamente el aroma de
su sudor, no cualquier sudor de pies, sino el olor de sus pies que habían
estado en esos zapatos sexys mientras recibían lo que pudo haber sido el polvo
mas duro de su vida, el olor era embriagador podía sentir mi dolorida polla intentar
una vez más en vano endurecerse dentro de mi dispositivo de castidad, a pesar
de la incomodidad y aunque no me habían ordenado hacerlo lamí lentamente y
amorosamente esos zapatos antes de colocarlos en su lugar en un estante del
armario de la baronesa.
Las
sabanas de satén estaban desordenadas sobre la cama y el edredón a juego se había
caído formando una brillante pila en el suelo, había dos puntos húmedos
distintos en las sabanas, uno en el que los jugos de la baronesa goteaban de su
coño y bajaban por su culo mientras la follaban, no pude resistirme a enterar
mi nariz en esa mancha húmeda absorbiendo profundamente el aroma de su
excitación almizclada.
El
segundo punto húmedo era mas pequeño y estaba en un borde de la cama, donde había
obligado a Carl a lamerla hasta dejarla limpia, ahora estaba abajo, donde la
baronesa le estaba regañando brutalmente, me di cuenta de que había estado
perdiendo el tiempo para mi propio placer, sabiendo que ella no toreaba esto,
rápidamente quité las sabanas de la cama y la rehíce.
Las
sabanas nuevas también eran de satén pero de un color burdeos intenso, con un edredón
a juego, tuve que hacer la cama rápidamente debido al tiempo perdido, pero pude
hacer un trabajo limpio que paso cualquiera de sus inspecciones regulares,
cuando baje las escaleras y entre en la sala de estar, Carl estaba de rodillas
ante la baronesa él estaba rogando y suplicándole que le diera otra oportunidad
como su esclavo personal.
Mientras
bajaba a la habitación de la criada pensé que era un idiota, no podía
imaginarme regresar con tanta presión para logra una erección y satisfacerla
sabiendo ahora que tipo de castigo humillante le esperaría si fallaba, después
de quitar el maquillaje y ponerme mi ropa normal, guarde mi uniforme y ropa
interior femenina en la bolsa de la lavandería en la repisa de mi armario, se
estaba llevando así que me la llevaría a casa, no me permitía lavar mi propia
ropa cuando estaba con ella, de vuelta en la sala de estar, la baronesa parecía
estar de buen humor, escuche a Carl irse, sin decir una palabra me entrego la
pequeña llave de mi dispositivo de castidad.
Con
gran alivio me abrí los pantalones, me quite el artilugio y lo deje caer en mi
bolsa, a pesar de estar flácido me dolía por estar confinado mientras estaba
tan excitado, puede que tuviera que sumergirme en un baño caliente por un
tiempo cuando llegara a casa, pero me moría
por masturbarme recordando a Taylor dándole a la baronesa la follada de
su vida con su enorme polla negra mientras Carl miraba impotente, supe que
tendría un orgasmo lo suficientemente poderoso como para rivalizar con
cualquier esclavo sexual.